¿Vacuna o infección natural? La forma de lograr una mayor inmunidad a la COVID-19
"Hay algunas enfermedades donde la vacuna protege más que la enfermedad y otros casos donde la enfermedad brinda más protección que la vacuna", dice el vacunólogo Carlos Rodrigo

Vacunación contra la COVID-19 en Nueva York. / Servicio Ilustrado (Automático) (LEV RADIN / ZUMA PRESS / CONTACT)

Madrid
"Significa el principio del fin de la pandemia", decía el ministro de Sanidad, Salvador Illa, sobre la próxima llegada de la vacuna contra la COVID-19 a España. El 27 de diciembre comenzará la vacunación en nuestro país y, aunque Illa recomendó precaución, al decir que, pese a empezar a ver la luz al final del túnel, no es "el fin", la esperanza se empieza a percibir en el entorno.
Más información
No obstante, aún queda mucho camino por recorrer y sigue habiendo dudas en torno al SarS-CoV-2, con el que ya llevamos conviviendo casi un año. Entre ellas se incluyen preguntas a responder sobre las propias vacunas, como acerca del nivel de respuesta inmunitaria que proporcionarán y si será mayor o menor que el que ofrecerá la vacunación.
Depende de cada enfermedad
En un reportaje en el que BBC Mundo entrevista a varios expertos, se trata de reflexionar sobre las posibilidades de protección que otorgarán las vacunas para prevenir la COVID-19. "Hay algunas enfermedades donde la vacuna protege más que la enfermedad y otros casos donde la enfermedad brinda más protección que la vacuna", señalaba al medio el vacunólogo y Director Clínico de Pediatría del Hospital Germans Trias i Pujol, en Barcelona, Carlos Rodrigo.
Rodrigo indicaba que depende del tipo de enfermedad y de la vacuna, pues en la varicela o el sarampión la infección natural es la que proporciona más inmunidad, frente a otros padecimientos donde la vacuna provoca una mayor respuesta inmune, como los causados por el virus del papiloma humano (VPH), por neumococos o meningococos.
"Por lo general las vacunas son tan buenas como la infección, o brindan suficiente inmunidad y eso es lo que se quiere lograr", defendía Maitreyi Shivkumar, la profesora de Biología Molecular en la Facultad de Farmacia de la Universidad De Montfort, en Reino Unido. Además, Shivkumar apuntaba a que ofrecen una forma de "controlar la respuesta y no dejarla al azar".
La respuesta de la vacuna es predecible
Al contagiarse de forma natural de un virus, la cantidad infectiva puede ser alta, media o baja y producir diferentes niveles de inmunidad. Sin embargo, como decía la inmunóloga de la Universidad de Toronto, en Canadá, Jennifer Gommerman, "cuando te suministran una vacuna recibes una dosis predeterminada que sabemos provoca una respuesta inmune fuerte y apropiada, capaz de prevenir la infección en un gran porcentaje de los casos".
No obstante, Gommerman indicaba que "hay muchas similitudes" aunque las vacunas "no provocan el daño colateral de una respuesta inmune extremadamente robusta, que en mucha gente puede ser perjudicial y causar daño en los pulmones". Rodrigo seguía esta misma línea de argumentación y calificaba a la enfermedad de "una aventura, un azar, una ruleta rusa". Y es que depende de a quién afecte puede ocasionar "problemas gravísimos" o "persistentes en el tiempo e incapacitantes".




