Cruce judicial entre la Junta Electoral Central y el presidente Quim Torra
La crisis política abierta por los símbolos independentistas se ventilará en los tribunales
Barcelona
La crisis política catalana se ventilará en los tribunales. La Fiscalía va a presentar una querella contra el presidente de la Generalitat, Quim Torra, y el presidente catalán también se va a querellar contra los integrantes de la Junta Electoral Central.
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Torra se querella contra la Junta Electoral porque entiende que ha habido prevaricación, es decir, que se ha excedido en sus funciones. El presidente catalán asegura que sus actuaciones han sido “arbitrarias e injustas” y, a esto, añade un recurso contencioso administrativo para anular la orden de ayer. Además, en su comunicado, Torra ha llamado a llenar balcones y ventanas con esteladas y lazos amarillos.
Por su parte, la Junta Electoral prácticamente ha anunciado su querella contra Torra ante la Fiscalía por un delito de desobediencia. En este caso, la Fiscalía General del Estado delega en la Fiscalía Superior de Cataluña porque Quim Torra es aforado y, por tanto, se le tendría que juzgar llegado el caso en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.
Mientras tanto, de la fachada del Palau de la Generalitat de Cataluña cuelga ahora una pancarta blanca, de las mismas dimensiones que las anteriores, donde se puede leer ‘Libertad de opinión y de expresión, artículo 19 de la declaración universal de los derechos humanos’. La han colgado cuando pasaban cinco minutos de las tres de la tarde dos altos cargos del entorno de Torra: su jefe de gabinete, Joan Ramón Casals; y el miembro del equipo de comunicación, Pere Cardús.
Fuentes de los Mossos, de Interior y de la Fiscalía han explicado a la SER que, por ahora, no retirarán esta pancarta porque se considera que su contenido no entra dentro de los supuestos que recoge la orden de la Junta Electoral Central.
Hay que recordar que la ley prohíbe en periodo electoral los símbolos identificables con algún partido político. Esta pancarta apela, de manera intencionada, a valores más elevados, como la declaración universal de los derechos humanos, ratificada por España. La Junta Electoral ya tiene la imagen de la nueva pancarta después de que la Delegación del Gobierno la haya enviado.
La policía catalana tiene el mandato de la Junta Electoral de retirar los símbolos prohibidos y hacer una vigilancia permanente para que no vuelva a aparecer. El trabajo de los agentes, en este sentido, es informar, levantar acta, y retirar símbolos si hay o si los representantes no los quieren retirar. Fuentes de Mossos han asegurado a la SER que, de momento, si la Junta Electoral no dice nada, no actuarán sobre la pancarta de la Generalitat de Cataluña.
Escrito de lnterior
Por su parte, la consellería de Interior ha trasladado además a la Junta Electoral un escrito que apuntalaría esta tesis, que ante la nueva pancarta los Mossos no actuarán y que se ha dado cumplimiento a la orden anterior. Además, relatan las comprobaciones realizadas en consellerías y centros públicos como colegios de los que se han retirado los lazos amarillos.
En ese escrito, hay un añadido que llama la atención. En su último punto, el comisario jefe dice lo siguiente: "Este cuerpo policial seguirá haciendo comprobaciones de la ausencia de estos símbolos ya que no es descartable que en algún edificio se volviera a colocar".
Horas antes, Torra había obedecido al mandato de la Junta Electoral. Dos trabajadores anónimos han descolocado la anterior pancarta dos horas y media antes de que venciese el plazo. Una pancarta que, por cierto, ha aparecido en otro balcón de otro edificio de la Plaza San Jaume. Eso sí, en un edificio particular.
Malestar en los socios de Torra
Los Mossos han querido dejar claro su malestar con este enredo político que ha puesto el foco sobre ellos, pero no los únicos a los que no les ha gustado cómo ha actuado Torra. También están molestos los socios del Govern. Ellos mismos dijeron, tanto en el PdeCat como en ERC, que aguantarían hasta que se conozca la sentencia del procés, pero en episodios como este son evidentes las diferencias.
En público no hay ningún reproche. Estamos en precampaña y los partidos van con pies de plomo para no desatar guerras antes de tiempo. Pero en privado el tono es distinto. Diferentes dirigentes se preguntaban por qué tanta parafernalia si todo el mundo sabía que esto acabaría como ha acabado. El malestar se nota sobretodo en ERC pero también en ciertos cuadros de JuntsxCat.
Hay que tener presente que todo este episodio llega días después de la decisión de Torra de ocultar el informe del Síndic a miembros de su propio Govern, ese informe en el que el defensor del pueblo catalán recomendaba al President retirar los lazos durante el periodo electoral.