“Y cuando se despertó Pedro Sánchez, el elefante morado con lazo amarillo estaba allí«, ha comenzado su discurso el presidente del Partido Popular, Pablo Casado, en la segunda votación de investidura, la que constata el fracaso de las negociaciones de la izquierda. Casado ha afeado a Sánchez el »espectáculo bochornoso«, un »mercado persa«, ha dicho, donde no han importado »las ideas, ni políticas ni siquiera España, solo los cargos«. »Han firmado una de las páginas más lamentables de la democracia reciente de España. Casado, más moderado que en otras ocasiones en su tono, ha empleado palabras de profundo reproche. Ha afirmado que tendieron la mano a Sánchez «desde hace meses con 11 pactos de Estado». Ha dicho entre los «síes» irónicos que le respondían desde los asientos de los diputados socialistas. Sánchez había vuelto a señalar antes la falta de patriotismo de PP y Ciudadanos por negarse a abstenerse para desbloquear la investidura y desactivar el poder de los votos independentistas y Casado ha respondido negando la mayor. «Hemos sido responsables con nuestros compatriotas, pero usted exigía un cheque en blanco». El «cheque en blanco», como lo ha llamado Casado pese a que no negoció nunca con los socialistas y negó desde el día después de las elecciones que pudiera optar siquiera por la abstención, era inasumible «por las familias que temen que acabe con la libertad de elección para la educación de sus hijos» y por el sablazo a las clases medias en forma de impuestos. «Son incapaces de pactar para construir, solo para destruir. Solo se alían para la moción de censura» he dicho el líder del PP. «Ustedes solo pactan con los que relativizan el zarpazo de ETA o justifican las dictaduras de Cuba o Venezuela» Respeto, ha exigido Casado, a España. Y para hacerlo, al escudo y a la bandera, ha recordado los cinco siglos de nación española y ha apelado a los Reyes Católicos. «Solo nos debemos a los españoles y su gobierno sería una amenaza para nuestro futuro», ha finalizado su intervención.