Pobreza energética: más casas mal caldeadas y retrasos en los pagos durante la pandemia
El confinamiento aumentó su impacto negativo, atenuado por el escudo social del Gobierno, según un estudio de la Universidad de Comillas
Madrid
En 2020, en los momentos más duros de la pandemia, aumentó el porcentaje de hogares que no pudieron mantener la temperatura adecuada en sus viviendas, dedicaron un mayor porcentaje de sus ingresos a las facturas energéticas o retrasaron sus pagos.
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Son datos de un estudio de la Universidad Pontificia Comillas que analiza distintos criterios para evaluar situación de la pobreza en España y concluye que en el año más duro de la pandemia un 10,9% de los hogares no pudieron mantener su casa bien caldeada en invierno, y un 9,6% retrasaron sus pagos. Tres puntos más que un año antes en ambos casos.
Suben también, hasta el 16%, los hogares que dedicaron a energía al menos el 9% sus ingresos, el doble lo más habitual en España, un 4,5% según el estudio, que lo atribuye a que en 2020 tuvimos que pasar más tiempo en casa, por el confinamiento, aumentando el impacto negativo de la pobreza energética, a pesar de la bajada de precios que trajo comnsigo la menor demanda pro el desplome de la actividad económica.
Pero en ese año bajó el número de hogares que consumen solo la mitad de energía de los parámetros habituales, y lo vincula al escudo social del gobierno, con la prohibición de cortar el suministro, lo que permitiría a las familias con menos recursos aumentar su consumo respecto a años anteriores sin el temor de que un impago les pudiese dejar sin el servicio.
Paliativos
José Carlos Romero, uno de los profesores autores del estudio, invoca la necesidad de mantener las medidas paliativas frente al problema, como la mejora de los bonos social y térmico, "que tiene fecha de caducidad", y para los que pide una mayor sencillez de acceso. Aboga también por medidas estructurales, a medio y largo plazo, orientadas sobre todo a la mejora de la eficiencia energética de las viviendas, aprovechando los fondos europeos, cuyo empleo debería empezar -dice- por mejorar la situación de los más vulnerables.