La lluvia será más común que la nieve en el Ártico en 2050
En agosto del 2021 llovió por primera vez en el punto más alto de la capa de hielo de Groenlandia
Madrid
La nieve podría dejar de ser habitual en el ártico a partir del 2050. La lluvia superará a la nieve en uno de los lugares más fríos del planeta y se prevé que este fenómeno ocurra décadas antes de lo que auguraban los científicos, cumpliéndose así uno de los escenarios menos conservadores y más preocupantes. Las lluvias irán sustituyendo progresivamente a las nevadas en las estaciones cálidas y aparecerán con más frecuencia durante el invierno como consecuencia del calentamiento global del planeta.
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Este es el escenario que plantean cinco investigadores de Canadá, Estados Unidos, Finlandia y Reino Unido en un estudio publicado en la revista ‘Nature Communications’ y que está contribuyendo a la transformación de uno de los paisajes fríos más icónicos del planeta, que se suma, además, a otras problemáticas como el deshielo de los glaciares y del permafrost.
Las proyecciones de los últimos modelos climáticos muestran un fuerte aumento en la tasa y el rango de precipitación y que la mayoría de esos episodios futuros serán de lluvia. Ese cambio se debe además de al aumento de la temperatura del aire, a la pérdida de hielo marino y el transporte de calor hacia el Polo Norte.
La científica Michelle McCrystall, del Centro de Ciencias de Observación de la Tierra de la Universidad de Manitoba (Canadá), apunta que hay “enormes ramificaciones” en esos cambios, como menos capa de nieve, más derretimiento del permafrost, más episodios de lluvia sobre nieve y más inundaciones por el aumento de la descarga de los ríos, lo cual tendrá un impacto directo en nuestra vida y en la de los animales.
En agosto llovió por primera vez en el punto más alto de Groenlandia
Los investigadores señalan que esa transición hacia una era dominada por la lluvia en el Ártico comenzará en diferentes momentos según la estación y la región. Por ejemplo, en otoño los nuevos modelos climáticos predicen que el cambio ocurrirá entre 2050 y 2080, mientras que los modelos antiguos predijeron que ello llegaría entre 2070 y 2080. En lo que podría considerarse un presagio, ya que esos investigadores estaban elaborando el estudio, en agosto de este año llovió por primera vez en el punto más alto de la capa de hielo de Groenlandia.
“El hecho de que lloviera en la cima de Groenlandia y que tal vez tengamos más lluvias en el futuro me asombra un poco”, ha indicado McCrystall, que añade: “Cuando hablamos de que esto sucederá en 2100 parece que falta mucho tiempo, pero solo son 80 años. Esa es la próxima generación. Y si continuamos la trayectoria a la que vamos, muchos problemas podrían suceder incluso más rápido de lo que hemos proyectado".
El Ártico se está transformando a un ritmo vertiginoso
Los autores recalcan que la reducción de la capa de nieve exacerbará aún más el calentamiento del Ártico y del planeta a través de la retroalimentación del albedo, el aumento de los flujos de dióxido de carbono en invierno, las liberaciones de metano del suelo y el deshielo del permafrost. El cambio de precipitación también afectará a la humedad del suelo y las aguas subterráneas, así como a las redes de hongos subterráneos que sustentan toda la flora aérea.
Más episodios de lluvia que nieve pueden ser devastadores para las poblaciones silvestres de caribúes, renos y bueyes almizcleros: la lluvia puede congelarse y crear capas de hielo, lo que les impide acceder al forraje enterrado bajo la nieve.
"El problema que afrontamos hoy es que el Ártico está cambiando tan rápido que la vida silvestre del Ártico podría no ser capaz de adaptarse”, ha comentado Mark Serreze, coautor del estudio. De igual modo, ha agregado: “No es solo un problema para los renos, el caribú y el buey almizclero, sino también para las personas del norte que dependen de ellos”.
La importancia de no alcanzar el incremento de 1,5ºC
El equipo de investigación, que incluye miembros de University College de Londres y la Universidad de Exeter (Reino Unido), la Universidad de Colorado en Boulder (Estados Unidos) y la Universidad de Lapland (Finlandia), ha observado que, si el calentamiento global se sitúa por debajo de 1,5ºC respecto a la era preindustrial, algunos de estos cambios proyectados de nevadas a lluvias pueden no ocurrir en algunas regiones del Ártico. Pero si el mundo continúa en la trayectoria actual, con proyecciones de que el planeta se caliente 3ºC más a finales de siglo, es probable que suceda esa transición.
"Los nuevos modelos no podrían ser más claros en cuanto a que, a menos que se detenga el calentamiento global, el Ártico futuro será más húmedo. Los mares, una vez congelados, serán aguas abiertas, la lluvia reemplazará a la nieve", ha subrayado James Screen, del Instituto de Sistemas Globales de la Universidad de Exeter.
"La gente podría decir: 'Bueno, ¿Qué tiene eso que ver conmigo?' Esto te va a afectar y, de hecho, te está afectando ahora", ha insistido McCrystall, que concluye: “Lo que la gente debe entender es que vivimos en una sociedad global donde todo está interconectado y eso es cierto en el clima. Tenemos un clima global. Entonces, lo que suceda en una región afectará lo que suceda en el resto del mundo".