El director general de Información de La Moncloa dimite para "evitar ataques a Pedro Sánchez y al Gobierno"

Madrid

El director general de Información Nacional de Moncloa, el periodista Alberto Pozas, ha dimitido de su cargo porque considera que está siendo "utilizado para atacar al Gobierno y al presidente" en el caso del espionaje a Pablo Iglesias.

Según declaró hace unos días en la Audiencia Nacional el excomisario José Manuel Villarejo fue el director de Interviú, por aquel entonces Alberto Pozas, quien le facilitó un pendrive con copia de los datos del teléfono del líder de Podemos que habían recibido en la redacción de la citada revista y que no pensaban publicar. Pozas nunca publicó nada del contenido de aquel teléfono. Lo que hizo fue trasladarle la información a su jefe, a Antonio Asensio, sin publicar nada. Hubo otros medios que, después, sí publicaron aquello.

Villarejo, por su parte, aseguró en la Audiencia Nacional que fue Pozas quien le había dado los datos. "Tinta de calamar", llama Pozas en su comunicado de renuncia a esta maniobra del excomisario, donde además escribe que se siente utilizado para atacar al Gobierno y en el que avisa de que están equivocados quienes le mezclen, a sabiendas, con la políciá patriótica.

El pasado martes, fue a declarar ante el juez de la Audiencia Nacional, Manuel García-Castellón, el presidente del grupo Zeta, Antonio Asensio. Le llamó el juez que está investigando quién accedió y filtró el contenido del teléfono móvil de la asesora de Pablo Iglesias en Bruselas.

El comunicado completo:

Abusando de la generosidad de Miguel Ángel [Oliver, director del Gabinete de Comunicación de Moncloa], quiero comunicar a tod@s, a los amigos de siempre, a los de hace poco e incluso a los desconocidos, que ayer presenté mi dimisión y hoy ha sido aceptada. El motivo, os lo podéis imaginar. Estoy siendo utilizado para atacar al Gobierno y al Presidente, y eso no lo puedo permitir. Encima, la situación me impide poder siquiera opinar sobre lo que está pasando.

Para los más veteranos, ya me conocéis, he estado en puestos de distinta responsabilidad, pero de los que no echaban el cierre nunca. Sin hacerme el interesante, he visto de todo, y en los últimos diez años, como director de Interviú, no os quiero ni contar. Aunque hubo muy poco tiempo para aceptar el puesto que me ofrecían, hicimos un breve repaso de las cosas pendientes que heredaba de la dirección de Interviú, y en ningún momento fui capaz de valorar que un asunto que en otras circunstancias podría ser menor, fuera a convertirse en una especie de bomba informativa en plena campaña electoral. Pensé que conocía la política, pero he aprendido una nueva lección: con las urnas cerca, hasta el arco iris puede verse en noche cerrada.

A partir de ahora espero que pueda redimensionar el asunto que me ha atropellado. Que quienes han creído que podían mezclar mi nombre con la conocida como "policía patriótica", vean que estaban muy equivocados, algunos a sabiendas. Y que quienes se dejan ofuscar por la tinta del calamar se den cuenta de la labor de despiste y puedan perseguir al calamar. En nuestro oficio atender señuelos conduce a la frustración. Nada más, ha sido un placer conectar con vosotros y agradezco de nuevo la cercanía de mi jefe, Miguel Ángel, y de mis queridas directoras Carmen y Susana. Nos encontramos en el periodismo, como siempre.