Sociedad

"Son atrocidades, y cuando tú levantas la voz, dicen... un cura 'tocao'": el sacerdote que llama "terroristas" a los obispos pide transparencia

El cura de Momán (Lugo) asegura en 'Hora 14' que siente "vergüenza" de la complicidad de los obispos con los casos de pederastia

El sacerdote de Lugo que llama "terroristas" a los obispos explica por qué en 'Hora 14'

El sacerdote de Lugo que llama "terroristas" a los obispos explica por qué en 'Hora 14'

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Madrid

Luís Rodríguez Patiño es sacerdote de Momán, en Lugo. Desde hace años ha levantado la voz por las "atrocidades" que se han cometido en el seno de la Iglesia y ahora no ha dudado en llamar "terroristas" a los obispos "por permitir tanto terror" con los abusos sexuales que se están destapando: "Terror en los niños, terror en los padres, terror a la hora de contarlo...".Considera que "los colaboradores, los que callan, los que consienten, también son partícipes del delito" y siente "vergüenza" por cómo los obispos han encubierto los casos de pederastia: "Encima, burlándose de los creyentes, porque cuando se sabe que un sacerdote es así, le trasladan", ha lamentado en Hora 14, convencido de que los casos se ocultan "de forma intencionada".

Este cura tiene claro que "la Iglesia no son los obispos" pero critica la jerarquía eclesiástica en España: "Ya sabes lo que ha sido siempre, ha sido un aparato ideológico... conviene tener a la Iglesia callada, como ahora con las inmatriculaciones. Se han cometido atrocidades, y cuando tú levantas la voz, dicen... un cura 'tocao'".

El sacerdote pide "transparencia" dentro de la institución "ya sea en un asunto privado como público" y hace un símil utilizando una frase de Jesús: "Nadie enciende una lámpara para luego ponerla en un lugar escondido, sino que se pone encima de la mesa para que alumbre a todos". Además recuerda que precisamente hoy, 2 de enero, es el día de la Candelaria.

Rodríguez Patiño no teme sanciones: "Miedo nunca tuve. Yo estoy jugando con mi dignidad, mi honestidad y mi transparencia", defiende. Gracias a sus denuncias también se ha llevado algunas alegrías. Recuerda cuando un día se acercó una madre y le dijo: "Gracias, padre, porque sé que no son todos los curas iguales".

 
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