Las lecciones aprendidas de la isla de Hokkaido en su "segunda ola" de contagios

Madrid

Japón ha extendido el estado de emergencia a todo el país después de confirmar más de 9.000 contagios y 178 muertos. Al menos 700 de esos contagios se corresponden con los tripulantes del 'Diamond Princess', un crucero que lleva aislado en la isla nipona desde el principio de la pandemia. Si bien en un primer momento la estrategia para contener la expansión del COVID-19 era hacerlo según prefecturas, ahora el primer ministro Shinzo Abe ha decidido extender el estado de emergencia a todo el país. Un total de 47 prefecturas. La isla de Hokkaido, también afectada, ya había estado bajo esta situación mucho antes que el resto del país. Concretamente desde el 28 de febrero hasta el 19 marzo, cuando se registró una mejoría de los datos en la región. 

Lecciones de una segunda ola

Hokkaido fue la primera región de Japón que se puso en estado de emergencia. El 28 de febrero. Las escuelas cerraron, se cancelaron las reuniones de grandes grupos de personas y se "invitó" a la gente a quedarse en casa, según recoge la cadena británica 'BBC'. A partir de aquí hubo un férreo control sobre aquellas personas que habían estado en contacto con casos de coronavirus, se las aisló y se contuvo su movilidad. Por eso, a mediados de marzo la isla ya estaba preparada para levantar el confinamiento. 

Las propuestas para una segunda fase de control del coronavirus en España

<p>La Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS) ha publicado un informe en el que valora positivamente las medidas de confinamiento y aporta propuestas para una segunda fase de control de la epidemia</p>

Hokkaido actuó con independencia respecto al gobierno central, ahora muy criticado por declarar el estado de emergencia demasiado tarde y no dar suficiente apoyo a aquellos japoneses que tienen dificultades para llegar a fin de mes; la isla al norte de Japón apenas ha reportado 135 casos nuevos de coronavirus en la última semana. 

Según el profesor Kenji Shibuya, del King's College London, en declaraciones a la BBC son tres las lecciones que podemos extraer de la experiencia de Hokkaido: 

1. Si lo superas temprano, puedes tener la enfermedad bajo control. La experiencia de la isla demuestra que la identificación y aislamiento de grupos fue absolutamente exitosa. Según el artículo de la BBC, se parece mucho a lo que ocurrió en la ciudad surcoreana de Daegu donde un grupo religioso, foco de la enfermedad, fue rastreado profusamente, aislado y contenido. 
2. Si no haces test masivos, el peligro de una segunda oleada es mayor. A diferencia de Corea del Sur, Japón no ha extendido los test a su población. Las autoridades consideraban que "era un desperdicio de recursos", según la BBC y además corrían el riesgo de desbordar los hospitales con casos positivos. Por eso, aunque se tenga un éxito inicial, es difícil aislar durante un tiempo prolongado si no se tiene capacidad para hacer pruebas. 
3. Esta nueva realidad va a durar más de lo que la gente espera. Es decir, como dice la OMS, en una segunda fase del brote es muy importante que la población sea consciente de la situación. Hokkaido vuelve a las restricciones, después de haber estado restringida, aunque la versión nipona del confinamiento es más suave que en otros países: los bares y tiendas siguen abiertos. 

Aunque la contención local tenga éxito, es imprescindible la estrategia nacional. Si la gente se mueve de una prefectura a otra es difícil mantener un estado libre de coronavirus. En eso está Japón, en la difícil decisión de paralizar absolutamente todo, algo terrible para un país tan productivo, o convivir con la infección y que la "explosión" del brote sea mucho peor. 

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