Un pacto más que probable y la opción B de la izquierda: los posibles acuerdos tras los resultados en Cataluña

«Cataluña ha vuelto y me presentaré a la investidura». Así lo anunció Salvador Illa en sus primeras palabras tras conocer que el PSC había ganado las elecciones catalanas del 14-F en votos. Una victoria clara que, según el propio candidato socialista, «abre una puerta a la esperanza», pero que tiene letra pequeña. El resultado en escaños, el que importa al formar mayorías, da un empate entre los socialistas y ERC a 33 escaños, con los puigdemontistas de JxCat a un solo diputado de ambos. Así que, pese a la declaración de intenciones de Illa, resulta evidente que la mayoría independentista se presenta como la más viable. La Esquerra Republicana de Pere Aragonès y Oriol Junqueras ha logrado imponerse como el actor predominante del bloque separatista y le corresponde liderarlo. La fórmula de la alianza que llevó a Quim Torra a presidir la Generalitat (ERC+JxCat+CUP) suma 74 escaños, muy por encima de los 68 que marcan la mayoría absoluta en el Parlament. Los últimos movimientos en la recta final de la campaña, con el veto por escrito de todo el independentismo a pactar con el PSC, no dejan lugar a dudas sobre la voluntad de perseverar en la vía de la legislatura anterior. Pero las tensiones entre los tres actores, desde las posibles condiciones de la CUP para investir un candidato a las discrepancias en el anterior Govern entre Junts y ERC, llevarían a la opción B. Si la firme voluntad de entendimiento del separatismo se torciera, algo realmente complicado dadas las circunstancias, habría una posibilidad para el tripartito de izquierdas, fórmula ya conocida en Cataluña. Este escenario es poco probable ya que la decisión final seguiría estando en manos de ERC, que tiene que decidir si preside la Generalitat con el resto de independentistas o la cede al PSC de Illa en un pacto (también de 74 escaños) que incorporaría a En Comú Podem. ERC tendrá que evidenciar en su elección si es más independentista o más de izquierdas, pero las declaraciones de sus líderes parecen traslucir que ya han elegido. Por si fuera poco, aunque Illa ha asegurado que hablará con Esquerra, ve inviables sus exigencias. Al margen de esos dos bloques, entramos en el terreno de la ciencia ficción. Si no hubiera acuerdo independentista ni se pactara una agenda progresista, podría surgir una pregunta: ¿y si el PSC se apoyara en el bloque no independentista? Aunque lograra el apoyo de Cs, PP y Vox, Illa se quedaría en 53 escaños, muy lejos de los 68 necesarios, e incluso incorporando a En Comú Podem, algo realmente improbable, solo lograría 61 diputados. En todo caso, el Parlament debe constituirse dentro de los 20 días hábiles posteriores a las elecciones del 14-F, es decir, antes del 12 de marzo. Los 135 diputados elegirán al nuevo presidente del Parlament y a los otros seis miembros de la Mesa. El presidente de la cámara propondrá a uno de los 135 diputados como candidato a la investidura, tras una ronda de consultas con los líderes de las fuerzas con representación parlamentaria. La investidura exige el apoyo de la mayoría absoluta, pero si el candidato no llega a los 68 escaños puede someterse dos días después a una segunda votación: aquí bastaría con una mayoría simple, más votos a favor que en contra. Si tampoco se lograra esa mayoría simple, Cataluña se vería abocada a una repetición electoral en julio.

^12M Elecciones Catalanas

Un pacto más que probable y la opción B de la izquierda: los posibles acuerdos tras los resultados en Cataluña

El acuerdo independentista se alza como la solución más probable para el futuro gobierno catalán con la suma de ERC, JxCat y CUP, siempre que las tres fuerzas logren ponerse de acuerdo

Aitor Ordax

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