El reto de ser mujer emprendedora en un pueblo de apenas 90 habitantes
Trini, 61 años: pionera multiemprendedora sin ganas de jubilarse y guardiana de la etnografía local
Chus, 45 años: hizo de su hobby una forma de ganarse la vida y mueve desde los inicios el festival Encinart
Elsa, 35 años: ingeniera técnica agrónoma, ganadera y experta en dinosaurios
Todas viven y trabajan en Enciso (La Rioja) y denuncian las burocracias que lastran las iniciativas en el mundo rural
Madrid
La historia se repite por toda España, pueblos que sufren desde los años 50 del siglo pasado el éxodo rural y que están abocados a la despoblación. Enciso (La Rioja) no es la excepción. Las fábricas de calzado y de mantas eran emblemáticas allí en las primeras décadas del siglo XX y empleaban a cientos de vecinos, pero llegó el cierre y ahora viven en el pueblo entre 80 y 90 personas (cerca de 170 empadronados). ¿Miedo a la España vaciada? ¿Quién dijo miedo? Eso debieron pensar las tres mujeres que protagonizan este reportaje: Trini, Chus y Elsa, mujeres emprendedoras donde más complicado es llevar a cabo iniciativas, el ámbito rural.
- Enciso (larioja)
Las tres viven y trabajan en Enciso, pequeño pueblo del Valle del Cidacos (La Rioja) que en verano y los fines de semana multiplica su población entre veraneantes originarios de la localidad y turistas que llegan en busca de tranquilidad o de sus famosas huellas de dinosaurio, restos prehistóricos de hace 120 millones de años protegidas por una declaración de Reserva de la Biosfera.
Lo que llama la atención de este pequeño enclave es que, pese a todo, con trabajo y con mucho amor por lo rural, han logrado poner en marcha varias iniciativas que dinamizan la localidad y atraen al turismo: un exitoso y multitudinario festival anual, Encinart (Muestra de Teatro y Arte de Calle y Patio de Enciso); han recuperado los carnavales tradicionales, mantienen un museo paleontológico, han puesto en marcha un coro, una ciberteca, una biblioteca, y mantienen negocios enfocados hacia el turismo como son una tienda de antigüedades y unos apartamentos turísticos. Hasta llegar a eso, han sido años de esfuerzo, de restauraciones de corrales y fábricas antiguas, de estreno y cierre de negocios, de aprender de los errores y de burocracias infinitas, esas que lastran las iniciativas en el mundo rural y contra las que claman estas tres emprendedoras que no cambiarían su pueblo por nada en el mundo.
Trini, imparable inquietud por emprender
Trini Ezquerro tiene 61 años y una inquietud por emprender que comparte con su pareja, Ernesto, nacido en Enciso. Vive en el pueblo desde hace treinta años, a donde llegó con la idea de vivir del negocio de las colmenas de abejas. A día de hoy sigue fabricando miel que vende entre sus vecinos, pero en esas tres décadas ha tenido tiempo y ganas de abrir un restaurante, una tienda de artesanía y unos apartamentos turísticos. "Vimos que la antigua fábrica de harinas se vendía y la compramos para restaurarla", cuenta Trini, que recuerda que aquel fue el primer restaurante de Enciso, allá por 1990. "Fue un éxito total, estuvo cinco años abierto y logramos que los turistas que llegaban a ver las huellas se quedaran en el pueblo a comer". En 1995 decidieron dejar ese negocio de restauración en busca de otros proyectos: "En el pueblo nos decían que estábamos locos, pero la verdad es que lo nuestro no era la hostelería. Lo traspasamos y vimos otro nicho: el de los souvenirs, los dinosaurios y la artesanía". La tienda del puente se levantó en lo que era un corral: "Todas las obras las hemos hecho nosotros, vendíamos mantas de Ezcaray, cerámica de Navarrete, embutido..." Con su afán emprendedor emplearon a unas diez personas de Enciso y otros pueblos de la zona: "Todos gente joven". La tienda del puente fue expropiada en 2006 por el Gobierno de La Rioja para levantar el parque de paleoaventura de La Rioja, El Barranco Perdido. "Fue un palo tremendo; era un negocio muy bonito, con gente de todo el mundo, económicamente era una bomba, nos quedamos destrozados".
El verbo rendirse no está en el diccionario de esta emprendedora rural, así que se formó en informática y, gracias a la ayuda de descendientes de gente del pueblo lograron montar una ciberteca y abrir una web con noticias del Valle del Cidacos: "En cidacosdigital colgábamos fiestas, romerías, noticias, fotos del paisaje... ". Y como no hay dos sin tres, montaron el coro de Enciso gracias a la ayuda del director del orfeón de Arnedo. El negocio actual de Trini son unos apartamentos turísticos que tardaron en restaurar cuatro años sobre una casa del siglo XVII. En Casa Abacería tienen clientes todos los fines de semana del año y están llenos en verano, Semana Santa y puentes. Este ritmo emprendedor pasa factura: "No todo es felicidad, hay mucho trabajo y desazones. No hemos pedido nunca subvenciones, al principio pedimos dinero a la familia y luego los proyectos se han ido autofinanciando". Por eso Trini subraya que el mundo rural necesita más que nunca olvidarse de tantas "trabas y papeleos": "Hay que facilitar que la gente emprendedora no tenga tanta burocracia, te pasas media vida logrando papeles".
También de la cabeza pensante de Trini y Ernesto salió la idea de recuperar el carnaval tradicional de Enciso, que ha cumplido ya 15 años. "Pensamos, ¿qué hacemos para que la gente venga también en invierno?" Manos a la obra: labor de investigación y costura para recuperar 70 trajes tradicionales del carnaval riojano que se habían perdido. Todo un desfile etnográfico con trajes que ya solo se pueden ver en Enciso.
Chus, la semilla del principal festival cultural rural riojano
Chus tiene 45 años y nació en Quel, localidad del Valle del Cidacos aunque vive en Enciso desde 2009. Formada en movimientos sociales y proyectos de autoempleo de Zaragoza, estudió cocina en la Escuela San Lorenzo de Huesca con el objetivo de buscarse la vida en hostelería rural. A Enciso llegó en 2009, trabajó en el saneamiento de huellas de dinosaurios de los yacimientos del pueblo y en la cocina de unas de las primeras casas rurales de Enciso, La Posada de Santa Rita. Tiene dos hijos (el 40% de la población escolar del pueblo, que tiene 5 niños escolarizados) y dio un giro a su vida al darse cuenta de que los horarios de la hostelería era incompatibles con la crianza de sus hijos. ¿Solución? Intentó hacer de su hobby un modo de vida. Chus y su pareja, Jose, son apasionados de las antigüedades y 2015 abrieron en Enciso Momo, como el libro de Michael Ende, una tienda de objetos olvidados a buen precio que tiene más clientela entre vecinos del valle que entre turistas.
Chus es una de las fundadoras del festival cultural Encinart, muestra de teatro y arte de calle y patio que en su última edición reunió a cerca de 10.000 personas bajo el lema Larga vida al mundo rural: teatro, arte en los patios y en las calles, música, gastronomía... Comenzó en 2009 "sin más pretensión que generar cultura en el pueblo, pero la respuesta fue genial" y este 2020 vive su duodécima edición y ya tiene fecha: del 19 al 21 de junio. En la nueva edición llevan ya trabajando desde hace seis meses y Chus confirma que el pueblo "se vuelca" en la organización: "Lo toman como algo propio y se gestiona en pequeños grupos" para que todo salga perfecto los días del festival, cuando Enciso multiplica por cien el número de personas en sus calles.
Chus también tiene sus reivindicaciones como mujer emprendedora en el mundo rural: "Las gestiones y la organización territorial no se pueden hacer desde un despacho; el mundo rural es diverso y hay que buscar la parte positiva de cada pueblo para extraer lo mejor. Hay que dar voz a los que allí viven y asegurar que no desaparezcan los servicios porque en los pueblos tenemos derecho a una vida digna, a los mismos recursos que cualquier ciudad aunque adaptados al entorno". Chus explica que eligió vivir en un pueblo por el "contacto más directo con la naturaleza y el modo de vida rural". "Una feminista militante como yo echa de menos algunas cosas pero cierto es que la militancia no solo se establece en lo público sino que es fundamental trasladarla a lo privado para que realmente podamos alcanzar un cambio estructural de la sociedad". Ella pone su granito de arena donde más mano tiene, en sus dos hijos: "Tratar de ofrecer una educación en igualdad, respeto y diversidad a mis hijos poniendo, además los cuidados en el lugar que se merecen". Su mensaje para el 8 de marzo lo resume en la necesidad de "reivindicar una sociedad más feminista, justa e igualitaria para todas y todos".
Elsa, el futuro de las 70 vacas de su familia
Elsa Martínez Lafuente, la Chacola, es la más joven de estas tres mujeres de Enciso y la que vive en el pueblo desde que nació. Tiene 35 años, es de familia ganadera, ingeniera técnica Agrícola en Industrias Alimentarias y sabe mucho de dinosaurios. Elsa ayuda en el negocio familiar, 70 vacas de carne y cría: "Me toca alimentarlas en invierno, estar pendiente de los partos y vender los terneros. La ganadería me gusta desde siempre y mi idea es seguir el negocio familiar", asegura.
Los otros animales que son su pasión son los dinosaurios. Elsa trabaja en el Centro Paleontológico de Enciso, un museo con el que el Ayuntamiento de esta localidad quiere poner en valor del patrimonio paleontológico de La Rioja: "Tenemos muchas huellas para la provincia tan pequeña que somos, unas de las mejores conservadas". Elsa presume de las icnitas de su pueblo, donde están varios de los mejores yacimientos de los 140 que hay en La Rioja. Por eso también se ocupa, junto a Raquel González (otra de las mujeres emprendedoras de Enciso) de las visitas guiadas a los yacimientos mostrando algunas de las 3.000 huellas de dinosaurios que hay catalogadas en Enciso. Gracias a este museo y al parque de paleoaventura los turistas que antes solo estaban de paso ahora se quedan en el pueblo.
Con Elsa repasamos lo bueno y lo malo de trabajar en la España vaciada: "Lo que me gusta de vivir en un pueblo tan pequeño es la tranquilidad... abrir la ventana por la noche y no oír nada; salir por la calle y saludar y conocer a todo el mundo". En sus planes de futuro no entra irse de Enciso: "Sería capaz de irme por amor pero prefiero convencerlo de que venga a vivir aquí", dice como única opción de alejarse de allí. "Lo mejor es vivir en el pueblo. Bajo a Logroño al médico, a bodas y de compras... poco más". De nuevo en la parte negativa coincide con sus paisanas Trini y Chus. "Echo en falta más colaboración para emprender en una zona limitada como es una pequeña localidad".
Susana Elguea
Coordinadora de actualidad en CadenaSER.com. En la web de la SER desde 2001, como redactora y portadista,...