Un Madrid de autor

Zinedine Zidane regresó a principios de marzo de 2019 al Real Madrid y Florentino Pérez señaló el contexto en el que aterrizaba el francés al banquillo blanco: "un momento de dificultad". El Madrid había claudicado en Champions ante el Ajax, se alejaba semana tras semana de La Liga y tampoco la Copa del Rey se presentaba como una posibilidad. La hegemonía de los últimos tres años se desmoronaba. El "momento de dificultad" no era un espejismo. 

Casi un año después, la dinámica ha cambiado. Las dudas se han convertido en certezas. Los puntos llegan solos. Las victorias, también. El conjunto blanco es líder de La Liga Santander con tres puntos de distancia sobre el FC Barcelona y no pierde en el campeonato liguero desde octubre. La visita este sábado del Atlético al Bernabéu no es un partido más. Derbi y confirmación o paso atrás. Una victoria asentaría procesos. Una derrota generaría preguntas. 

El cuadro de Zidane continúa a velocidad de crucero. El caudal ofensivo, mermado por la displicencia de Gareth Bale, las lesiones de Hazard y la escasa efectividad de Vinícius y Jovic, ha sido contrarrestado por un nivel defensivo superlativo. El Madrid ya no encaja. O por lo menos no tanto como antes. El combinado merengue ha mantenido la portería a cero en cinco de los últimos siete partidos, y Courtois es el portero menos goleado de La Liga (bien es cierto que ha disputado tres partidos menos que el resto de competidores, como Oblak o Ter Stegen).

Contra Simeone volverán los cinco centrocampistas. Valverde, Casemiro, Kroos, Modric e Isco. El esquema con el que más cómodo se han sentido los madridistas este curso. La baja de Valverde se notó ante el Sevilla. El uruguayo aporta amplitud, pase y recorrido. Ayuda a colocar la presión diez metros más arriba y cortar contraataques gracias al retorno. Libera al resto. Y hace mejores a los suyos.

Uno de los más favorecidos ha sido Toni Kroos. No hay futbolista en La Liga que haya completado más de 1.000 pases y creado más de 40 ocasiones. Con esas botas que no cambian. Con esa dirección desde el perfil izquierdo. Cuando el Real Madrid confía en sus centrocampistas (como lo hizo especialmente hace dos temporadas), la armonía se convierte en un componente inherente del juego.

Y si la circulación colapsa, la efectividad asoma la cabeza. Ocurrió esta semana ante el Zaragoza. Y en Zorrilla. Y contra el Sevilla. El fútbol es un deporte de emociones. Los resultados, sin importar el cómo, el dónde y el quién, suelen producirse cuando las rachas acompañan. En el Santiago Bernabéu se vive actualmente en ese estado. Un contexto auspiciado por el técnico que mejor ha entendido el funcionamiento del club blanco y que ya sabe llevarlo a lo más alto.

Por eso el Real Madrid es un equipo de autor. Porque ha confiado en su entrenador para delegar la importancia del juego a sus futbolistas. Zinedine Zidane no es el técnico más carismático del mundo, pero le ha devuelto a sus jugadores el concepto más crucial en   todo esto: la confianza. Ante el Atlético de Madrid, una nueva prueba.