"No hay consuelo para un hombre que pierde a su esposa y su hija de 19 años por COVID en solo 3 horas"

Madrid

Julio Armas lleva 11 años trabajando en urgencias hospitalarias, un lugar donde reconoce que "reina el estrés" pero donde "muchas veces hay magia". Desde que llegó el coronavirus, su día a día transcurre "entre los sonidos de los monitores, el timbre de la sala de críticos que no para de sonar y esa necesidad de abrazar que se ha quedado muda".

Los médicos no suelen hablar de pacientes en particular pero el doctor Armas cree que "hay historias que ayudan a otros a tomar consciencia de lo crítica que es la situación actual" y por eso compartió el otro día en Twitter un caso que le había conmovido de forma especial: "Para un hombre, que su esposa y su hija mueran el mismo día, con tan solo tres horas de diferencia y ambas por COVID, no tiene palabras de consuelo. Cuando me llamaron porque el hombre necesitaba un informe y nos contó lo que había pasado, a todos se nos cayó el alma al suelo. Sus lágrimas caían como losas", recuerda.

"Hay muchas historias que día a día te llegan al alma, miles de familias destrozadas, en ocasiones por imprudencias. Hay gente que lo está pasando francamente mal y sus historias duelen", sentencia este médico. Durante todo este tiempo también ha visto mucho soledad: "Me impactó muchísimo un hombre relativamente joven que llegó desde un municipio lejano porque leyó que nuestro hospital aceptaba aún pacientes. Llevaba más de 10 días con síntomas, vivía solo desde hacía más de 20 años que dejó de hablar con su hija. Apenas podía caminar y el color de su piel era violáceo, porque llegó con el oxígeno en números rojos. Aparentemente estaba tranquilo, pero su mirada era de clara desesperación, de alguien que solo se tiene a sí mismo y está a punto de perderlo todo. A las dos horas habíamos logrado estabilizarlo, pero los resultados de los exámenes apuntaban a una neumonía bilateral por COVID muy grave.  A las cuatro horas ya estaba sedado y conectado a un ventilador mecánico, y sin nadie que preguntara por él. Pasaron muchos días, de vez en cuando me acercaba a la Unidad de Cuidados Intensivos para saber cómo iba. Al cabo de muchos días dejó de respirar y terminó perdiéndose a sí mismo, que al final era lo único que tenía".

¡ES ZONA DE GUERRA!

<p>La petición desesperada de un médico ante la presión hospitalaria: "¡Es zona de guerra. Quedaros en casa!"</p>

Las cifras de casos de coronavirus en el Hospital del Vinalopó en Elche, donde trabaja, son peores que en marzo. El alcalde de la localidad, Carlos González, se mostraba este lunes muy preocupado ante el incremento "alarmante" y alertaba de que la presión hospitalaria es "insoportable". "La velocidad de contagio es mayor, hay más familias enteras contagiadas y más gente joven que ingresa con neumonías bilaterales", explica Julio, que lleva semanas doblando e, incluso, triplicando turnos para cubrir a compañeros contagiados o en aislamiento. "Se pueden duplicar camas, respiradores y espacios, pero no se pueden multiplicar sanitarios como panes y peces. Son años de ninguneo y de maltrato institucional que ahora se ven reflejado en todos los que se han ido", critica. Cree que hasta dentro de unos meses no se verán las secuelas de la pandemia pero tiene una cosa clara: "Hemos cambiado para siempre".