Shelma, 15 años y 3 noches durmiendo a la intemperie en las calles de Ceuta
Una vecina ha acompañado a está niña al servicio de menores, la Policía la ha filiado, se le ha realizado la prueba de coronavirus y, si todo va bien en la nave del Tarajal, y pasará al dispositivo provisional de Acogida de Piniers
Cuando la menor ha llamado a su madre para decirle que estaba bien y que se quedaba en España, ella le ha implorado que vuelva a casa
Además de los niños devueltos en caliente nada más llegar a nado, o de los que estaba en la nave desde el domingo, están los niños que continúan en las calles fuera del sistema de protección y de cualquier registro oficial
Diversos testigos presenciales han confirmado a la SER que "se han realizado devoluciones en caliente de diversos grupos de niños" también desde la nave del Tarajal
Interior dice que no tiene conocimiento y que "niega esas prácticas
Ceuta
La imagen en el interior de la ciudad autónoma de Ceuta es este jueves la de centenares de jóvenes y niños que no saben a donde ir exactamente y qué quieren quedarse en España. Durante esta jornada, continúan las labores de identificación y los test de coronavirus en una nave del polígono industrial de Ceuta, situado junto al paso del Tarajal. Ahí quedan al menos 400 jóvenes, la gran mayoría niños de corta edad. De este polígono han salido otros 145 menores ya filiados y con una prueba PCR negativa hacia el dispositivo provisional de acogida de Piniers, habilitado por el área del menor de Ceuta, en cuyas calles siguen otros muchos niños fuera del sistema de protección.
Más información
En esas calles deambulaba Shelma, una niña de 15 años, cuando la ha encontrado la SER. Shelma nos dice que ella era la única niña que dormía en un parque de la ciudad. Lo lleva haciendo tres días, desde que el lunes llegó nadando por el espigón del Tarajal.
Esta menor pide, por favor, que no la devuelvan a Marruecos, que ella necesita quedarse en España para estudiar, trabajar y enviar dinero a su familia. Insiste en que su madre está enferma, postrada en una cama y asegura que si la vuelven a enviar a Marruecos volverá a intentar entrar a España.
Tras escuchar sus palabras, una de las vecinas que había estado dándole ropa y alimentos durante estos días, le ha dado la dirección del área de protección del menor de Ceuta y una trabajadora social la ha acompañado a la nave del Tarajal para pasar el trámite policial y sanitario antes de entrar al sistema de protección. La Policía la ha filiado, se le ha realizado la prueba de coronavirus y, si todo va bien, desde la nave del Tarajal, y pasará al dispositivo provisional de Acogida de Piniers.
Cuando la menor ha llamado a su madre para decirle que estaba bien y que se pensaba quedar en España tras cruzar la frontera, desde casa le han implorado que vuelva. En un principio, su madre se ha mostrado feliz de que estuviese bien, pero le ha pedido que, por favor, "no haga locuras" y cruce de nuevo la frontera de vuelta a Marruecos.
Las mismas vecinas que han encontrado a Shelma deambulando por las calles de Ceuta han dado a su madre el teléfono de la trabajadora social para que, si la niña finalmente accede a volver, pueda iniciar los trámites de manera legal a su hogar.
Mientras tanto, familiares y conocidos están llegando esta nave buscando a niños que reclaman sus padres desde Marruecos. También se ha habilitado un número de teléfono para las familias que busquen a menores que han entrado a Ceuta. Un teléfono que no para de sonar. Muchas de esas llamadas son de la madre de Shelma, que insiste en que su hija vuelva a casa.
Riduan y los menores expulsados
Diversos testigos presenciales han confirmado a la SER que "se han realizado devoluciones en caliente de diversos grupos de niños" también desde la nave del Tarajal. Interior dice que no tiene conocimiento y que "niega" esas prácticas. Riduan, cuya historia contó esta emisora, es uno de los niños expulsados de esta nave custodiada por la Policía española en la frontera del Tarajal, y este miércoles narró su caso a la SER. Él cruzó la frontera este lunes y, el martes, fue devuelto a Marruecos cuando ya estaba en la nave industrial habilitada para filiar a los migrantes. Volvió a cruzar de nuevo al día siguiente. "Entré el lunes a nado. Éramos muchos. La Policía nos llevó directamente a esa nave y el martes los policías nos echaron a Marruecos. Volví a cruzar a nado y, cuando me llevaban los militares directamente del agua a la frontera, uno me ha dicho que no, que era menor y que me fuera para Ceuta, a donde quisiera", relataba el pequeño de 15 años.