Roscos de vino: el dulce navideño más típico de Melilla

Melilla

En la cocina de una familia melillense se mezcla una vez más la antigua tradición de los roscos con la Navidad. Una especiualidad dulce que ya no se encuentra fácilmente en las pastelerías de la ciudad, pero cuya receta se ha transmitido íntegramente de generación en generación.

Como con cualquier otra especilidad repostera es importante dedicarle el tiempo necesario a su realización, y hacerlo con cariño y paciencia, pero, sobre todo, respetar los pasos a seguir de la receta ya que, cuando se trata de dulces, no hay cabida para la improvisación.

Para darle vida a esta masa son necesarios los 675 gramos de harina, 370 mililitros de aceite de oliva, 100 mililitros de vino blanco, 50 mililitros de anís, 65 gramos de azúcar glasé, 2 gramos de matalauva, y azúcar glasé para adornar los roscos una vez finalizados.

Con todos los ingredientes ya preparados, y aprovechando el tiempo para compartirlo con la familia y amigos, amenizando así la espera a que se realicen los dulces, los pasos a seguir serían mezclar la harina con el azúcar glasé y la matalauva, ir añadiendo el aceite, el vino blanco y el anís mientras se amasa con las manos hasta obtener una masa homogénea.

Lo aconsejable, después, es dejar reposar la mezcla 10 minutos y extenderla con un grosor de un centímetro de diámetro, para posteriormente dar la forma a los roscos con un molde o vaso redondo haciendo un agujero de menor tamaño en el centro. Una vez conseguida la forma, hornear a 160-180 grados durante unos 30 minutos en el horno ya precalentado.

Para finalizar, cuando aún estén calientes, únicamente faltaría bañar los roscos en azúcar glasé para adornarlos al gusto y poderlos disfrutar y compartir durante cualquier reunión navideña en la ciudad de Melilla con los familiares y amigos que nos encontremos.