La mutación de un gen nos permitió ser grandes corredores

Madrid

Hace de dos a tres millones de años, un homínido se trasladó del bosque a la sabana africana, con una nueva característica biológica: tenía las piernas con músculos más grandes y largos y también pies más anchos. Además, desarrolló glándulas sudoríparas que le permitieron permanecer fresco bajo el ardiente sol de África.

Pues bien, todos estos cambios que se diseminaron después por toda la especie humana, fueron posibles por la modificación de un solo gen, el CMAH, que se quedó completamente inactivo.

Este es el descubrimiento realizado por un equipo de científicos de la Universidad de California, en Estados Unidos, y lo han demostrado inactivando este mismo gen en ratones. Y este fue el resultado: los roedores con este cambio genético corrían más y se cansaban menos.

En La Ventana hemos hablado con Juan Carlos Higuero es un atleta español,mediofondista, 10 veces campeón de España de España de 1500 y fue cuarto en los Juegos Olimpicos de Pekín de 2008. Que nos decía que "hacía unos 130-150 km semanales, 3 días de semana de gimnasio, 2 dias a la semana hacía series y el trabajo de fuerza, que es fundamental, una vez a la semana."

Prueba

 “Sin ningún entrenamiento, los ratones con el CMAH inactivado fueron un 150% mejores corredores y más resistentes a la fatiga”, según explica el biólogo Ajit Varki de la Universidad de California en San Diego.

Por lo tanto, este estudio genético en ratones demuestra, por primera vez, que una única mutación de un gen permitió a los humanos correr largas distancias y, de este modo, cazar a sus presas o evitar ser engullidos por otros animales.

Y, desde hace más de dos millones de años, todos los humanos comparten este mismo gen inactivo y éste es el origen del éxito de las carreras (por ejemplo el famoso maratón) entre los individuos de nuestra especie.