España aplasta a Rumanía y ratifica su billete al Eurobasket
La selección de Scariolo se redime a lo grande de su último tropiezo con Israel asestando un incontestable 94-41
La Selección Española se puso este lunes el mono de trabajo para doblegar a la floja selección de Rumanía en el segundo partido de la ‘ventana FIBA’ de Valencia y certificar, con un esforzado triunfo al que dio lustre en el tramo final del choque, su clasificación para el Eurobasket 2022. El combinado de Sergio Scariolo se ahorra así llegar a la tercera parada internacional jugándose un órdago.
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La diferencia de calidad entre ambos equipos hizo que pronto se abriera una brecha en el marcador, pero, a diferencia de lo que pasó el pasado sábado en la derrota ante Israel, el seleccionador apretó en la segunda parte para que no bajara el nivel defensivo y poder acabar con buenas sensaciones.
El encuentro comenzó ya con una sucesión de errores por parte de ambos equipos de la que salió beneficiado el equipo español por cometer alguno menos y porque, primero Tyson Pérez por dentro, y después Darío Brizuela por fuera, se turnaron para alimentar su marcador.
La entrada del Rares Uta dio algo de consistencia el juego interior rumano, pero cuando el juego se centró en las zonas, el hambre de Jonathan Barreiro y el oficio de Nacho Llovet y Víctor Arteaga desnivelaron la balanza. También por fuera el tesón de Francis Alonso acabó por dar frutos ampliando sumamente las distancias hasta el 45-21 al descanso.
El aprendizaje de la derrota
El paso por el vestuarios multiplicó de nuevos los errores en el tercer cuarto, pero Scariolo apretó desde el banquillo para que la tensión defensiva no bajara y que no aparecieran los ‘fantasmas’ de la derrota ante Israel. Pese a la falta de puntos, España nunca perdió el control del juego.
El choque llegó ya completamente decidido al último cuarto y Rumanía, que se había esforzado por no dejarse ir, bajó los brazos. Xabi López-Arostegui, certero desde la línea de tiros libres, y Quino Colom, incisivo en las penetraciones, aprovecharon esta situación para engrosar la ventaja española hasta llevarla cerca de los cuarenta puntos. La inercia del esfuerzo defensivo del conjunto español en el tercer cuarto permitió llevar la ventaja un paso más allá a base de contragolpes y del talento de Darío Brizuela.