El juez Llarena lamenta tener que llevar escolta y que le miren "en cada esquina"
En la vista celebrada para tomar declaración a una funcionaria del juzgado 13 de Barcelona, el juez ha aceptado que declare como testigo protegido alegando sufrir una situación similar de acoso y tener que llevar hasta "cuatro escoltas" por la calle
Madrid
"Me miran siete personas en cada esquina". Seis meses después de que la macrocausa contra el procés catalán arrancase en el Tribunal Supremo, el juez Pablo Llarena se ha mostrado molesto con la situación personal que vive como instructor de la causa contra la cúpula independentista y así se lo ha expresado a las partes este miércoles con motivo de la testifical de la funcionaria del juzgado de Barcelona que investiga la organización del referéndum ilegal del 1 de octubre.
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Según han confirmado a la SER fuentes jurídicas presentes este miércoles en el juzgado de Llarena, el episodio ha tenido lugar cuando ha tenido que resolver la petición de la Fiscalía de que la funcionaria - que tuvo que escapar por la azotea de la consellería de Economía el 20 de septiembre - declarase como testigo protegido.
El magistrado ha acordado que la testifical se celebrase en esas condiciones - tras lo cual, las defensas que habían solicitado la prueba han renunciado - y ha argumentado que es una situación que "yo también sufro". El magistrado ha lamentado tener que estar protegido "por cuatro escoltas", que se hayan difundido los datos personales de su esposa y su domicilio en Catalunya, y finalmente que "me miran siete personas en cada esquina".
Pintadas en su casa
Desde que se hizo con las riendas de la causa no sólo contra los miembros de la Mesa del Parlament de Catalunya sino también contra el destituido Govern de Carles Puigdemont, el magistrado ha sido objeto de diversas amenazas, algunas de ellas por parte de colectivos juveniles. La última: cuando el colectivo Arran, vinculado a la CUP, realizó pintadas con mensajes como "Els països catalans serán el teu infern", cerca de su domicilio en la localidad gerundense de Das.
Fuentes cercanas al magistrado señalaron a esta emisora ese fin de semana que Llarena no tenía intención de denunciar los hechos por no darles más publicidad, apuntando al desgaste que este tipo de amenazas estaban suponiendo para el instructor. Fue finalmente el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) el que finalmente salió en defensa del magistrado, con un comunicado en el que entre otras cosas pedían protección para él y para su familia.