Una de cada cuatro carreras universitarias tiene menos alumnos en primer año que los que hay en un aula de primaria. Es una de las llamativas conclusiones del análisis que la Fundación BBVA y el IVIE incorporan en la edición de este año de U-Ranking en el que clasifican las universidades según su rendimiento. En total son 891 las titulaciones con pocos estudiantes de nuevo ingreso en las universidades presenciales, un 25,8% de la oferta universitaria de este curso 2020-21. El informe considera «preocupante el porcentaje y también que tienda a crecer en los últimos años». La presencia de estos «minigrados» se da, proporcionalmente, más en las universidades privadas aunque también son significativos en las públicas: «537 se imparten en centros públicos y 354 en centros privados, lo que representa el 20,5% y el 42,8% de la oferta de grados en las universidades presenciales públicas y privadas, respectivamente». Y es más frecuente entre las nuevas carreras donde «los grados con menos de 25 alumnos suponen el 46,8% y el porcentaje no tiende a reducirse» aunque también afectan a titulaciones más antiguas - 12,8% en las públicas y 31,6% en las privadas-. El informe señala que esta situación repercute en la oferta universitaria y afecta a sus recursos: «La proliferación de pequeñas titulaciones representa un doble problema de posible incremento de costes y riesgo de calidad. Si la escala es muy pequeña los costes de la formación aumentan y debe subir el precio (las tasas en las públicas) o la subvención, o se necesita encontrar fórmulas para abaratar la formación». El análisis, dirigido por los profesores Francisco Pérez, director de Investigación del Ivie, y Joaquín Aldás, profesor investigador del instituto, propone distintas soluciones para atajar el problema de los «minigrados», aunque advierte de que es complejo y que deben ser tratado por cada universidad, entre ellas la de racionalizar la oferta: «Aunque puede haber razones para mantener alguno de esos títulos (por ejemplo, que en España hubiera formación de ciertos especialistas, al menos en una universidad, o por ser una derivación de otra mayor), en otros casos probablemente no está justificado que permanezcan». El análisis cifra en 1.131 el aumento de grados universitarios en una década la que va del curso 2010-2011 al 2020-21. Es un aumento de un 44,4%, «a un ritmo medio del 3,8%, anual. La oferta de nuevos títulos es general aunque, como ocurre con los minigrados, es proporcionalmente mayor en las universidades privadas. La puesta en marcha de nuevos grados se produce con fuerza tanto en las universidades públicas como en las privadas: »Actualmente, del total de las titulaciones que ofrecen las instituciones privadas, el 62,4% son de nueva creación (este porcentaje es mayor que el incremento global en el periodo porque se han extinguido bastantes títulos). En el caso de las públicas, han expandido su oferta desde 1.963 grados a 2.680, un 27% más. El informe lo relaciona con que las universidades privadas son más recientes y con que, una vez creado, es más difícil para las públicas eliminar una titulación. Las diferencias en su antigüedad también se ven en el tipo de nuevas carreras que se crean. Mientras que las privadas tienden a una titulación completamente nueva «las públicas, que cuentan con ofertas más consolidadas, optan más por recombinar titulaciones ya existentes, con la creación de dobles grados. En total, en el periodo se han creado 987 grados y 773 dobles grados». El aumento de nuevas titulaciones se ha producido en un momento en el que el número de alumnos se ha reducido un 6,2% desde el curso 2013-2014 lo que «ha implicado un aumento de la competencia por captar al alumnado. Las privadas han estado durante la última década desplegando su nueva oferta con más intensidad que las públicas, lo que ha podido contribuir a que su matrícula creciera un 40% en este periodo, pese a la demografía adversa. En contraste, la matrícula de las públicas ha caído un 13%, aunque continúan captando el 81,4% del alumnado universitario que ingresa». En su novena edición el ranking de la Fundación BBVA y el IVIE presenta tres universidades como las mejores en rendimiento: a la Universidad Pompeo Fabra de Barcelona le acompañan en esta edición la Carlos III de Madrid y la Politécnica de Cataluña. 10 de las 12 mejores universidades en la clasificación son públicas.