Mireia Belmonte y Saúl Craviotto, los últimos abanderados de un selecto grupo de más de un siglo de historia
Mireia Belmonte y Saúl Craviotto se suman en los Juegos Olímpicos de Tokio a un amplio listado de representantes
Pau Gasol porta la bandera en la ceremonia de apertura de Londres 2012 / Getty Images
Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 quedan inaugurados este viernes con la ceremonia de apertura en la que los deportistas más reconocidos de cada país llevan en sus manos el honor de ondear su bandera nacional en un paseo de presentación ante el mundo. Esta será la primera edición en la que el privilegio se comparta paritariamente entre mujeres y hombres con nombramientos dobles. En la delegación española, la nadadora Mireia Belmonte y el palista Saúl Craviotto han sido los elegidos para asumir este papel en Japón.
Los dos cuádruples medallistas olímpicos se repartirán una única bandera en un tramo en el que acapararán los focos de los españoles. Será entonces cuando sus nombres se incorporen a un listado de otros 21 abanderados españoles que ya ha cumplido más de un siglo.
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Este selecto club que emprendió el camino en los Juegos de Amberes 1920 comenzó con el atleta de 400 metros José García Lorenzana. La tónica con los portadores en estas galas siguió siendo la de tirar de los grandes exponentes del atletismo nacional. Los atletas Félix Mendizábal y Diego Ordóñez le tomaron el testigo en París 1924 y Ámsterdam 1928, aunque desde entonces España nunca ha vuelto a acudir a esta disciplina.
Desde ahí, los españoles han optado por variar las cualidades de sus representados en unas fechas que han vivido dos parones. El primero fue el causado por la II Guerra Mundial que erradicó las citas olímpicas de 1932 a 1948, el segundo, motivado por el boicot español a Melbourne 1956 como protesta política a la invasión soviética de Hungría en esos años.
Felipe de Borbón porta la bandera en la ceremonia de apertura de Barcelona 1992 / Getty Images
La historia de los abanderados españoles ha dejado curiosidades como la de Francisco Fernández Ochoa, quien recibió el privilegio en los Juegos de Múnich 1972 sin siquiera competir en ellos*. La elección se debió a su éxito en los Juegos de Invierno que se disputaron ese mismo curso en Sapporo, un oro olímpico en esquí alpino que volcó a la hinchada.
En las últimas décadas ha destacado especialmente el predominio de exponentes de la vela. Así fue, al menos, en los años 80 y 90 en los que encadenaron hasta cuatro abanderados consecutivos. Sus caras, además, trascendían más allá del deporte sobre todo en dos de ellos. Cristina de Borbón y Felipe de Borbón, entonces infanta y príncipe como hijos del rey Juan Carlos I, asumieron el camino bandera en mano en Seúl 1988 y Barcelona 1992 (los únicos celebrados en territorio español).
Con el cambio de siglo, grandes leyendas del deporte actual han copado el listado a la par que agrandaban sus méritos en el medallero. Pau Gasol y Rafa Nadal, ambos aún compitiendo al máximo nivel han sido los últimos agraciados españoles en estas ceremonias. La de Tokio, que aún esconde sorpresas, está prevista para las 13:00 (hora peninsular española) de este viernes.
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