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Los Erasmus de la pandemia: así viven el curso marcado por confinamientos, toques de queda y clases online

Los estudiantes en diferentes países de Europa cuentan cómo es vivir un Erasmus en tiempos de coronavirus y señalan que lo que más echan de menos son los viajes sin restricciones y el ocio nocturno

Un grupo de estudiantes de Erasmus / Getty Images Getty Images

Madrid

La segunda oleada de coronavirus azota con fuerza Europa y muchos países ya han endurecido las restricciones para poder frenar el avance de la pandemia. Hace unos días Portugal declaraba el estado de calamidad ante el repunte de casos. Se imponían los toques de queda en Francia, Bélgica o Italia, y en República Checa se decretaba el confinamiento total del país. Las limitaciones al ocio y actividades nocturnas iban llegando a casi la totalidad de los países y millones de ciudadanos veían como sus vidas cambiaban de la noche a la mañana.

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La historia se repite y volvemos a rozar los datos de marzo o abril. Y los llamados Erasmus de la pandemia, ¿están preparados para surfear la ola de coronavirus? Los estudiantes que han decidido irse a Europa para disfrutar de la beca Erasmus durante este curso, afrontan la situación de manera muy diferente con respecto a los cursos anteriores. Desde luego, un Erasmus atípico, pero que no frena las expectativas de miles de estudiantes.

Lo que más les preocupa: el ocio nocturno

"A pesar de tener restricciones, seguimos haciendo las mismas cosas de siempre y la experiencia está siendo increíble, vivimos todo muy intensamente y aquí un día es como una semana", cuenta Clara Luján, que está disfrutando de la oportunidad Erasmus en Bratislava. Reconoce que cuando le aceptaron en el programa de movilidad tenía dudas por la incertidumbre de la situación. "Surgieron muchas dudas durante la cuarentena, pero tuvimos la suerte de que Eslovaquia tenía unos datos bastante buenos, y pudimos venir", relata.

En cuanto a las clases, Clara Luján tuvo la oportunidad de poder dar clases presenciales durante las primeras semanas del curso. Sin embargo, con el aumento de casos positivos, las autoridades educativas decidieron cambiar la modalidad y hacerlas online. Aunque lo que más echa de menos esta estudiante es el ocio y los viajes. "Lo que más nos está afectando es la restricción del ocio nocturno. Para los españoles, sobre todo, es muy raro el hecho de que los bares y discotecas cierren a las diez de la noche, pero buscamos otros planes", cuenta con optimismo.

Confinado estando de Erasmus

Los Erasmus de Eslovaquia están teniendo mejor suerte a la hora de viajar que los que se encuentran en otros países. "Estamos en un país muy céntrico y de momento no tenemos casi ninguna restricción de viaje, por lo que casi todos los findes nos escapamos a descubrir algún sitio nuevo", explica Clara. Sin embargo, Javier Linares no está teniendo las mismas facilidades, puesto que se encuentra de Erasmus en la ciudad irlandesa Dundalk y hace unos días decretaron el confinamiento del país durante cinco semanas. "Han puesto en cuarentena todo el país, lo que implica no poder salir a más de 5km y solo a lo esencial", lamenta.

Este estudiante decidió aceptar la beca Erasmus con la motivación de mejorar el idioma, disfrutar del ocio nocturno, viajar, y ya de paso, quitarse algunas asignaturas de su universidad de origen, que, según cuenta, "tenían mala fama". De momento, solo ha tenido clases de forma online y no ha podido conocer a los alumnos de su clase. "Hasta los profesores nos compadecen por la situación", señala Javier Linares, que reconoce que sí ha conocido a los demás estudiantes de movilidad, con los que ha podido entablar amistades y recorrer el país el tiempo que han podido. "Desde el primer día nos hemos reunido y hemos estado haciendo fiestas y moviéndonos por el país todo lo que hemos podido", asegura.

Javier lamenta que los bares y lugares de ocio estén cerrados como medida de contención del virus, aunque eso no impide buscar alternativas y aprovechar la experiencia igual. "Los pubs están cerrados, así que las mayores fiestas las estamos teniendo en nuestra residencia, donde somos todos erasmus y el dueño nos permite liarla un poco", comenta riendo.

"El toque de queda fue un shock"

En Francia, las cosas se están poniendo cada vez más feas. Si el toque de queda a partir de las nueve de la noche melló la esperanza de los Erasmus de salir a disfrutar del ocio nocturno como estaban acostumbrados, el confinamiento que decretó el Gobierno hace dos días frustró las expectativas de la experiencia.

Miguel Fleta está cursando sus estudios en la ciudad de Lyon y aprovecha para aprender el idioma. Para él, la pandemia "no era tan importante" porque su objetivo principal era estudiar en francés y conocer la cultura del país. Aunque, pensaba que iba a poder ser "más libre" de lo que era en España. "Me vine con expectativas muy altas", reconoce.

"El toque de queda suponía no poder salir de casa desde las 9 de la noche hasta las 6 de la mañana, y eso ha sido un shock muy fuerte, pero el confinamiento ya...", comenta, poniendo de manifiesto que lo que más le está perjudicando de la situación ya no es el hecho de no poder salir a discotecas o a parques por las noches, sino a las calles. También señala que le han cancelado algunos viajes por las nuevas restricciones del coronavirus: "Me gustaría viajar, sobre todo, sin restricciones, salir de fiesta a discotecas y festivales, que ahora mismo no se puede hacer", lamenta.

También en Portugal la situación es drástica y está decretado el estado de calamidad, que implica restricciones a la movilidad y a las reuniones sociales. Aunque lo que más llama la atención de este país es que no es obligatoria la mascarilla en todo momento. "Solo podemos juntarnos cinco personas y los lugares están muy restringidos", cuenta Daniel González, que está de Erasmus en Coimbra y reconoce que su experiencia no está siendo "nada favorable".

A este estudiante la pandemia le ha arrebatado las ganas de disfrutar de la oportunidad del Erasmus, pues asegura que "no se puede hacer nada". "Tenemos clases online, no hay bares ni discotecas abiertas y tampoco tenemos la posibilidad de conocer gente", lamenta, pues al vivir en un piso con otros tres estudiantes, no tiene tanta facilidad de conocer a otras personas porque no va a la universidad de forma presencial, ni tienen permitidos los desplazamientos. "Con el estado de calamidad no podemos hacer muchos viajes y así, tampoco tenemos la oportunidad de conocer el país, que es un motivo por el que la gente se va de Erasmus", cuenta.

"Me gustaría que viniera mi familia a visitarme"

Y en el epicentro de la pandemia, Italia, la incidencia de contagios tampoco mejora. Tanto es así que el Gobierno anunció hace unas semanas nuevas medidas restrictivas para aplanar la curva de contagios. Como en otros países vecinos, se aprobó el toque de queda, la limitación de personas en reuniones y la reducción de aforos. En este contexto, se encuentra Sonsoles Moreno de Erasmus. Aunque para ella está siendo un Erasmus muy atípico al tener todas las clases online y no conocer siquiera la universidad de destino.

"Nos aseguraron que íbamos a tener las clases online, que podrían ser presenciales, pero 100% online. Si yo aceptaba la beca podría estar en mi casa en España haciendo lo mismo, pero como el año pasado estuve estudiando italiano para venir, pues ya lo tenía planeado y no quería dejar pasar la oportunidad", explica la estudiante de ingeniería aeronáutica. Desde el principio tenía claro que quería disfrutar del programa de movilidad, así que era la última opción que tenía para hacer las maletas y poner rumbo a Turín.

"Estoy en el segundo año del master, y si no lo hacía ahora no lo iba a tener nunca", señala. Y aunque se planteó quedarse en España, decidió ir a la ciudad italiana para mejorar su nivel de idioma. "Preferí venirme a un lugar donde iba a tener que hablar italiano y conocer gente de aquí para tener una inmersión en el idioma", asegura.

Lo que más añora de este atípico Erasmus son los viajes y las visitas de familiares y amigos. "Me hubiera gustado hacer más viajes por Italia y que me visitaran mi familia y amigos y ver conmigo la ciudad o ir a otros sitios, pero claro, no puede ser", lamenta.

Un Erasmus desde España

Aunque estos estudiantes de Erasmus se quejan por no poder la vida habitual de un Erasmus en un país europeo con miles de rincones por conocer y nuevas experiencias por vivir, hay otros que no tienen la oportunidad siquiera de instalarse en el lugar de destino, pese a participar en el programa de movilidad.

Este es el caso de María, una estudiante de Logroño, a la que solo le dieron la opción de hacer el curso con la universidad de Craiova, pero desde su lugar de origen o esperar al segundo cuatrimestre para poder viajar a Rumanía, si la situación mejoraba. "Iba a ir a Craiova desde Madrid el 26 de septiembre, pero dos semanas antes de ir nos dijeron que el primer cuatrimestre iba a ser online y que teníamos la posibilidad de elegir entre hacerlo online o seguir en nuestra universidad y el segundo cuatri en función de cómo esté el tema pues podré ir o no", explica.

Esta estudiante decidió aceptar las condiciones, porque tenía muchas ganas de hacer un curso en otro idioma y cambiar de profesorado. "Siempre está bien cambiar", dice entusiasmada. Aunque como el programa Erasmus lo está cursando desde España, le han denegado la cuantía económica de la beca.

En cuanto a la gestión de la universidad, reconoce que está siendo "una locura", pues los profesores no contestan a los emails y asegura que "están un poco perdidos". "Sigo esperando noticias de los profesores de la universidad de destino, porque como fue una decisión tan repentina, están buscando formas para adaptarlo lo mejor posible a los alumnos Erasmus", señala.

Todavía es pronto para vaticinar cómo le irá este primer cuatrimestre a la logroñesa con este nuevo formato de Erasmus y en periodo de implementación, pero lo que tiene claro es que en el segundo cuatrimestre irá a conocer Rumanía. "Mi intención es ir el segundo cuatri y espero que la situación esté mejor, pero de todas formas iré, aunque sea para vivir la experiencia Erasmus de verdad", asegura esperanzada.

¿Se están cumpliendo sus expectativas?

La mayoría de los estudiantes coinciden a la hora de echar de menos el ambiente de la universidad presencial y conocer a gente nueva. También echan de menos no poder viajar o no como les gustaría, debido a las restricciones de coronavirus. Y sobre todo, lo que hace imprescindible la experiencia Erasmus: el ocio nocturno. Todos echan de menos las fiestas organizadas por las asociaciones de estudiantes Erasmus, las discotecas de las diferentes ciudades que visitan o simplemente tomar algo en un bar después de las diez de la noche.

Sin embargo, muchos aseguran que ya iban mentalizados para vivir la experiencia de una forma diferentes y atípica, pero enriquecedora de igual forma. "Ya venía mentalizado, la verdad es que estoy contento. Se hace lo que se puede con que se tiene y creo que, si no comparase mi Erasmus con uno normal, sí que estoy cumpliendo mis expectativas", afirma Javier Linares, desde Irlanda.

Miguel Fleta intenta ser positivo y mira el lado bueno de la situación: "Me lo esperaba bastante mejor, pero tampoco está siendo terrible. Estoy aprendiendo francés y eso es lo principal", comenta entusiasmado. También Sonsoles Moreno reconoce que no tenía las expectativas muy altas porque era consciente de la situación, aunque se conforma con estar en Turín, ya que pensaba que ni siquiera iba a poder ir. "No es el mejor Erasmus que se podría tener, pero dentro de lo que cabe no me puedo quejar", asume.

Y para la estudiante que está en Bratislava, la experiencia Erasmus "está siendo un sueño". "Aunque estemos ante una emergencia sanitaria lo que se vive aquí no se puede describir con palabras. Para mí está siendo un sueño, he conocido a personas increíbles, he hecho cosas que jamás pensé que haría y todavía no hemos tenido ni tiempo de aburrirnos porque siempre hay algo que hacer", asegura Clara Luján.

Sandra Fernández Pérez

Sandra Fernández Pérez

Graduada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y en Ciencia Política y Gestión de la...

 
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