Casi 30 años de cárcel por secuestrar y matar a un hombre en Vallecas

Madrid

Dos hombres han sido condenados a 26 años de cárcel cada uno por secuestrar a un vecino del barrio madrileño de Santa Eugenia, en Vallecas, para intentar robarle y después matarle a golpes. Los dos secuestradores, adictos a las drogas como la víctima, tenían antecedentes por robo: el asesinado era enfermo de SIDA y cirrosis, caminaba con muletas y no pudo defenderse ni huir.

Según la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid a la que ha tenido acceso la Cadena SER, los hechos tuvieron lugar en diciembre de 2014: los dos agresores, vecinos del barrio de Vallecas y adictos a la heroína, se habían conocido “en los guetos de la droga” después de que uno saliese de prisión y decidieron raptar a la víctima para intentar sacar dinero con su tarjeta de crédito.

Según la resolución, le drogaron con Trankimazin en la cerveza, le llevaron a la casa de uno de ellos y allí intentaron sin éxito que les dijese el código PIN de su tarjeta de crédito. Los golpes y las torturas se prolongaron durante dos días, abandonándole después en la plaza de Martínez Olmedilla de Santa Eugenia. Falleció un día después víctima de los golpes en el hospital Doce de Octubre: la víctima tenía 50 años, era enfermo de SIDA y cirrosis, adicto a las drogas, no tenía familia conocida y caminaba con la ayuda de muletas, por lo que no tuvo ninguna oportunidad de defenderse.

La sección sexta de la Audiencia Provincial de Madrid, en una sentencia que según fuentes del caso ya ha sido recurrida por ambos condenados por el Tribunal Supremo, ha decidido imponer 26 años de cárcel a cada uno por delitos de asesinato, detención ilegal y otro más de robo con violencia. La resolución, todavía recurrible, cifra en 25 años el máximo cumplimiento entre rejas de los dos condenados que llevan en prisión provisional desde la semana siguiente al asesinato.

Heroína y antecedentes

Para cuando cometieron este secuestro y asesinato, estos dos toxicómanos del barrio de Vallecas ya tenían varias cuentas pendientes con la Justicia: uno de ellos, de 39 años, ya había sido condenado a dos años de cárcel por robo con violencia y el otro, de 32, acumulaba casi cuatro años de cárcel en dos condenas distintas, la última por robar cien euros, un móvil y un GPS a un taxista en su barrio.

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Los dos, como también la víctima, eran adictos a las drogas, aunque los magistrados no lo han tenido en cuenta como atenuante de sus condenas al no haber quedado probado que, en ese momento, estuviesen bajo los efectos de las drogas o del síndrome de abstinencia. Uno de ellos intentó despistar a la Policía acusando a una tercera persona del asesinato aunque fueron identificados, entre otras cosas, a través de las cámaras que vieron a uno de ellos intentando sacar 20 euros de un cajero de la calle Monte Igueldo con la tarjeta del secuestrado.