80 años de 'la noche de los cristales rotos'
En este aniversario de la mayor masacre en Europa, cuando los nazis asesinaron a decenas de personas, destrozaron más de 250 sinagogas y 7.000 comercios judíos, con un auge importante de los partidos extremistas ¿hemos aprendido algo de la historia?
Madrid
El Partido Nacionalista Obrero Alemán, más conocido como Partido Nazi, se fundó en 1919 aplicando teorías racistas de extrema derecha que tenían su caldo de cultivo ideal en una Alemania vencida y castigada tras la Primera Guerra Mundial. La ideología del Partido nazi era su oposición al comunismo, a la democracia y el odio a los judíos, defensa del darwinismo social y la supuesta superioridad de la raza aria, que según ellos, eran los únicos capacitados para gobernar, no solo Alemania, sino también en el resto del mundo.
En enero del 1933 gana las elecciones el Partido Nazi, cuyo líder Adolf Hitler se presentó como el salvador del destino de la patria germana. Usando un lenguaje sencillo, directo y populista, con una aparatosa puesta en escena, Hitler era capaz de enloquecer a los alemanes.
Prometió devolver a Alemania la grandeza perdida y culpaba de los males de la nación a las minorías, con especial énfasis a los judíos. Así institucionalizó el antisemitismo del que su lugarteniente Himmler decía: “ El antisemitismo es exactamente como la desinfección. Deshacerse de los piojos no es una cuestión de ideología, es una cuestión de limpieza” Y a las declaraciones que acababan con los derechos de la población judía, se sumaron los boicots sociales, quemas de libros, terminando por aprobar una legislación específica contra los judíos que los segregaba y empobrecía respecto al resto de la ciudadanía alemana.
La noche del 9 al 10 de noviembre de hace 80 años, cuando Adolf JHitler era amo absoluto de las Fuerzas Armadas y de la Cancilleria del Reich, y decide poner en marcha un plan para perseguir y expulsar de Alemania todo lo que quedaba de la población judía. Lo hacía con la ayuda de su lugarteniente Heinrich Himmler, jefe de las SS y siguiendo las directrices de su ministro de propaganda Goebbels. Una semana de terror absoluto que comenzó tal noche como la de hoy y que incluyó ataques contra todo lo judío, comercios, sinagogas, organizaciones, viviendas y abusos. Los soldados de las SS saquearon casas y tiendas, destruyeron los que encontraron a su paso, entraron en viviendas que profanaron y violaron a las mujeres asesinando a hombres y niños que se resistían.
El detonante de esta violencia, lo justificaron con la excusa de que un estudiante judío refugiado en Francia tras la ocupación del ejercito Alemán de Checoslovaquia, asesinaba a un diplomático alemán en la capital gala.
Hitler ya había anunciado la expulsión de todos sus puestos oficiales a los judíos y otros ciudadanos alemanes "inferiores" aunque se da la paradoja de que ni el propio Hitler era Alemán de origen. Este odio social desató una violencia antisemita sin precedentes, que afectó a 6 millones de personas consideradas “non Gratas” de la nación alemana y que incluían además de judíos, eslavos, gitanos, homosexuales, presos de guerra soviéticos, discapacitados o testigos de Jehová.
El gobierno alemán en su escalada, acusó a los judíos de crimen contra el Estado con multa de cien millones de marcos alemanes, para expropiarles sus riquezas. Hitler era un héroe para su pueblo, consiguiendo acabar con el desempleo causado por la crisis del 29 gracias a su política belicista, saltándose los tratados internacionales de paz y ante los ojos impasibles de las grandes potencias e incluso de la Sociedad de Naciones, la precuela de la actual ONU.
80 años después, proliferan los mensajes populistas extremistas muy similares a los que usaban Hitler, Goebble y Himmler para estimular a las masas. Mensajes que fueron el preludio de uno de los mayores holocaustos de la historia.
Victoria García
En la SER, desde hace casi tres décadas, con algunas ausencias. Antes en Antena3 Radio y TV. Trabajé...