Un Atleti con pies de barro
El equipo se hunde desde la base, una defensa que ha sido la gran base del éxito
Madrid
La estructura del proyecto rojiblanco se tambalea sobre unos cimientos que no aguantan el nivel competitivo de la temporada. El equipo se hunde desde la base, una defensa que ha sido la gran base del éxito y que vive su momento más complicado desde la llegada de Simeone al banquillo. El equipo pierde más que nunca, encaja más que nunca y no se encuentran soluciones a un problema endémico desde que se inició la temporada y que se ha agudizado en el último mes y medio.
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Es la peor defensa que ha tenido en los diez años con Simeone. Ha encajado 36 goles en 29 partidos, el peor registro a estas alturas. En un 45% de los partidos, 13 de 29, el equipo ha encajado dos o más goles. Insólito. La tónica es la misma desde el comienzo de temporada pero se ha acentuado en el último mes y medio con seis derrotas en los diez partidos disputados con quince goles encajados y seis derrotas. La defensa no rinde si Savic y Giménez no están en forma, la base del éxito del año pasado junto a la conexión de Trippier con Llorente. Con los dos en el equipo solo se ha perdido un partido de los diez en los que ambos han coincidido en el campo por las seis victorias logradas. La defensa se ha hundido sin ellos dos con fugas de agua en todos los frentes. Felipe y Hermoso no dan la talla y penalizan al equipo con sus errores. Trippier era el mejor lateral y se ha marchado sin que haya llegado un sustituto. Además, la planificación del club con el lateral izquierdo es una de las grandes cuentas pendientes desde que se fue Filipe Luis. El proyecto defensivo ha tocado fondo y requiere una gran renovación para el curso que viene.
Problemas a balón parado con casi un tercio de los goles encajados en esta faceta, incapaz de defender los centros laterales siendo uno de los equipos que más encaja en remates de cabeza. La defensa no suma ni en defensa ni es ataque ya que la aportación en goles se reduce al gol de Felipe frente a Osasuna en un saque de esquina. Solo dos goles marcados a balón parado, una faceta que no se explota.
Los peores registros para Jan Oblak
Es el peor momento del meta esloveno desde su llegada al club por culpa de un engranaje defensivo que no funciona, sumado a los errores del meta, muy por debajo de su nivel habitual, y la falta de confianza que genera la situación. Es el año en el que ha encajado más goles, tantos, que ha encajado más a estas alturas que en tres de las cinco temporadas completas en las que fue el Zamora. El portero ha encajado más goles (24) que paradas realizadas en la Liga (23), un claro síntoma de que los rivales le llegan ahora con más facilidad y que con poco le hacen mucho daño. De hecho, Oblak es el portero con el peor porcentaje de paradas de Primera División cuando cada año sobresalía por ser el que más paraba de la Liga.
Sin personalidad
El equipo ha perdido su sello de identidad. Falta personalidad y carácter. Los goles encajados sol golpes anímicos que afectan en exceso a un equipo que no se rebela ante una situación complicada. Nada queda de aquel equipo que sacaba el espíritu cuando llegaba el momento decisivo. De los doce partidos en los que empezó perdiendo solo en tres fue capaz de remontar y perdió la mitad. Y, por contra, es incapaz de proteger los marcadores a favor, otro aspecto capital en los diez años de Simeone. Solo en el último mes y medio le han remontado tres partidos y empató el de Villarreal gracias al gol de Kondogbia. Falta liderazgo y personalidad en los jugadores como la que tenían Gabi, Tiago o Godín, sobre todo, cuando las cosas van mal.