Internacional
Suicidios

"Tengo que seguir al hombre de la capucha": un niño de 10 años se suicida por un reto en las redes sociales

La policía de Nápoles investiga la muerte del menor e incauta los dispositivos que usaba el niño

La policía italiana investiga el suicidio de un niño relacionado con un juego viral en redes sociales. / GETTY IMAGES

Madrid

Italia está conmocionada por la muerte, en Nápoles, de un niño de diez años que se tiró por el balcón de su casa en mitad de la noche. Sus padres encontraron en su habitación una nota en la que el pequeño escribió: "Mamá, papá, os quiero pero tengo que seguir al hombre de la capucha". La policía está investigando ya el suicidio del niño y lo relacionan con las páginas en redes sociales (Facebook, Instagram, Tik Tok, Twitter) de un tal Jonathan Galindo. 

El "hombre de la capucha" al que se refería el niño fallecido en la nota a sus padres es un hombre que aparece en las fotografías con careta del Goofy de Disney que, según informa el diario italiano Il Corriere della Sera, "lanza desafíos" a las personas (sobre todo menores y adolescentes) que le siguen en las redes sociales. Este personaje ofrece jugar a un juego en el que hay que pasar retos cada vez más complicados. La policía cree que el niño pudo acabar arrojándose desde el balcón de su casa, situada en la onceava planta del edificio, para intentar cumplir alguno de los retos ordenados por este Goofy maldito. 

Los "grupos de la muerte"

En el caso de Jonathan Galindo, el juego nació en América y ha llegado a Europa a través de España, Alemania e Italia. Tras este suicidio en Nápoles la Fiscalía de Menores ha abierto un expediente y la policía ha decomisado el móvil y una consola usada por el menor.

Este perfil se relaciona con los llamados "grupos de la muerte", como el juego de la ballena azul, que hace unos años, en 2017, saltó a la actualidad por el caso, en Barcelona, de una chica de 15 años que acabó en la unidad de psiquiatría de un hospital para evitar que se suicidara a través de este perverso juego, que incitaba a los jóvenes a quitarse la vida. Otro de los juegos de este tipo fue Momo, cuyo objetivo final era chantajear a los adolescentes con fotografías de contenido sexual a través de un juego que se vendía con la foto que mostraba la cara de una muñeca terrorífica.

Los participantes se unen a estos retos a través de las redes sociales o de mensajes en sus teléfonos, que les invitan a unirse a grupos cerrados de participantes.

En el caso del juego de la ballena azul, el único responsable que se vincula con el juego mortal fue condenado en julio de 2017 a tres años y cuatro meses de prisiónEl estudiante de psicología ruso Philipp Budeikin fue considerado uno de los creadores y admitió su influencia directa en 17 casos de muertes de adolescentes.

En España se dieron varios casos, además del Barcelona, en Murcia y Palma de Mallorca; afortunadamente todos fueron detectados a tiempo. 

 
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