"Los terroristas han violado todos los derechos humanos en nombre de Dios"
Entrevista con Fathi Mohamed Al Hayani, profesor de Derecho Internacional en Mosul
Mosul
Fathi Mohamed al Hayani es profesor de Derecho Internacional en la universidad de Mosul. Estuvo tres años sin poder visitar su ciudad, y todavía hoy enseña varios días a la semana en Dohuk, una ciudad del Norte de la región autónoma del Kurdistán a la que se llevaron parte de las clases cuando profesores y alumnos huyeron con la llegada de Dáesh. Al Hayani formó parte de la Comisión de derechos Humanos creada con expertos independientes, y se muestra muy crítico con la ausencia de un proceso de postconflicto que responda a los mínimos estándares internacionales.
Más información
¿Qué ha significado para usted que su ciudad estuviera tres años bajo control de Daesh?
La gente ha sufrido mucho. Todo tipo de maltrato por parte de Daesh y por eso ahora, aunque la situación todavía es mala, es una fiesta que la ciudad haya vuelto a ser parte de mi país. Ahora la gente espera a unas elecciones en las que ha puesto muchas esperanzas de cambio.
Aunque usted no vivía en Mosul en aquel momento, su familia si ¿Qué hicieron?
Era una muerte en vida para ellos, no podían hacer nada. No podían hablar, salir a la calle, y los grupos terroristas han hecho todas las violaciones que puedas imaginar de los derechos humanos en el nombre de la religión y de Dios. Han matado a la gente, les han quitado sus casas.
La ciudad antigua, con todo su valor histórico, artístico y social ha quedado destruida ¿Qué hemos perdido con ello?
Puede imaginar que es mi historia, mi ciudad, mi colegio, mis amigos, mi casa. Toda la memoria que estaba aquí. Gran parte de mi historia destruida. No puedo describir mi sentimiento; pero la vida tiene que seguir y tenemos que trabajar juntos para añadir otra victoria, porque la lucha contra el terrorismo continua. Tenemos que hacer algo por mi ciudad y mi país.
¿Significan algo las elecciones de este sábado para el futuro de Mosul?
Las elecciones del 12 de mayo tienen un gran sentido, porque llegan justo después de la liberación y la gente tiene mucha esperanza de cambio. No podemos decir que ese cambio va a hacerse, porque depende de otros equilibrios. Es importante saber si los líderes políticos van a ser sinceros con el pueblo y hacer lo que anuncian ahora. O después de las elecciones el pueblo se verá en el mismo círculo.
Porque de momento cómo valora la reconstrucción no sólo material sino humana, del tejido social que se está haciendo
La reconstrucción tiene dos ramas, la material y la moral. Infraestructuras, edificios, agua, es muy importante y el gobierno ha hecho el mínimo de agua y electricidad. Falta mucho, claro, pero falta aún más para devolver la vida a la ciudad, para la reconstrucción humana y cívica. Los grupos terroristas vinieron en un contexto religioso; por eso ahora la gente pregunta, y tiene derecho a preguntárselo, si es la religión. Pero igualmente hay que preguntarse sobre el papel de la religión en la reconstrucción del Estado iraquí, o si la religión es algo que debe quedar para el contexto personal, entre uno y Dios. Después de las elecciones la gente espera hechos, y ahora los políticos hablan de un Estado civil [laico], que debe respetar las libertades personales y la religión de cada ciudadano. ¡Pero el Estado civil tiene que no distinguir por sexo, por éticas personales o cualquier otro factor!
Eso nos lleva al tema de la ‘sectarianización’ del país, que es un tema muy presente en la política iraquí.
La verdad es que empezó como un problema político. Pero ahora ha llegado a nivel social. No podemos olvidar que la gente ha luchado y ha matado por esta razón. Por eso no podemos decir que el problema no existe. No. Hay que decir que está, para poder llegar a solucionarlo. Porque como le digo, ha llegado al nivel social. Yo les digo a mis estudiantes que los iraquíes parece que sólo sabemos amarnos o matarnos. Y no somos amantes, somos una sociedad y debemos establecer unas reglas de respeto, no buscar ser amantes, porque eso no pasa en ningún país.
¿La ‘sectarianización’ tiene mucho que ver con las influencias de otros países en Irak?
Yo creo que Irak ahora es un país abierto, en el que todos los países tienen de una manera u otra un papel, sean vecinos o no. Por eso espero que estas partes tan activas piensen humanamente en el pueblo iraquí, que lleva sufriendo más de 15 años y sigue sufriendo.
Hablando de ese sufrimiento, usted participó en la Comisión de Derechos Humanos. Cómo valora ahora el problema de la Justicia postconflicto.
En todo país que ha sufrido un conflicto viene después el postconflicto. En esta fase hay una serie de reglas y hay que tener un plan para tratar con las víctimas y con los efectos de la guerra. Uno de esos efectos es el de las familias de los terroristas. Y el gobierno iraquí no tiene un plan claro para tratar de manera única con todos los casos. Por eso hasta ahora ha dejado que en cada zona se tratara a las familias de Isis de manera distinta. Y eso no puede ser. Ahora mismo al Sur de Mosul hay un campamento de familias de Dáesh. Son mujeres y niños. Para mi dejarles así sin una solución es una bomba para el futuro. En cualquier momento saldrán con sentimientos contra la sociedad y el Estado. Y al final son niños, no son culpables por lo que han hecho sus padres, que están muertos o han huido. Al final estamos ante niños y mujeres. Por eso el gobierno tiene que trabajar con la ONU y las ONG, con expertos, para tratar estos casos.