"Visito cientos de casas al día. Imagínate la que se ha podido líar"
Los profesionales de la lectura de contadores llevan toda la semana trabajando sin medidas de precaución
"Los que vamos de aquí para allá somos el mejor amigo del coronavirus", dice una trabajadora
Madrid
Hay miles de trabajadores que pueden teletrabajar sin apenas complicaciones, pero hay otros que no, como los riders o como los profesionales que se dedican a la lectura de contadores. Antonio (nombre falso) trabaja para una importante empresa de suministros y lamenta que sus jefes no han tomado apenas medidas.
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"Ni geles desinfectantes ni mascarilla. Solo nos han dado unos guantes y encima me van grandes", explica. "Visito cientos de casas al día. Imagínate la que se ha podido líar porque yo no sé si el cliente tiene coronavirus sin saberlo. ¡Una señora me ha dicho que estaba en cuarentena cuando yo ya estaba dentro! La mayoría de la gente te abre la puerta sin más, pero hay quien se niega a abrir y te grita la lectura. Se tendrían que haber tomado medidas antes. Les importamos una mierda".
Cristina (nombre falso) trabaja leyendo contadores en distintos municipios de La Rioja y reconoce que esta semana mucha gente le ha abierto la puerta con cara de sorpresa. "No entienden por qué seguimos yendo a trabajar", dice. "Los que vamos de aquí para allá somos el mejor amigo del coronavirus. Yo lo pasaría como un catarro fuerte, pero ¿y si me contagio y lo llevo a otros municipios?"
Antonio reconoce que lleva varios días "muy nervioso" porque tiene familiares con factores de riesgo y no quiere contagiarles, pero por otro lado no se quería arriesgar a pedir la baja por miedo a perder el empleo. "El lunes nos han dicho que nos limitemos a recoger las lecturas colgadas en las puertas", añade. "Pero igual para entonces ya nos han hecho un ERTE".
Crisitina reconoce que "la situación ha pillado a las empresas por sorpresa y no saben qué hacer". Explica que "han suspendido todas las lecturas de Haro, eso sí", pero de momento siguen trabajando con guantes, lavándose las manos cada dos por tres y procurando no exponerse mucho. "A veces no les duele hacer lecturas estimadas. ¿Por qué no lo aplican ahora también?", se pregunta.
"Yo hoy no he entrado en casas por decisión propia. Cobro por contador leído y si no llamo a las casas, dejo de ganar dinero. Pero no quiero contagiar a nadie".
Carlos G. Cano
Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...