A juicio por torturar a los presos reproduciendo la canción infantil 'Baby Shark' en bucle durante horas

Madrid

Si tienes hijos pequeños, o has tenido que cuidar de algún primo o sobrino que todavía se encuentra en las primeras etapas de su vida, probablemente conozcas el Baby Shark. Una canción infantil, desarrollada por la empresa surcoreana dedicada a la producción de material pedagógico Pinkfong que, en apenas unos años, se ha convertido en una de las más populares de todos los tiempos. ¿Te imaginas escucharla en bucle durante varias horas?

Hace apenas unos días, The New York Times daba a conocer, a través de su edición digital que tres antiguos funcionarios de una prisión de Oklahoma (Estados Unidos) han sido llamados a juicio por torturar a los reclusos con esta canción durante horas. Tal y como reflejan los registros del Tribunal de Distrito del Condado de Oklahoma, Christian Miles, Gregory Butler y Christopher Hendershott encerraban a los prisioneros en una sala vacía durante horas y les ponían la canción en bucle hasta que salían de la misma.

Los reclusos escuchaban la canción en bucle durante horas

Por esa misma razón, el Tribunal ha acusado a estos funcionarios por su crueldad con los prisioneros, por el castigo corporal a uno de ellos y por conspiración. Según declaraciones juradas, Miles y Butler enviaron a los reclusos a una sala vacía destinada a las visitas de abogados durante los meses de noviembre y diciembre y los esposaban contra la pared. En una investigación interna anterior a los cargos, se descubrió que podían pasar hasta dos horas de pie. 

Mientras los reclusos pasaban esas dos horas de pie, los funcionarios de la cárcel reproducían una y otra vez la canción infantil como método de tortura. Una broma entre ellos para tratar de "enderezar a los reclusos", tal y como reconocía Christian Miles en declaraciones a los investigadores, que acabará en juicio. Y es que, según explica el fiscal de distrito del condado de Oklahoma David Prater, reproducir la canción una y otra vez supuso "un estrés emocional indebido" para unos reclusos que probablemente ya estaban sufriendo por el hecho de permanecer en la sala.

Los tres deberán acudir a juicio para esclarecer los hechos

Por todo ello, los jóvenes Christian Miles y Gregory Butler, de 21 años de edad, han sido llamados a juicio acusados de imponer castigos a los reclusos. También el teniente de 50 años Christopher Hendershott, quien supo de dichos maltratos y no hizo nada para detenerlos. Según explica el fiscal Prater, los tres han estado trabajando "de forja conjunta, voluntaria e injusta", de una "manera cruel o inhumana". 

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Varios meses después de abandonar la cárcel en la que llevaron a cabo dicha tortura, los responsables de los hechos deberán explicar lo sucedido ante el juez. Y es que, a pesar de que consideraron que no era más que una broma en ese momento, pudieron llegar a mermar psicológicamente a unos reclusos que ya estaban sufriendo por el hecho de estar aislados en una sala vacía durante horas, tal y como explica el fiscal.