La Iglesia no informa a Justicia de los casos de pederastia

Madrid

Una de las citas de la próxima semana estará en el Vaticano. El jueves 21 comienza la importante cumbre convocada por el papa Francisco para combatir la pederastia en la Iglesia y la Conferencia Episcopal Española acude con pocos resultados. Tampoco ha contestado a la ministra de Justicia Dolores Delgado que le pidió información sobre las investigaciones de los casos de abusos sexuales cometidos por sacerdotes aquí en España en los últimos años y en el pasado más lejano.

Hace más de una semana, el pasado día 7 de febrero, la ministra Delgado le envió una carta a su presidente Ricardo Blázquez para reclamarle información sobre la pederastia en la Iglesia. "Que se nos informe sobre los casos, las investigaciones, sobre las supuestas implicaciones porque creo que la verdad es muy importante para prevenirla y por las víctimas".

Según ha podido saber la Cadena SER, Justicia no ha tenido respuesta. Ricardo Blázquez no le ha mandado ni un solo dato sobre sus investigaciones internas en torno a los abusos y agresiones sexuales en la institución ni sobre si han denunciado los casos ante la Fiscalía.

En su carta, la ministra Delgado le recordaba que estos delitos no pueden ser ocultados ni ser considerados como hechos privados sino que merecen el mayor reproche moral y en su caso una contundente respuesta penal. La ocultación de los casos ha sido precisamente la forma de actuar de la Iglesia durante décadas: encubrió sistemáticamente a los pederastas para tapar el escándalo, trasladó al sacerdote de parroquia y compró el silencio de las víctimas menores y de sus familias.

Al Vaticano llegan cada año unas 600 denuncias de sacerdotes pederastas. Pero la Iglesia Española se niega a hacer públicos sus archivos secretos sobre denuncias y no muestra ningún interés en investigar a fono la magnitud del asunto a diferencia de otros países. Un informe de la Conferencia Episcopal alemana reveló el año pasado abusos sexuales a miles de menores por parte de curas en las últimas décadas. Las autoridades eclesiásticas francesas han creado recientemente una comisión para sacar a la luz sus casos. En Chile han sido enviados del propio Vaticano los que han destapado el enorme escándalo que salpica a obispos abusadores y encubridores. La famosa comisión Deetman de Holanda, en Irlanda, en Bélgica, en Estados Unidos, donde los obispos colaboran con las investigaciones contra los depredadores sexuales lideradas por la Corte Suprema y las fiscalías. Y donde no investiga la Iglesia, lo hace el Estado como en Australia o Canadá.

El presidente de la Conferencia Episcopal Española Ricardo Blázquez llegará la próxima semana a la cumbre vaticana con escasos resultados: sin reuniones públicas con las víctimas y con el único compromiso de actualizar los protocolos de actuación del año 2010 que no obligan a la jerarquía a denunciar ante los tribunales los abusos. Los obispos dicen que investigarán los casos del pasado si el papa así lo dispone en la reunión que empieza el jueves y termina el domingo y en la que Francisco se juega su credibilidad. 

Blázquez ha admitido los abusos y se ha comprometido a erradicarlos, pero su mensaje en las últimas semanas ha sido el de minimizar los hechos y su alcance: "el foco se ha puesto sobre el abuso de orden sexual en la Iglesia y solo es un 3% de la estadistica, un 80% tiene lugar en las familias y un 17% en el ámbito escolar y deportivo".