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Factura de la luz: ¿Por qué pago más si ya estoy consumiendo menos?

La familia Pérez está compuesta por cinco miembros. Desde el 1 de junio de 2021 han cambiado sus hábitos para ajustarse a las nuevas tarifas de la luz, pero... ¿por qué aumenta su factura?

Una central eléctrica. / Jesús Hellín - Europa Press (EUROPA PRESS)

Una central eléctrica.

Madrid

Los Pérez son una familia de cinco miembros que realizan tareas cotidianas con un equipamiento de consumo eléctrico dentro de la media. Su situación no es muy distinta de la de tantas otras familias españolas que desde el pasado mes de junio se han visto obligadas a cambiar sus patrones de consumo.

Las tarifas pico, neutro y valle han pasado a formar parte de las conversaciones cotidianas en poco tiempo y la factura de la luz es una cuestión que preocupa, y mucho.

A esto se suma, en las últimas semanas, una recurrente y sostenida subida en el precio de subasta del MWh en España, que ha derivado en un aumento del importe de la factura de la luz en los últimos meses… incluso consumiendo menos energía. ¿Cómo es esto posible?

Una familia estándar con un consumo medio

El caso de la familia Pérez es muy parecido al de otras familias o pequeños comercios con consumos aproximados de entre 250 y 300 kW al mes. Residen en una vivienda de aproximadamente 130 m² que compraron de nueva planta, con orientación oeste-suroeste. Esto les permite disfrutar de unos atardeceres de película, pero no tienen especial ganancia térmica por sus ventanas.

Dentro de las prestaciones de su vivienda se encuentra el aire acondicionado por conductos, centralizado en el salón, y un equipamiento normal en el que destacan, aparte de los electrodomésticos más convencionales en cocina y salón, la recarga de sus diez equipos electrónicos (2 por persona en la familia) casi a diario.

Han tomado nota de las recomendaciones energéticas en los medios de comunicación y su primera inversión en ahorro energético se ha basado en el uso de bombillas LED en toda la vivienda. Aparte de esto, desde el 1 de junio han seguido las muchas recomendaciones que han llegado a sus manos, optimizando sus hábitos de consumo todo lo posible.

A pesar de ello, la familia Pérez (como tantas otras) se pregunta a diario cómo hacer para pagar menos en la factura de la luz, sin por ello cambiar su calidad de vida.

Nos hemos concienciado y cambiado hábitos pero seguimos pagando más. ¿Por qué?

El cambio en la factura de junio de 2021 establece tres tramos de facturación y poder elegir dos niveles de potencia contratada. Ellos han optado por dejarlo como lo tenían antes del cambio de tarificación y tienen el mismo factor de potencia en los tres tramos (4,4 kW).

Sin embargo, el coste de la factura ha pasado de 54,73€ en 2020 a 58,19€ en 2021 (un 6,3% más).

Haciendo una revisión de la factura de la familia Pérez se puede detectar una serie de factores clave a tener en cuenta:

Comparativa de gasto.

Comparativa de gasto. / Elaboración propia

Comparativa de gasto.

Comparativa de gasto. / Elaboración propia

El precio del factor de potencia ha bajado, aunque la familia Pérez no ha establecido distinción de potencia para cada tramo horario. Esta decisión es subjetiva y depende de cada familia el adaptar la potencia contratada en cada tramo.

Si se prevé que el consumo va a aumentar en las horas valle, se puede reducir el valor del factor de potencia de las horas pico y aumentar el de las horas valle, o viceversa. Este trámite debe gestionarse modificando el contrato con la suministradora.

Por otro lado, y aunque el IVA se ha reducido del 21% al 10% recientemente, el importe total de la factura en 2021 es 4€ mayor que el año pasado, consumiendo casi un 20% menos. Una segunda reducción del IVA no se prevé a corto plazo, pero sin duda el gravamen impositivo tiene una importancia capital en el importe total de la factura.

Por otro lado, el precio del MWh se subasta diariamente y depende de factores macroeconómicos de las suministradoras, que posteriormente repercuten en el cliente final.

El hecho de que los precios suban no se debe solo a su tipo impositivo, sino que puede variar por circunstancias meteorológicas (danas, Filomenas o similares) o, incluso, por cuestiones geopolíticas (como el actual conflicto Marruecos-Argelia).

La realidad es que, después de varias semanas de subidas, es sobre el usuario final sobre el que repercute este precio de subasta.

En la actualidad, son cada vez más las familias atentas al precio del MWh cada tarde-noche, quienes, en función de estos datos, preparan sus consumos y rutinas del día siguiente.

Pero ¿dónde está el mayor cambio? ¿Qué es lo que más ha subido?

La factura de la luz de la familia Pérez no difiere mucho de la que puede recibirse mensualmente en un domicilio común o una pyme. Los conceptos fundamentales de toda factura son:

Días de consumo, entre periodos de facturación (entre 25 y 30 días) de los cuales algunos tienen consumo nulo.

Consumo total.

Consumo total.

Consumo total.

Consumo total.

Potencia contratada en punta y en valle (se pueden modificar 2 de los factores de potencia de los 3 de consumo).

Consumo total, diferenciado por periodos punta, llano y valle.

El precio por potencia contratada.

El precio por energía consumida.

Impuestos derivados de la electricidad, alquiler de equipos de medición e IVA.

Gastos y consumo.

Gastos y consumo. / Elaboración propia

Gastos y consumo.

Gastos y consumo. / Elaboración propia

De estos 6 factores, la realidad es que el cliente final solo puede intervenir en el segundo de ellos (potencia contratada) y el tercero, a partir del control de consumo y la adecuación de sus hábitos a los tramos de facturación.

Del valor final de consumo dependen directamente los resultados de los costes directos y del IVA.

Reducir o ajustar el consumo de energía se puede conseguir a través de guías o procesos que permiten que el consumo no se dispare de manera automática y poder optimizar el gasto total derivado de todos los aparatos del hogar.

Diferencias entre 2020 y 2021

Si se comparan las facturas del mismo periodo de 2020 y 2021, coincidiendo con el mes de julio-agosto en que la familia se ha ido de vacaciones unos días, se puede llegar a algunas conclusiones importantes:

Lo más reseñable es la proporción de consumo. Frente a los 301 kWh consumidos en 2020, la familia Pérez ha tomado conciencia y ha reducido su consumo hasta los 234 kWh, un 22% menos. Sin embargo, y a pesar de sus esfuerzos por ajustar sus hábitos de consumo, el coste por energía ha crecido casi un 40% (38,8%) pagando aproximadamente 10€ más solo en concepto de consumo, que es el más importante en la factura.

En cuanto al precio de la potencia contratada, consumiendo todo el día a razón de 4,4 kWh, para los tres tramos, el concepto del precio por potencia contratada ha disminuido aproximadamente un 30% (4,39€ menos).

Este dato refleja el modo en que las suministradoras han tratado de ajustarse a la situación actual, revirtiendo los costes de uno de los conceptos fijos, para seguir resultando competitivas e interesantes para el consumidor.

En cuanto al bloque de impuestos, juntando los impuestos de la electricidad y del alquiler de equipos, el precio no varía demasiado, pasando de 2,56€ en 2020 a 2,69€ en 2021.

Es el dato del IVA el que más resalta, ya que su reducción del 21% al 10% ha permitido a la familia Pérez ahorrarse un 45,5% (3,44 €) en este aspecto. Si en 2021 el IVA se hubiese mantenido al 21%, el importe en la factura de 2021 hubiese sido de 8,65€, aumentando el coste total hasta los 62,72€.

La conclusión es que, consumiendo un 20% menos, la familia Pérez ha visto como su factura se incrementaba desde los 54,73€ hasta los 58,19€, un 6% más.

Entonces, ¿qué podemos hacer?

La familia Pérez es solo un ejemplo de las miles de familias y usuarios que, a pesar de sus esfuerzos, han visto cómo el precio de sus facturas crece proporcionalmente.

Los datos de las facturas reflejan la voluntad del usuario por reducir costes, como se ve en el dato de energía consumida. Y aún con todos los esfuerzos y cambios de hábitos, la macroeconomía se impone y termina afectando al consumidor final.

Cuestiones como el autoconsumo y otro tipo de recomendaciones ayudan a reducir el consumo eléctrico y que derive en una reducción en la factura mensual.

Decisiones como la reducción del IVA o la posibilidad de cambiar la potencia de los tramos favorecen la reducción de la factura.

Si en 2020 la potencia consumida representaba el 52,5% del coste total de la factura, en 2021 ha pasado al 68,6%.

La subida del precio de la luz es un dato que cambia diariamente y que depende de múltiples factores. Todos los indicadores hacen pensar que durante un lapso de tiempo, y salvo decisiones inesperadas, seguirá creciendo paulatinamente.

Previsiblemente, a este periodo le seguirán bajadas y reducciones, no de manera drástica sino sostenida durante varias semanas, hasta alcanzar valores similares a los de 2018.

De hecho, en una entrevista reciente el presidente de Gobierno de España Pedro Sánchez afirmaba:

“Estamos trabajando con un plan para llegar a un compromiso concreto, y es que al final de 2021 los españoles echen la vista atrás y vean que han pagado en la factura de la luz una cuantía similar y semejante a la que pagaron en 2018”.

Javier Martínez Moronta, Profesor Universitario en UNIR. Arquitecto BIM. Especialización en Eficiencia Energética., UNIR - Universidad Internacional de La Rioja

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

 
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