Italia y la guerra contra los asesinatos machistas: 150 mujeres mueren cada año

Roma

Los italianos adoran a las mujeres, ya sea la madre, la esposa, la hija o la cuñada. Pero, salvo excepciones, no son noticia. Sí lo es el parte, como si de guerra se tratara, de feminicidios casi a diario. Al leer la prensa, al escuchar la radio o al ver la televisión horrorizan al más curtido las informaciones sobre la brutalidad de algunos hombres con las mujeres. Y la sucesión de asesinadas, unas 150 al año, todas ellas con nombre y apellido, hasta entonces cada una con historia y esperanzas, muchas veces con hijos e hijas menores, siempre víctimas, a menudo mortales, de los homicidas. Y sin embargo, los italianos que tanto adoran a sus mujeres parecen impasibles.

Cierto, algo está cambiando. Muchas mujeres han perdido ya el miedo al maltrato, acoso o hostigamiento machista. Las denuncias han aumentado en un 45 por ciento en los últimos 5 años, alcanzándose por primera vez las 15 mil intervenciones policiales o judiciales en materia de protección a las denunciantes en el 2017.

Queda todavía mucha lucha de la mayoría de hombres y mujeres de Italia para que la minoría criminal deponga las armas en esta guerra contra ellas. Queda pendiente un cambio de mentalidad de su clase política, dirigentes, empresarios y de algunos medios de comunicación que siguen considerándolas mucho más un florero a su antojo que personas con igualdad de derechos y oportunidades. En las elecciones generales de este mes de marzo solo uno de cada cinco candidatos de los partidos era mujer. En el trabajo, ellos ganan un 40 por ciento más que ellas. Una enfermera tiene una retribución media de 31.088 euros al año y un enfermero 43.367 según datos de Eurostat. El resultado, visible en los hospitales, es inverso al de las candidaturas electorales, cuatro de cada cinco profesionales es mujer. No porque ellos sean menos eficientes sino porque a ellas se les paga menos por el mismo trabajo.

Huelga general sin precedentes

Italianos e italianas indignados por el comportamiento de una minoría de hombres violentos con las mujeres o por las desigualdades sociales tienen una oportunidad de expresarse este 8 de marzo en vez de quedarse, como casi siempre han hecho, de brazos cruzados. Es difícil movilizar al italiano, por lo general ‘menefreghista’, a quien le resbala todo, si el problema no le afecta directamente o es competencia de otros o de las autoridades. Los sindicatos, conscientes de ello, han ampliado la huelga general de 24 horas a todos los transportes y servicios públicos y privados. El país quedará paralizado. El gobierno del primer ministro en funciones, Paolo Gentiloni, ha decretado servicios mínimos esenciales de hospitales, policía, parque de bomberos, ministerios, gobiernos regionales y locales.