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¿Qué peligro supone el ataque ruso a la mayor central nuclear de Europa?

Aunque la Organización Internacional de la Energía Atómica confirma que esta vez no hay ninguna fuga radiactiva advierte de los riesgos

Madrid

El pasado 24 de febrero Rusia invadió la zona de exclusión nuclear de Chernóbil donde un accidente provocó la gran tragedia en 1986. Ese fue uno de los primeros movimientos de Vladimir Putin en territorio ucraniano y con ese paso dejaba claras sus intenciones: la energía nuclear formaría parte de su estrategia en esta guerra. Con el ataque de esta madrugada a la central de Zaporiyia, la mayor de Europa, ha confirmado su objetivo. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha pedido a la Unión Europea "despertar" tras ese bombardeo y cree que Moscú quiere "repetir lo que ocurrió en Chernóbil": "Si explotara, sería el fin de Europa", ha sentenciado. Su afirmación es totalmente cierta, lo que hay que analizar es cómo es de fácil que una central nuclear explote, si es que puede hacerlo, y cuáles son las condiciones en el caso concreto de Zaporiyia.

Riesgos directos e indirectos

La Organización Internacional de la Energía Atómica ha confirmado que no hay ninguna fuga radiactiva pero alerta del "grave peligro" que puede suponer que haya algún reactor afectado. La ONU ha corroborado que no hay daños en los reactores pero reconocen que "la seguridad de la central nuclear se ha visto comprometida". Desde Greenpeace siempre se ha alertado sobre el objeto potencial de ataques terroristas que suponen las centrales nucleares y, según sus expertos, existen riesgos más allá de los ataques directos a los reactores:

  • La planta de Zaporiyia, como todos los reactores, con combustible caliente altamente radiactivo, requiere energía eléctrica constante para refrigerarse, incluso cuando está parada. Cuando falla la red eléctrica y el reactor se encuentra en un apagón de central, hay generadores diésel y baterías de respaldo, pero no se puede garantizar su confiabilidad durante un período de tiempo más prolongado. Hay problemas en curso sin resolver con los generadores diésel de emergencia de Zaporiyia, que tienen un stock de combustible estimado en el sitio solo para siete días.
  • Según datos oficiales de 2017, en Zaporiyia había 2.204 toneladas de combustible nuclear gastado de alto nivel, 855 de las cuales estaban en piscinas de combustible gastado altamente vulnerables. Sin enfriamiento activo, corren el riesgo de sobrecalentarse y evaporarse hasta un punto en el que el revestimiento metálico del combustible podría incendiarse y liberar la mayor parte del inventario radiactivo.
  • Zaporiyia, como todas las centrales nucleares en funcionamiento, requiere un sistema de apoyo complejo, que incluye la presencia permanente de personal cualificado, energía, acceso a agua de refrigeración, repuestos y equipos. Dichos sistemas de apoyo se ven gravemente comprometidos durante una guerra.
  • Los edificios del reactor nuclear de Zaporiyia tienen una contención de hormigón que protege tanto el núcleo del reactor, su sistema de refrigeración y la piscina de combustible gastado. Sin embargo, dicha contención no puede resistir el impacto de las municiones pesadas. La planta podría ser impactada accidentalmente. Parece poco probable que la planta sea un objetivo deliberado, dado que la liberación nuclear podría contaminar gravemente a los países vecinos, incluida Rusia. Aún así, esto no se puede descartar por completo.
  • En el peor de los casos, si la contención fuera destruida por explosiones y el sistema de enfriamiento fallara, la radiactividad tanto del reactor como de la piscina de combustible podría escapar libremente a la atmósfera. Esto supondría el riesgo de hacer que toda la planta resultara inaccesible debido a los altos niveles de radiación, lo que luego podría conducir a una cascada adicional de los otros reactores y piscinas de combustible, cada uno de los cuales esparciría grandes cantidades de radiactividad en diferentes direcciones del viento durante varias semanas. Podría hacer que una gran parte de Europa, incluida Rusia, fuera inhabitable durante al menos muchas décadas y en una distancia de cientos de kilómetros, un escenario de pesadilla y potencialmente mucho peor que el desastre de Fukushima Daiichi en 2011.
  • Se necesita mucho tiempo para que una central eléctrica nuclear en funcionamiento pase a una etapa de seguridad pasiva que no requiera más intervención humana. Cuando se apaga un reactor, el calor residual de la radiactividad disminuye exponencialmente, pero aún permanece muy caliente y requiere enfriamiento durante un período de 5 años antes de que pueda cargarse en contenedores de almacenamiento seco de hormigón que eliminan su calor fuera del contenedor a través de la circulación natural del aire. Cerrar un reactor puede disminuir progresivamente los riesgos con el tiempo, pero no resuelve el problema.

La conclusión de la investigación realizada por especialistas de Greenpeace concluye que la seguridad de Zaporiyia está gravemente comprometida por la guerra. Incluso sin daños directos a la planta, los reactores dependen en gran medida de la red eléctrica para operar los sistemas de refrigeración, de la disponibilidad de técnicos y personal nucleares y del acceso a equipos pesados ​​y logística. "Para agregar a los horribles eventos de la última semana, existe una amenaza nuclear única. Por primera vez en la historia se está librando una guerra importante en un país con múltiples reactores nucleares y miles de toneladas de combustible gastado altamente radiactivo. La guerra en el sur de Ucrania, alrededor de Zaporiyia, pone a todos los reactores en mayor riesgo de sufrir un accidente grave. Mientras esta guerra continúe, la amenaza militar para las plantas nucleares de Ucrania permanecerá. Esta es una razón más, entre tantas, por las que Putin debe cesar de inmediato su guerra contra Ucrania", señala Jan Vande Putte, coautor del análisis de riesgos de la organización.

No tiene nada que ver con los reactores de Chernóbil

El catedrátido emérito de energía nuclear de la Universidad Politécnica de Madrid Emilio Mínguez ha explicado en Hora 14 las peculiaridades de los reactores de esa central. En este momento solo está operando un reactor al 60% y dado que la generación de energía es pequeña, "se puede parar inmediatamente" si se desea: "No tiene nada que ver con los reactores de Chernóbil", aclara. También asegura que ese tipo de reactores que tienen agua a presión están en un edificio con doble contención y no es fácil alcanzarlos: "Un impacto de un misil puede provocar daños sobre el edificio pero no sobre los reactores. No es de esperar que haya daños radiactivos".

Este experto en energía nuclear cree que la intención de Putin no es destruir la central sino controlarla: "Esa central produce el 20% de la energía eléctrica de Ucrania y está en una zona donde existe la mayor parte de la industria pesada del país. Lo que quiere es hacerse con el control de la energía", asegura, "más preocupado por las personas que por el tema de la energía nuclear".

"No creo que Rusia tenga interés en destruir la central nuclear sino de controlarla"

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No podría explotar como una bomba atómica

Alfredo García es operador de reactor y supervisor en la central nuclear de Ascó (Tarragona). En redes sociales divulga sobre este tipo de energía y desde el ataque a Zaporiyia está mandando mensajes tranquilizadores sobre el estado de esa central ucraniana. El último ha sido un vídeo grabado con un compañero en el que, siguiendo la información de Organización Internacional de la Energía Atómica, "la única fuente a la que dan credibilidad", cuentan que Rusia ha tomado el control de esa central nuclear, que cuenta con 6 reactores de los cuales solo funciona uno y no ha sido dañado, por lo que "no hay emisiones de material radiactivo" pero dos personas han resultado heridas. Por lo tanto, consideran que "desde el punto de vista de la seguridad nuclear, la central está controlada".

Ante los mensajes de distintos dirigentes alertando de una posible explosión, Alfredo García ha explicado con una viñeta que "una central nuclear no puede explotar como una bomba atómica por razones puramente físicas" ya que hay una gran diferencia entre la presencia del isótopo del uranio U-235 en las centrales nucleares, que ronda el 3-5%, en comparación con el 90% de ese isótopo en las bombas atómicas.

Elisa Muñoz

Elisa Muñoz

Periodista en Cadena SER desde 2008. Primero en programas como 'La Ventana', 'Hoy por Hoy Madrid' o...

 
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