Así vivieron la histeria por el papel higiénico en la mayor fábrica de España
El ingeniero Javier Poveda coordinó el abastecimiento desde su domicilio particular, pero reconoce el esfuerzo de quienes no dejaron de ir a las fábricas ni cuando el coronavirus provocaba 800 muertos al día
Madrid
El miedo es más contagioso que el coronavirus y no tardamos en comprobarlo. A principios de marzo, antes incluso de llenar nuestras despensas con latas de atún, tarros de legumbres y kilos de harina, la gente acudió en masa a los supermercados para hacer acopio de papel higiénico. Un producto al que, normalmente, no le prestamos demasiada atención, pero que en ese momento nos pareció absolutamente imprescindible. Tanto que, en muchos supermercados, ¡se agotó!
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La principal productora de España, con firmas como Colhogar y también la marca blanca de Eroski, Mercadona, Aldi o Lidl, entre otras, es la multinacional Essity. Una empresa de origen sueco que opera en 150 países y que cuenta con tres fábricas en suelo nacional, situadas en Navarra, Tarragona y Gran Canaria. Entre las tres, cada día producen 2 millones de rollos de papel higiénico.
Pero la demanda, a principios de marzo, se disparó. Y eso, para Javier Poveda, jefe jefe de Abastecimiento y Planificación de Essity en España y Portugal, era sinónimo de problema gordo. "Lo empezamos a notar dos semanas antes de que se declarase el estado de alarma", explica por teléfono. "Nunca habíamos tenido tanta demanda. Pero duró cuatro o cinco semanas. Luego fue bajando".
Essity cuenta con plantas de producción en China y casi todos los países de Europa, incluido Italia, por lo que no tardó en darse cuenta de lo importante que era introducir medidas preventivas: menos reuniones presenciales, más videoconferencias... El mismo Poveda, de hecho, dejó de acudir a las fábricas y empezó a teletrabajar, por lo que, en plena locura de compras compulsivas y a las puertas de una pandemia, buena parte del abastecimiento del papel de váter se gestionó desde un domicilio particular de Vilanova i la Geltrú (Barcelona).
"Mi trabajo consiste en evaluar la previsión de ventas y planificar qué y en qué momento debemos producir. Mi día a día consiste en evaluar necesidades, controlar materias primas, observar la evolución del mercando, calcular tiempos de transporte... ¡Muchas reuniones por Teams y por Skype!", dice. "Pero también hay que reconocer el esfuerzo de todos los que, en los peores momentos, con 800 nuevos muertos cada día, siguieron yendo a trabajar a las plantas".
La fabricación, básicamente, consiste en procesar la pulpa de papel con maquinaria industrial de gran tamaño que convierte la materia prima en bobinas de 2,5 toneladas y 3 metros de altura. A partir de ahí, según detalla Poveda, esas bobinas se transforman en rollos de papel higiénico –que pueden ser de una, dos, tres o cuatro capas, con o sin tinta– y, por otro lado, se consigue el cartoncillo.
"Teníamos planes de contingencia, los aplicamos y funcionaron", explica este ingeniero catalán. "Es algo que ya teníamos predefinido e intentamos trabajar de forma más agil y flexible para maximizar la eficiencia. Ni siquiera tuvimos que contratar personal. Solo usamos los recursos con los que ya contábamos".
Según Poveda, y a pesar de lo que mucha gente llegó a creer en su momento, "España no llegó a estar en riesgo de desabastecimiento de papel higiénico". Él apenas salió de casa en esos días, por lo que no llegó a ver estantes vaciós en los supermercados, y asegura que no recibió ningún intento de soborno para vender rollos de papel por canales extraoficiales, pero sí muchos mensajes de compañeros –interesándose por su trabajo– y también muchos memes, claro.
"Vi uno de gente que hacía ejercicio levantando paquetes de papel higiénico", comenta entre risas. "La verdad es que eran graciosos. Pero la histeria colectiva no estaba justificada. Ni ha habido desabastecimiento ni lo habrá. Y si hay rebrotes, que la gente esté tranquila. Ya ha quedado demostrado".
Su balance personal, en cualquier caso, es bastante positivo. "Hemos tenido que tomar decisiones de manera muy ágil, con la velocidad a la que sucedían los hechos. Pero ha sido como un aprendizaje. Si ahora volvemos a pasar desapercibidos, será buena señal. Pero mi dedicación no ha cambiado".
Carlos G. Cano
Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...