¿Por qué Baleares es la comunidad menos afectada por la "pandemia" de sobrepeso y obesidad en España?
Baleares (11,7%) tiene el índice de obesidad más bajo, seguida de Cataluña (16,1%) y País Vasco (16,5%)
Andalucía (26,7%), Galicia (26,7%) o Murcia (25,7%) multiplican el índice de Baleares por 2,5
Madrid
El mundo lleva más de un año en vilo por la pandemia de COVID-19, pero lo cierto es que la humanidad ya lleva años sufriendo otro grave problema de salud, quizá menos mediático, pero de efectos devastadores: el sobrepeso y la obesidad.
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Según el Estudio Nutricional de la Población Española (ENPE), publicado hace unos días en la Revista Española de Cardiología de la Sociedad Española de Cardiología, el 64,7% de los españoles tiene obesidad abdominal, el 36,1% sobrepeso y el 22%, obesidad. Datos que indican una estabilización en cotas muy altas y que resultan preocupantes, sobre todo, porque también afectan a niños y adolescentes.
Carmen Pérez-Rodrigo, la investigadora principal del estudio, señala en declaraciones a la SER que "las consecuencias para la salud pública son importantes" (calcula que puede suponer un aumento del gasto sanitario de hasta el 25%) porque más allá de incrementar el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, diabetes mellitus tipo 2, enfermedad renal crónica, distintos tipos de cáncer, alteraciones osteomusculares o problemas relacionados con la imagen corporal, también "se asocia a muchos otros problemas de salud, como bajas laborales, insatisfacción o salud mental".
"Quizá en un futuro no muy lejano dejemos de aumentar los años de vida y que los que sí hemos logrado aumentar no sean de tanta calidad. Además muchos adolescentes son víctimas de acoso escolar a causa de un exceso de peso", añade. "Sienten vergüenza al participar en actividades físicas porque tienen menos agilidad y el deporte escolar es, en buena medida, competitivo. Cuando competimos queremos ganar, así que los niños que no contribuyen a ello se sienten marginados".
Diferencias entre CCAA
El estudio ENPE, para el que se han tomado medidas antropométricas de una muestra de 6.800 personas, ha tenido en cuenta factores como el sexo, la edad, el nivel socioeconómico o el tamaño de la población de residencia habitual, pero resultan llamativas las diferencias entre comunidades autónomas.
"Hemos visto que la prevalencia de exceso de peso es puntualmente mayor en Andalucía, Canarias, Murcia y Galicia, pero si nos fijamos en la horquilla, lo único que podemos asegurar con rotundidad es que en Baleares la prevalencia de obesidad es menor", asegura Carmen Pérez-Rodrigo.
Baleares (11,7%) es la comunidad con el índice de obesidad más bajo, seguida de Cataluña (16,1%) y País Vasco (16,5), y muy lejos de otra que multiplican por 2,5 su tasa, como Andalucía (26,7%), Galicia (26,7%) o Murcia (25,7%).
"Esto se asocia a algunos factores. Uno de ellos es el nivel socioeconómico —a mayor renta, menor prevalencia de exceso de peso— y quizá esa sea una de las claves que explica las diferencias, pero no es un problema simple y, por lo tanto, la solución nunca va a ser simple", explica la investigadora, quien también incide en la importancia de la dieta (cantidad y combinación de alimentos), del tiempo que pasamos sentados o de la actividad física diaria.
La dietista-nutricionista mallorquina Lucía Martínez (Aleris), que es ajena al estudio pero está muy familiarizada —desde su consulta— con los problemas de sobrepeso y obesidad, apunta algunas ideas estrictamente dietéticas que pueden complementar la hipótesis del nivel socioeconómico: desde la composición del pan (que en Baleares, por defecto, es en parte integral y sin sal), hasta el bajo consumo de galletas azucaradas (eclipsadas por las Quelitas), pasando por un mayor consumo de frutas y verduras en los comedores escolares. Apuntes meramente empíricos que, sin embargo, chocan con la popularidad de productos como la sobrasada y la ensaimada.
Patrones de vida y soluciones
"En el estudio ENPE hemos aportado un análisis novedoso fijándonos en distintos hábitos y hemos descrito tres patrones de estilos de vida", señala. El primero, de personas más activas que están tiempo sentadas —pero no demasiado— y siguen hábitos que se aproximan a la dieta mediterránea, la prevalencia de exceso de peso es menor que en los otros patrones. ¿Cuáles son? El de las personas no muy activas, que pasan tiempo sentadas y con hábitos alimentarios menos favorables; y el de quienes se caracterizan por la ausencia de ejercicio físico, con más tiempo de sedentarismo y hábitos alimentarios más neutros".
La investigadora de la Universidad del País Vasco tiene claro por dónde pasa la solución: "Es necesario trabajar desde las familias y desde el entorno educativo, pero también desde el entorno de las administraciones locales, autonómicas del Estado para que haya recursos suficientes que apoyen estrategias a medio y largo plazo, no solo campañas de sensibilización, sino también recursos para que las iniciativas se mantengan y favorecer la alimentación saludable y el ejercicio físico continuado en todas las etapas de la vida".
Carlos G. Cano
Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...