Política
moción de censura contra Rajoy

Rumores, nervios y una moción incierta

El ambiente en el Congreso anuncia un debate bronco mañana en una censura sobre la que todos hacen cábalas

La vicepresidenta Soraya Sáez de Santamaría. / J.J. Guillen EFE

Madrid

El Congreso era este miércoles una especulación. Y nadie sabe. Como no había certezas, se ha llenado todo de expectativas y apuestas, y sumas y restas por si salía esta moción o la próxima. ¿Descarta la dimisión de Rajoy?, le han preguntado a Martínez Maíllo: “No se puede descartar lo que no se contempla. No hay esa opción”. El PP insiste en alargar la legislatura y su portavoz parlamentario avisa ya de que están en juego los presupuestos. La situación es de extrema debilidad para el Gobierno y lanza con artillería pesada: los presupuestos.

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Los días se le alargan a Mariano Rajoy, que querría que ya fuera viernes. En el pasillo, los diputados hablan sin decir mucho. Se dicen más con mensajes y llamadas, que abundan. Por el Congreso se ve a algún alto cargo del Gobierno comentar que no sabe qué será este verano de sus vacaciones y esa es la señal más clara de que nadie las tiene todas consigo. ¿Y si dimite Rajoy? ¿Y si sale la moción? ¿Y si prospera la de Iglesias junto a Rivera? 

Muchos van con la calculadora en mano. Quienes el lunes veían inviable la moción, ahora creen que hay partido. Y al revés. En el PP se notan nervios: en la sesión de control han ovacionado al presidente nada más entrar y luego le han acompañado con jaleos, murmullos y vítores entre los escaños. Mañana se viene una sesión parlamentaria ruda. Difícil. Al portavoz del PNV los periodistas le persiguen casi hasta el mismo escaño, pero no da pistas. Cuanto más observado se siente, menos pía el PNV, de nuevo en el centro de la escena. Y estos días pía poco.

 
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