Así se gestó el 'Sol' del restaurante Cumpanis de Aranda
David Mota, uno de los dos socios de este establecimiento relativamente nuevo, explica cómo ha sido posible lograr este reconocimiento tan destacado a nivel culinario
Aranda de Duero
Febrero se cerraba con una buena noticia para Aranda de Duero. Y es que uno de sus restaurantes más innovadores se alzaba con el 'Sol' de la Guía Repsol, una distinción culinaria; el mayor reconocimiento a nivel nacional que se puede ostentar, y todo ello para un proyecto relativamente nuevo que también tuvo que sufrir las consecuencias de una pandemia mundial, y al que se le reconoció su capacidad de atraer población propia y foránea a un lugar en el que la comida tradicional parece eclipsar lo demás. Pero detrás de este reconocimiento hay un gran trabajo de sus dos socios, Pilar y David. Este último ha estado este miércoles en la SER, explicando cómo se ha gestado todo.
Así se gestó el 'Sol' del restaurante Cumpanis de Aranda
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"Estamos muy emocionados y abrumados, intentando poner los pies en la tierra. Es un reconocimiento fuerte, es la máxima categoría que puede obtenerse a nivel nacional, y el por qué nos lo han dado, pues yo creo que por lo que llevamos haciendo durante toda esta trayectoria. Tenemos un proyecto desde todos los aspectos, intentando cambiar la carta todas las semanas. Gracias al QR podemos hacerla sin imprimir y demás, y nuestra clientela sobre todo es autóctona. Busca algo distinto y ese trabajo es lo que está detrás y es a lo que nos regimos", expresa uno de los dos socios de Cumpanis.
¿Qué es Cumpanis y por qué deciden montar el proyecto?
"Hace 15 años conocí a Pilar y desde entonces dijimos de abrir algo chulo, tirando para la tierra de ella, porque el amor tira mucho. Esta es una plaza más fácil y donde necesitábamos un punto de distinción, aunque hemos evolucionado desde que empezamos, intentando pulir errores. Entre eso y habernos formado con gente buena, hemos logrado esto que ha llegado ahora. Teníamos claro el concepto, y poco a poco el boca boca fue funcionando.... ¿Y lo bien que se vive en Aranda? ¿Y lo maravilloso que es este oficio, que te revienta cuando una crítica te mata pero qué reconfortante es cuando la gente habla bien de nosotros? Eso es un Sol Repsol", responde.
Sus platos
"Esta es la cocina de unos chavales que les gusta lo que hacen y que están comprometidos con hacer cosas distintas y hablar con el productor. Muchos platos que hago ni los pruebo, pero sé que están buenos. Tenemos como una paleta de colores y con ella funcionamos. Lo repito mucho, pero es que estamos obligados si somos un sitio distinto a dar cosas distintas siempre. Buscamos el equilibrio con la conciliación laboral y personal. Solo abrimos viernes y sábado por las noches. El lunes voy al gimnasio, luego juego al tenis que me chifla... Me alejo de mi pareja para no estar todo el día pegados, y si paras y coges distancia, eso luego se traduce en buenos resultados. Porque si no a veces salen cuchillos, encima siendo marido y mujer", dice entre risas. Cada uno se coloca en un lugar; juntos pero no revueltos. "Es un tándem perfecto. A veces hacemos los platos perfectos, se nos ocurren las ideas, y por eso decidimos que uno tenía que salir fuera", añade.
El camino
No todo ha sido un camino de rosas. Durante la pandemia, David llegó a pensar que su negocio no iba a ser capaz de sobrevivir. "No es por el tema económico, pides otro préstamo, pero te planteas si merece la pena. La pandemia te mina la moral porque no sabes qué hacer y tienes unos números ridículos y una plantilla en ERTE con sus problemas personales. Estuve a punto de cerrar, pero dijimos 'no puede ser que lo dejemos'. Un amigo me dijo, '¿qué te crees, que los que han triunfado no han pasado por problemas?', y lo pensé y decidí dar un empujón, que hostia, si empujo más...", dice entre risas, valorando haber creado una marca propia, con un sello de calidad.
El premio
"Lo presentaba Carlos Latre y yo tenía miedo a salir y tropezarme. Estás abrumado y tal. Te dicen que te pongas en un punto marcado, suena el nombre de Cumpanis, me quedo en shock y tiro para adelante. Me lo da Berasategui, que encima fue el primero con el que hice prácticas, y ya bajas y te desfogas. Y el móvil te empieza a sonar sin parar. Yo lo primero que hice fue llamar a mi mujer y echar la llorera. Toda la emoción de años pasados, los problemas que acarrea un negocio... Es una sensación muy tensa", sentencia, en una charla que puede reproducirse en el audio que encabeza la información.