Casi veinte años de cárcel para el 'violador de Opañel' por cinco agresiones sexuales

Madrid

La Audiencia Provincial de Madrid ha impuesto diecinueve años y medio de prisión al conocido como 'violador de Opañel', detenido a finales de 2017 después de haber violado o intentado violar y robado a cinco jóvenes en el distrito madrileño de Carabanchel. La sentencia, impuesta en conformidad después de que el acusado reconociera los hechos, también le prohíbe volver a vivir en el barrio durante una década. 

Fue detenido en diciembre de 2017 después de haber perpetrado una oleada de violaciones y robos entre febrero y junio de ese año, usando siempre el mismo modus operandi: buscaba a sus víctimas en las inmediaciones de la estación de metro de Opañel y las agarraba por el cuello, agrediéndolas sexualmente y sometiéndolas a tocamientos para después marcharse del lugar robando lo que llevaran encima. 

Ninguna de sus víctimas pasaban de los veinte años, dos de ellas eran menores de edad y consiguió inmovilizar a una de ellas a través del método de asfixia conocido como 'mataleón'. El agresor tenía ya entonces antecedentes penales: había sido condenado a dos años de cárcel por un robo pero la Justicia había decidido, un año antes de empezar las violaciones, suspender su ingreso en prisión. 

El acusado decidió reconocer los hechos y la Audiencia de Madrid ha dictado recientemente sentencia de conformidad contra él: diecinueve años y medio de prisión y una multa de 720 euros por cinco delitos de agresión sexual - uno de ellos en grado de tentativa - tres más de robo con violencia y uno de lesiones. 

Expulsado del barrio

La sentencia, a la que ha tenido acceso la Cadena SER y de la que ha sido ponente el magistrado Enrique Jesús Bergés, también le impone diez años más de libertad vigilada y de obligación de ser sometido a un tratamiento de reinserción, así como la prohibición de vivir en el barrio madrileño en el que perpetró las agresiones durante una década: tenía 22 años cuando violó en serie a las cinco jóvenes y vivía cerca de la zona donde cometía las agresiones. 

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La sentencia explica que, en el momento de los hechos, el acusado era "era adicto a la cocaína y al hachís por lo que tenía levemente afectadas sus capacidades en el momento de la comisión de los mismos". Entre otras secuelas, una de sus víctimas por ejemplo padece según la sentencia un "estrés postraumático con consecuencias personales, laborales y sociales graves que le impidieron y limitarán sus relaciones personales futuras".