El Museo Nacional de Damasco reabre tras siete años de guerra
El Gobierno pretende restaurar la normalidad tras expulsar a los rebeldes de sus posiciones a las afueras de la ciudad
Damasco
El Museo Nacional de Damasco reabrió sus puertas este domingo tras siete años de clausura por la guerra. De momento, las autoridades del museo solo permitido la reanudación de las visitas al área reservada a historia de las civilizaciones sirias, según su subdirector Ahmad Deeb, por motivos de precaución. Sin embargo, el contenido de la presentación es lo suficientemente rico como para satisfacer a los visitantes. "Exhibiremos un grupo de artefactos de todos los períodos de la prehistoria, el antiguo oriente y las épocas clásica e islámica en esta sección", ha explicado.
El conflicto continúa, con franjas del país aún fuera del control de Asad, pero se ha estabilizado con un acuerdo ruso-turco sobre el último bastión rebelde en el noroeste, y el respaldo de los Estados Unidos a las fuerzas lideradas por los kurdos en el noreste.
El destino de la antigua herencia de Siria ha estado en juego durante gran parte del conflicto, ya que los combates estallaron en patrimonios importantes como la Ciudad Vieja de Alepo y otros, incluidas las ruinas del desierto de Palmira, que cayeron en manos de yihadistas iconoclastas.
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A medida que la insurgencia comenzó a extenderse en 2011, el Gobierno evacuó la colección del museo, una de las más importantes de la región, junto con las de los museos provinciales, ocultando sus objetos lejos del campo de batalla. "Las obras maestras se ocultaron de inmediato", dijo Deeb. Los camiones del Ejército llevaban antigüedades de sitios de todo el país para esconderlos en seguridad, dijo. La colección del museo en Deir al Zor, aislada por los combates, fue trasladada en avión a Damasco.
En la capital, la Dirección General de Antigüedades empleó el museo abandonado como oficina. Recibió fuego de mortero, pero los daños materiales no fueron sustanciosos. A medida que la presencia rebelde alrededor de Damasco se debilitó en los últimos años, algunas estatuas se exhibieron al público en el jardín del museo, incluido el León de Elat, una enorme pieza rescatada de Palmira, desecrada por Estado Islámico, y finalmente restaurada.