El PSOE planea ofrecer al PP más representación en la Mesa del Congreso si Vox queda fuera del reparto
El partido liderado por Santiago Abascal necesita los votos populares para tener un asiento
Madrid
La primera prueba de fuego a la que se tendrá que enfrentar el PP sobre si está dispuesto o no a seguir dándole a las a Vox llegará con la constitución del nuevo Congreso y con la elección de los miembros de la Mesa. El partido liderado por Santiago Abascal necesita los votos populares para tener un asiento en el lugar donde se decide qué se discute o qué no en la Cámara Baja. Las cuentas dicen que la pelota de darle semejante papel a Vox está en el tejado de Pablo Casado.
Los movimientos del PSOE
Más información
A la espera de que el PP comience a dar pasos, el que se está moviendo es el PSOE, que es el impulsor del cordón sanitario a Vox. Los ultras de Abascal son tercera fuerza política y tienen 52 diputados. Proporcionalmente, le corresponden 2 representantes de 9 en la Mesa del Congreso. Por ejemplo, Ciudadanos tenía en la pasada legislatura 57 diputados y tuvo dos representantes. Podemos, con 42, también tenía dos. Pero la elección y la votación, además de ser compleja, viene precedida siempre por pactos cruzados entre las fuerzas políticas.
Si Abascal no pacta con nadie, no tendría, por tanto, garantizada la representación en este órgano de la Cámara. Los números dicen que Vox necesita 19 votos adicionales para garantizarse esos puestos. Y esos votos, en esta Cámara, sólo se los puede prestar el Partido Popular.
Por este motivo, el PSOE ha contactado de manera oficiosa con Génova para plantearle la posibilidad de excluir a Vox de la Mesa del Congreso y, para ello, ofrecen algo a cambio: si el PP no le presta los votos a Vox, el PSOE y el resto de fuerzas políticas partidarias del cordón sanitario garantizarán a los populares un representante, por lo que pasaría de 2 a 3. El bloque de mayorías, además, se respetaría: 5 puestos para la izquierda y 4 para la derecha. La oferta aún no es oficial. El PSOE volverá a hablar con el PP de este asunto la próxima semana.
Las dudas del PP
Algunos dirigentes del PP creen que se puede optar por una vía intermedia: no pactar cordón sanitario con el PSOE para no formar parte de ese veto a Vox, pero sí quedarse de brazos cruzados. Es decir, un sector de los populares aboga por votarse a sí mismos, conseguir sus dos representantes y no prestarles los votos a Vox, de manera que el resto de las combinaciones aritméticas hagan el trabajo.
Otros en el PP son partidarios de que Vox entre en la Mesa y cederles al menos un puesto, porque son el tercer partido de la Cámara y porque creen que criminalizar a la formación de Abascal solo les da más alas. Por su parte, Pablo Casado ha dicho que él no va a formar parte de ningún cordón sanitario, pero tampoco aclara si eso significa que le va a prestar a Abascal 19 votos. En todo caso, es una decisión puramente política, y la última palabra la tiene él. La fecha límite para decidirlo, el 3 de diciembre, cuando se constituyen las Cortes.