El perro de George H.W. Bush se despide de su mejor amigo con una última misión

Madrid

El expresidente de los Estados Unidos George H.W. Bush fallecía el pasado viernes a los 94 años de edad en Houston, tal y como anunciaba su hijo y también expresidente George W. Bush a través de un comunicado: "Jeb, Neil, Marvin, Doro y yo anunciamos con tristeza que después de 94 años extraordinarios, nuestro querido padre ha muerto".

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Desde entonces, muchas han sido las personalidades que han querido darle el último adiós al que fuera presidente de los Estados Unidos. Desde Donald Trump, quien destacó durante la cumbre del G-20 su "liderazgo inquebrantable" hasta Barack Obama, quien reconocía que el país había perdido a "un patriota y a un humilde servidor".

"Misión cumplida"

Entre ellas destaca Sully, el perro que acompañaba a la familia Bush desde hace dos años. Desde que llegara a su hogar en 2016, el joven labrador ha estado ayudando a Barbara y George H.W. Bush en las tareas del hogar. Desde contestar al teléfono hasta recoger todo tipo de objetos para hacer la vida más fácil a sus dueños, tal y como explicaba el pasado mes de junio el portavoz del presidente Jim McGrath: "Como alguien dijo, él puede hacer casi cualquier cosa, excepto prepararte un martini. Pero no te preocupes, él puede ir a conseguir a alguien que te prepare un martini".

Tras la muerte de su mejor amigo, Sully ha prestado su último servicio para la familia. Según ha mostrado McGrath a través de las redes sociales, el perro ha acompañado al féretro de George H.W Bush hasta Washington D.C, donde se instaló la capilla ardiente: "Misión cumplida".

El futuro de Sully

Respecto al futuro de Sully, bautizado con este nombre en honor al expiloto Chesley B. "Sully" Sullenberger III que salvó la vida a 155 personas en 2009, George W. Bush ha dado a conocer que regresará al servicio próximamente: "Aunque nuestra familia extrañará mucho a este perro, nos conforta saber que él llevará la misma alegría a su nuevo hogar, que la que le dio al (presidente) 41".

Tras los eventos organizados con motivo del funeral de George H.W. Bush, Sully viajará al centro médico militar Walter Reed, donde ayudará a otros veteranos con su día a día. Por lo tanto, el labrador de apenas dos años se despide del que ha sido su mejor amigo durante los últimos años para emprender una nueva aventura en la que pretende hacer la vida más fácil a otros hombres y mujeres.