Sociedad
Coronavirus Covid-19

Margarita del Val prevé que habrá "más oleadas" porque la población todavía "es vulnerable"

Aunque la científica señala que este es un "momento de esperanza", dice que "aún nos queda por delante" y califica a la inmunidad colectiva en estos momentos de "entelequia"

La científica Margarita del Val en una foto de archivo / Marta Fernández Jara EUROPA PRESS

Zaragoza

La doctora en Ciencias Químicas e investigadora del CSIC, Margarita del Val, ha vaticinado que habrá "más oleadas todavía", ya que, según el estudio que está realizando el Instituto de Salud Carlos III, el 90% de la población española no ha sufrido la COVID-19 y, por eso, "es vulnerable".

Así lo ha explicado este martes en la videoconferencia 'Vacunas y COVID-19' dentro del ciclo 'Retos para el Futuro', organizado por Fundación Ibercaja. Allí ha señalado que este es un "momento de esperanza", si bien hay que "reservar fuerzas porque nos queda por delante".

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La inmunidad colectiva "todavía es una entelequia"

Del Val ha manifestado que la inmunidad colectiva "todavía es una entelequia" ya que, si bien las vacunas autorizadas contra la COVID-19 son eficaces para proteger contra la enfermedad, todavía han de demostrar que evitan la infección y la transmisión. Por ello, indica que se deben mantener las medidas de prevención y protección contra el SARS-CoV-2 también por parte de las personas inmunizadas.

En estas circunstancias, el objetivo no debería ser vacunar al 70% de la población, sino "vacunar frente al sufrimiento", es decir, "al cien por cien de la población muy vulnerable". Este colectivo se compone de los mayores de 65 años y de las personas con enfermedades crónicas, ya que la edad es el principal factor de riesgo, junto a las enfermedades crónicas con componente inflamatorio. También ha añadido como meta la vacunación de sanitarios y profesionales esenciales "que están en primera línea".

Del Val ha animado a adoptar las medidas de prevención y protección que implican limitar el contacto entre las personas ya que, aunque sean "imperfectas" y generen "algunas injusticias", son "buenas". En invierno, ha incidido en la necesidad de controlar la calidad del aire, manteniendo las ventanas abiertas "un par de dedos" y "con ventilación cruzada".

Bondad de las vacunas

La científica ha defendido la bondad de las vacunas en general, que son "los medicamentos más seguros porque se ponen a personas sanas". Y es que sustituyen a la infección natural con el objetivo de reforzar el sistema inmunitario, lo que evita riesgos potencialmente graves y logra "entrenar igual o mejor al sistema inmunitario".

En el caso de las vacunas contra la COVID-19, ha remarcado que presentan una seguridad "más potente" respecto a las desarrolladas anteriormente porque se ha contado con un número de voluntarios "cinco veces mayor" en los estudios clínicos, y han obtenido además una mayor financiación.

Asimismo, la experiencia del pasado ha permitido comprobar que, de forma general, los efectos adversos "se manifiestan en las primeras seis semanas, tras la vacunación completa", algo que en esta ocasión ha servido para registrar todos ellos "y obtener rápidamente los resultados de seguridad".

A esto se suma que la vacunación a un gran número de personas de forma simultánea en todo el mundo ha permitido obtener resultados, como el aportado con la vacuna de Pfizer, en la que a los diez días de comercializarse en Estados Unidos se detectó un efecto adverso poco frecuente, que se produce en uno de cada 100.000 vacunados: una reacción adversa en forma de alergia "bastante fuerte" y que ocurre a los 15 o 30 minutos de recibirla

No obstante, la experta ha indicado que se puede combatir con una inyección a disposición en los centros de vacunación y ha agregado que con más de cien millones de personas vacunadas hasta la fecha, si alguna inyección no fuera segura, "se habría visto claramente".

Tipos de vacunas

La científica ha explicado las características de las vacunas aprobadas en España. En el caso de las de Pfizer y Moderna, ha precisado que están basadas en material genético, en el ARN de virus, lo que ha permitido que hayan sido "las más rápidas". Según ha detallado, este ARN se inyecta en las células de la zona muscular del brazo, haciendo que generen la proteína 'S' del virus y que el sistema inmunitario reaccione ante esas células que parecen infectadas porque expresan esa proteína.

Ambas tienen un 95% de eficacia y son "muy seguras", ha remarcado del Val, para descartar que el uso de material genético sea peligroso y aclarar que los virus "aportan mucho más material genético que el que se está administrando en las vacunas" y que "está absolutamente contrastado que no hay ningún problema con este material genético".

Otro tipo de vacunas, como la de AstraZeneca, utilizan material genético que se proporciona a través del esqueleto de un virus -en el caso de AstraZeneca un adenovirus de chimpancé- igual que la vacuna rusa -con adenovirus humano-. Es el mismo sistema que la de Johnson & Johnson, aunque esta última solo ofrece una dosis y, por eso, su eficacia es más baja.

Sobre la de AstraZeneca, Del Val ha subrayado que no se va a administrar a mayores de 55 años no porque no sea segura, sino porque no se han hecho ensayos clínicos en grupos de más edad en un volumen suficiente. En todo caso, ha dicho, "da una protección contra los síntomas graves con mucha eficacia" y si se desarrolla la enfermedad tras estar vacunado, va a ser con síntomas leves.

Sobre su ineficacia contra la mutación sudafricana, Del Val se ha mostrado prudente y ha dicho que prefiere esperar a confirmar este extremo ya que hay que dejar que pase un tiempo para que el organismo desarrolle la protección adecuada.

Sobre la mejor vacuna, ha comentado que van a ser las autoridades sanitarias las que decidan qué vacuna recibe cada grupo de población, si bien "todas las decisiones serán buenas porque todas las vacunas son buenas".

Vacunas españolas

La científica ha manifestado que en España hay "excelente científicos" especializados en coronavirus y vacunas, "pero no ha habido tanto apoyo" en fondos, edificios, laboratorios y colaboración con empresas privadas, así como en desarrollo de plantas para fabricarlas.

Pese a todo, se están desarrollando algunas vacunas, como las del CSIC. Sobre ellas, ha apuntado que se trabaja en una que sea estable a temperatura ambiente, "basada solo en material genético", y en otra, que va más despacio, que enseñará a las células a fabricar las proteínas y que "entrenará mejor a nuestro sistema inmunitario".

La especialista se ha referido a otras cuestiones planteadas en el turno de preguntas y ha indicado, por ejemplo, que aunque todavía es una "incógnita", la inmunidad de las vacunas "puede durar varios años". Además, ha dicho que no hay problema en vacunar a personas que han pasado la enfermedad, aunque en estos casos ha considerado que una posible estrategia sería dar solo una dosis para acabar de reforzar al sistema inmunitario.

Por otra parte, "no se ha visto que tengan ningún efecto sobre la fertilidad", si bien ha recomendado, si se plantea un embarazo, esperar a estar inmunizado. También ha animado a quien detecte posibles efectos secundarios a comunicarlos para apoyar a la investigación.

En otro orden de cosas, ha dicho que para tener un buen sistema inmunitario hay que llevar una vida sana, tener una alimentación moderada y variada, sin grasas saturadas, azúcar adicional y productos procesados, y hacer ejercicio moderado, "que refuerza a los mediadores que favorecen que el sistema inmunitario responda prontamente, evitando enfermedades inflamatorias", y mejora la capacidad cognitiva.

 
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