Muere Ennio Morricone, compositor de una era de la historia del cine
El director de orquesta italiano fallece a los 91 años debido a las consecuencias de una caída
Recibió un Óscar honorífico en 2006 y ganó el Óscar a la mejor banda sonora en 2016 por 'Los odiosos ocho'
El compositor de bandas sonoras del cine tenía que recoger en octubre el Príncipe de Asturias de las Artes
Madrid
Cuenta Ennio Morricone que cuando era un estudiante de música muchos de sus compañeros le despreciaban porque se había especializado en trompeta, un instrumento considerado vulgar. Ninguno de aquellos estudiantes consiguió destacar con el tiempo. Morricone en cambio se ha convertido en uno de los músicos de cine más importantes de la historia. Sus melodías y canciones han trascendido el campo cinematográfico hasta el punto de que se le puede considerar uno de los creadores musicales más grandes del siglo XX. Y lo que le queda del XXI.
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Si Clint Eastwood y el director Sergio Leone fueron los grandes artífices de la época dorada del spaghetti-western, no menos importante fue el hombre que le dio su sonido característico. Ennio Morricone revolucionó la música del western incluyendo nuevos instrumentos como la guitarra eléctrica o el órgano, además de la innovadora presencia de los coros, los efectos de sonido o los silbidos. Aunque el músico ya había compuesto algunas bandas sonoras anteriormente, fue su asociación con su antiguo compañero de colegio Leone lo que le convirtió en un compositor estrella a nivel internacional gracias a los spaguetti-westerns. Con él formó un tándem imbatible y compuso, entre otras, las piezas de la trilogía del dólar, Por un puñado de dólares, La muerte tenía un precio y El bueno, el feo y el malo. El director decía de él que más que su compositor era su guionista. Muchas veces sustituía diálogos por la música ya que ésta expresaba mejor que las palabras lo que quería contar.
Los 90 años del maestro Morricone
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Pero el western no acabó encasillando a Morricone. El italiano ha puesto su estilo personal al servicio de prácticamente todos los géneros. A lo largo de su carrera ha compuesto 36 bandas sonoras de películas del Oeste, más o menos un ocho por ciento del total de su obra ya que Morricone es el compositor más prolífico de la historia, autor de más de 500 bandas sonoras, trabajando durante algunas etapas de su carrera a una media de tres al mes. Sus composiciones constituyen la banda sonora de una era del cine, de Cinema Paradiso a Novecento o La misión. Después de estos éxitos, su caché aumentó y en el mercado americano se lo rifaban.
Morricone ha trabajado con casi todos los grandes del cine italiano, Bertolucci, Pasolini, Bellocchio, Pietri... También en el cine francés el compositor ha dejado su huella en numerosos títulos, como El profesional, de Jen Paul-Belmondo. El cine de gángster es otra de sus especialidades, Los intocables de Eliot Ness, El clan de los sicilianos, Bugsy... y cuando su amigo Sergio Leone quiso rodar su gran película del género, Érase una vez en América, no dudó en acudir a su viejo amigo.
Por su aire nostálgico, a la par que dramático, muchos la consideran a gran obra maestra de Morricone. El músico creo que la partitura antes de empezar a rodar y el director se valió de ella para motivar a los actores durante la filmación: "No solo yo, actores como Robert de Niro les gusta que la música se toque en plató porque les facilita meterse en situación. Dicen que eso les hace sentirse dentro, que les ayuda de un modo especial, así que lo hacemos así y después se graba el diálogo", recordaba Leone.
A pesar de ser una de las grandes partituras de los 80, ni siquiera fue nominada al Óscar. Morricone siempre lo ha tenido difícil en el mercado americano. Su vinculación al antiguo partido comunista italiano pudo ser la razón por la que durante muchos años los americanos le negaran su total reconocimiento. Ocurrió también con la música de La misión, ninguneada también en los Óscar.
Ennio Morricone llevaba ya cinco candidaturas sin éxito cuando en 2007 la Academia le entregó el Óscar honorífico, el primero de la historia concedido a un músico, conscientes de la anomalía que suponía que un maestro como él no lo hubiera ganado nunca. Pero en 2016 repitió y esta vez sí por una partitura, la de Los odiosos ocho, de Quentin Tarantino. El director americano es un gran fan del italiano y ha utilizado composiciones suyas en muchas de sus películas hasta que al fin consiguió que le escribiera una partitura original. Morricone dice que lo hizo porque Tarantino es de los que saben valorar la música en sus películas.
Otro director con el que ha formado equipo en las últimas décadas es Giuseppe Tornatore. Para él ha compuesto no sola la pieza de Cinema Paradiso, sino también las bandas sonoras de La leyenda del pianista en el océano, Malena, El hombre de las estrellas o, la que muchos dicen es la mejor partitura del maestro en los últimos tiempos, La última oferta.
El pasado año, Morricone se despidió de los escenarios con una gira que reunió a los aficionados a la música de orquesta y a los más cinéfilos en varias ciudades españolas, conciertos en los que el maestro recibió una ovación y logró apagar los móviles de un público entregado. Hace unas semanas, Morricone y el también compositor John Williams, fueron distinguidos con el Premio Princesa de Asturias de las Artes por toda una carrera dedicada a la música y al cine. El genio italiano no podrá recogerlo en octubre, pero toda su obra forrma ya parte de la historia del cine y de la banda sonora de muchas personas.
Antonio Martínez
Lleva más de 30 años en la SER hablando de cine y de música. Primero en 'El cine de Lo que yo te diga',...