El escritor madrileño Luisgé Martín gana el Premio Herralde de Novela
El escritor madrileño ha ganado la 38 edición del Premio Herralde de novela con la obra 'Cien noches', en la que trata de las lealtades y las infidelidades en las relaciones
El escritor madrileño Luisgé Martín ha sido el ganador del Premio Herralde de Novela, con Cien noches, un galardón dotado con 18.000 euros. Se había presentado con pseudónico, el de María Slut y en la última votación se impuso a la finalista Los llanos, del argentino Federico Falco, presentada también bajo el seudónimo Pedro B.
En Cien noches, Irene viaja de Madrid a Chicago para estudiar en la universidad y como parte de su formación académica repasa trabajos de laboratorio sobre el comportamiento sexual de las ratas, que dan ciertas claves sobre la fidelidad o promiscuidad de los mamíferos según su sexo, pero también investiga estos comportamientos en humanos e inicia un viaje en el que los experimenta ella misma.
En la rueda de prensa posterior al fallo, Martín ha subrayado que es la primera vez que usa una voz de mujer, y en este caso aparece en primera persona: "Me parecía más sensato utilizar esa voz de mujer para hablar de la promiscuidad, para evitar todos los tópicos sobre la promiscuidad de los hombres o de la promiscuidad homosexual". Entre Madrid y Chicago, Irene se convierte en una detective que rastrea a personas desaparecidas y espía vidas ajenas.
La existencia de Irene queda marcada por los hombres con los que se relaciona: un millonario norteamericano adúltero, un argentino que arrastra un doloroso secreto y cuya familia tiene un pasado oscuro vinculado con la historia de su país, su marido bilbaíno que apenas sabe nada de ella y una relación de infancia cuyas primeras experiencias dejaron huella.
A esta exploración del amor y el deseo sexual se incorporan también varios personajes femeninos relevantes. Según la editora Silvia Sesé, la novela ganadora explora las distintas formas de amor y los diversos comportamientos sexuales, algunos radicales y extremos, al tiempo que levanta acta de la lealtad, la infidelidad, los deseos inconfesables, los tabúes, las medias verdades y los engaños que envuelven nuestras relaciones".
A modo de juego el autor incorpora una serie de expedientes de adulterios que pidió que le escribieran algunos escritores españoles amigos, en un "ejercicio de promiscuidad literaria" en el que participaron Edurne Portela, Manuel Vilas, Lara Moreno, Sergio del Molino y José Ovejero.
En nombre del jurado, Gonzalo Pontón Gijón considera la obra ganadora "una fábula moral con trazas detectivescas y científicas", Marta Sanz la ve como "una hibridación de novela de tesis y cuento de hadas", y Juan Pablo Villalobos cree que es "la fantasía de un moralista perverso y la de un antropólogo social, es decir, la fantasía del novelista que a través de la ficción encuentra la manera de explorar nuestros hábitos inconfesables".
Cien noches ha revelado Martín, nació de "una lectura de periódico en el que aparecía un informe sexológico de hace diez años en el que se decía que el 55 % de los hombres y el 46 % de las mujeres declaraban que habían sido infieles, y entonces surgió la pregunta de qué pasaría si mintieran algunos de los que habían dicho que eran fieles".
Admite el autor madrileño que es "una novela sobre la infidelidad, pero también sobre el deseo, la promiscuidad sexual y las formas que adopta la mentira para expresar ese deseo", y detecta que "hay tres novelas en una: una novela de tesis, moral o amoral y en la que se sostiene una serie de ideas sobre el comportamiento; también una novela erótica y, por otro lado, es un thriller con crimen e investigación".
La novela finalista, Los llanos, nació, según ha explicado su autor en una conexión desde Buenos Aires, de dos obsesiones: "Cómo hacer para contar el paso del tiempo y cómo contar el paisaje del territorio de donde provengo, la Pampa argentina, sintético, fácil de describir, simplemente con una línea horizontal".
"Contar una historia cambia a quien la cuenta", dice el protagonista de la novela finalista, que entiende la escritura como una manera de atarse a la vida. EFE