Ya son un 13% los españoles que mezclan tabaco y cannabis

Madrid

La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SEMFYC) ha presentado su última encuesta sobre el consumo de tabaco en España. Realizada a 5.170 personas en centro de salud de toda España, los exfumadores crecen hasta llegar al 34% y más de la mitad abandonó el tabaco hace más de una década y lo hizo sin ayuda.

Entre el 23% que sigue fumando, el consumo es menor: 10 cigarrillos al día frente a los 12 que consumían hace un año. Sin embargo, los médicos de familia alertan del repunte de consumo conjunto de cannabis y tabaco. Lo admite un 13% de los encuestados, frente a hace un año cuando no llegaba al 10%. Para los doctores, es evidente que reducir el consumo de tabaco pasa por focalizar la prevención en los más jóvenes. En este sentido, observan un cambio de tendencia, ya que, si previamente los adolescentes se iniciaban con los cigarros y luego se pasaban también a los porros, según el último estudio ahora ocurre a la inversa.

"El Gobierno se está quedando atrás en la ley antitabaco"

Pese a lo perjudicial que resulta el tabaco, causante de 51.870 muertes al año en España, las autoridades españolas se habrían estancado en la ley antitabaco, que data de 2011 y que prohibió -entre otras cosas- fumar en espacios públicos como bares, discotecas o centros comerciales. Ahora, el 64% de los participantes en esta Encuesta de la Semana Sin Humo,  tanto fumadores como no fumadores, está a favor de prohibir fumar en lugares públicos al aire libre como, por ejemplo, estadios deportivos, piscinas o centros comerciales abiertos. Otro 60% apoya que se prohíba fumar en coches privados.

8 euros por cajetilla

En España una cajetilla media cuesta alrededor de cinco euros, pero se trata de uno de los precios más bajos de Europa si se compara, por ejemplo, con Francia, donde sobrepasa los siete euros. Por eso, los médicos han preguntado cuáles serían las medidas más contundentes para dejar de fumar. Un 64% está de acuerdo en que una subida generalizada del precio del tabaco, hasta los ocho euros, sería la medida más eficaz para disuadir el consumo.