De los 12 diputados en las andaluzas de 2018 a entrar en un Gobierno autonómico: la evolución de Vox en los últimos años
En Madrid, Murcia y Andalucía, la extrema derecha ha apoyado desde fuera al PP, pero Abascal ya avisó de que la situación sería diferente en Castilla y León
Madrid
En diciembre de 2018, Vox superó todas las expectativas e irrumpió en el parlamento de Andalucía con 12 diputados. "Entramos en esta casa con el orgullo de ser la fuerza política decisiva que ha propiciado el cambio en Andalucía", celebraba el juez y excandidato de dicho partido a la Junta de Andalucía, Francisco Serrano.
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Pese a su carácter autonómico, estas elecciones marcaron un punto de inflexión en el panorama político nacional: la extrema derecha volvía a pisar una institución española después de 36 años. Blas Piñar había sido el último en hacerlo, en el Congreso en 1982. El shock de la sociedad fue total.
Tras la foto oficial en Colón, que se producía dos meses después, el actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, convocó elecciones generales con el objetivo de frenar a la extrema derecha. "El Partido Socialista ha ganado las generales y, con ello, ha ganado el futuro", festejaba Sánchez en la noche electoral. "Ha perdido el pasado", añadía satisfecho.
Mientras, Vox continuaba avanzando: consiguió entonces 24 escaños. La falta de acuerdo entre PSOE y Unidas Podemos impidió la formación de Gobierno. Vuelta a las urnas en noviembre: la ultraderecha de Santiago Abascal salió reforzada, convirtiéndose en tercera fuerza con 52 diputados.
"Lluvia para la siembra"
Empezaron entonces los vaivenes del presidente del Partido Popular, Pablo Casado, en torno a Vox. Vaivenes que se mantuvieron hasta que llegó la moción de censura en 2020. "Es la hora de poner las cartas boca arriba, hasta aquí hemos llegado", prometía Casado. El líder del PP quiso romper con Vox, pero Díaz Ayuso convocó elecciones en mitad de la pandemia y terminó pactando con ellos para "frenar a la izquierda" y "sacarla del Gobierno de Madrid".
En Madrid, Murcia y Andalucía, Vox ha apoyado desde fuera al Partido Popular, pero Abascal ya había avisado de que en Castilla y León sería diferente. "Que buena es esta lluvia para la siembra y que cara de vicepresidente se le está poniendo a Juan García-Gallardo", afirmaba el líder nacional del Vox en referencia a su candidato a la presidencia autonómica en las elecciones del 13 de febrero.
Galicia es uno de los pocos territorios donde la formación no tiene aún representación y será el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo quien, paradójicamente, bendiga en su aterrizaje la entrada de la extrema derecha en un Gobierno español por primera vez en democracia.