La "catastrófica" situación ante la huelga de transportes: problemas de suministro de pescado y grandes aprietos en el sector lácteo

Madrid

Se cumplen cuatro días de huelga de transportes que protestan por el alza de los precios de los carburantes a consecuencia de la guerra en Ucrania. Este parón está convocado por una organización minoritaria, la Plataforma de Defensa del Sector del transporte, que nació de la escisión de seis camioneros gallegos del Comité Nacional del Transporte en 2007. Una asociación que no tiene el respaldo de los sindicatos y que no ha estado presente este jueves en la reunión que ha mantenido el Ministerio de Transporte con otras organizaciones. A pesar de no ser mayoritaria ni representativa, está provocando algunos problemas en la cadena de suministros por la fuerza de sus piquetes y la laxitud de la Policía y la Guardia Civil ante sus acciones, según explican los afectados. La Secretaría de Estado de Seguridad ha comunicado a las delegaciones del Gobierno la necesidad de reforzar los dispositivos de las fuerzas de seguridad para asegurar la circulación de los convoyes que transportan bienes de primera necesidad.

Este jueves, el Congreso debate la convalidación del decreto de medidas de ayuda al transporte de mercancías, un decreto que se aprobó a finales del año pasado tras un acuerdo del Gobierno con el Comité Nacional de Transporte por Carretera que evitó una huelga a las puertas de la Navidad. La ministra de Transportes, Raquel Sánchez, asegura que se respeta a los transportistas que deciden parar pero ha pedido "respetar también a aquellos que decidan trabajar, para que puedan hacerlo". Por su parte, la portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, ha asegurado que "es una reacción que parece orientada por los posicionamientos de la ultraderecha" y ha destacado que, tratándose de "una acción minoritaria", los transportistas "no están haciendo uso de su derecho a la huelga, sino que están boicoteando al resto de trabajadores que, en un momento tan complicado como este, están trabajando para garantizar el suministro de alimentos de primera necesidad".

Problemas con la leche y el pescado

Uno de los sectores más afectados por esta huelga es la industria láctea, que ha anunciado que dejará de producir si no llega mercancía. No irá a recoger la leche a las explotaciones ganaderas ni llevará la procesada y envasada a los canales de distribución, por "la impotencia de los transportistas ante la actuación de los mal llamados piquetes informativos". Dice que solo reanudará su actividad si se garantiza el derecho a la movilidad. Gaspar Anabitarte, representante sindical de COAG, cree que no es necesario cerrar las fábricas a consecuencia de esta huelga y ahí es donde están empezando a tener problemas: "No es creíble que una huelga que estaba avisada, que empezó el lunes, el miércoles ya no tenga material. Podrían ir cerrando plantas según fuera faltando material pero no fábricas enteras. Esto no responde a problemas logísticos, pero esto se traduce en que no se recoge la leche. Los tanques se llenan de leche y cuando toca ordeñar —y eso toca sí o sí— hay que vaciarlos para volverlos a llenar y eso supone la quiebra porque no solo tiras la leche sino todo lo que se ha gastado para producir esa leche", explica en Hoy por Hoy.

Anabitarte todavía no ha tenido que tirar leche pero asegura que mañana sí tendrá que hacerlo y las cosas siguen igual. La Federación Nacional de Industrias Lácteas (Fenil) ha emitido un comunicado en el que señala que las fábricas han visto interrumpido el suministro de los productos necesarios para la elaboración de lácteos. Este representante sindical de COAG no entiende que desde la patronal se haya dado la orden de cerrar las fábricas enteras y, ni siquiera, se hayan planteado cerrar partes: "Si hay fábricas con legitimidad de recoger, no se nos puede hacer esto", lamenta, y recuerda que en huelgas anteriores, las plantas siempre han estado abiertas y se les recogía la leche, aunque luego los camiones tuvieran que ir custodiados por la Guardia Civil.

Otro de los sectores más afectados es el pesquero, que suma a la huelga de transportes su propios problemas para hacer frente al alza de los carburantes —con paros de su flota en el norte— y las dificultades para faenar en el Mediterráneo por la borrasca Celia. Hay lonjas de las que no sale pescado desde hace días. Juan Carlos Corrás, presidente de la lonja de A Coruña, reconoce en la SER que están ante una situación "muy complicada, crítica y catastrófica", ya que llevan toda la semana sin poder distribuir el pescado a los mercados nacionales. "Ahora mismo estamos a un 10% de lo que podíamos haber subastado cualquier otro día normal", cuenta. Corrás pide a la administración que abra el diálogo con el sector, que venía de un periodo muy malo por el COVID, con dificultades para distribuir el pescado por problemas sanitarios, y cree que esto puede ser "la puntilla": "No podemos soportar muchos días más esta situación. Tiene que acabar si es posible hoy, mejor que mañana".

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Las frutas y hortalizas también están teniendo problemas para su distribución y las fábricas de coches también empiezan a parar por la huelga de transportes. “Hay alguna fábrica que sabemos que si no ha parado hoy está a punto de hacerlo por dificultades para sacar el producto y acceder a puertos”, afirma el director general de ANFAC, quien reconocer que “la situación es complicada porque para el sector es crítico tanto la entrada y salida de las fábricas como el acceso a los puertos”.

Andalucía, Galicia y Extremadura, las más afectadas

Las zonas más afectadas por la falta de suministro son Galicia (que suma a la huelga de transportes y los piquetes, el parón de su flota por el alza de los carburantes), Extremadura (donde empiezan a faltar ciertos pescados) y Andalucía (Córdoba especialmente, donde este jueves su mercado central no ha recibido ningún camión). Algunos mayoristas andaluces han ido directamente a abastecerse a los puertos ante la imposibilidad de los camiones de salir del origen por la fuerte presencia de piquetes. En Andalucía, la Policía ha detenido esta madrugada a dos personas por lanzar piedras contra los vehículos.

Mucha violencia y amenazas

Ovidio de la Roza, presidente de la Confederación Española de Transporte, que forma parte del Comité Nacional del Transporte que este jueves se ha reunido con la ministra de Transportes, niega que esto sea una huelga. Recuerda que el sector ya tenía unos acuerdos para mejorar las condiciones de los conductores que se firmaron en diciembre, que se publicaron en el BOE en marzo y que se han convalidado hoy en el Congreso. Cree que en las reivindicaciones de estos días hay elementos políticos: "A través de ciertas manifestaciones que se nos trasladan de vídeos de sus dirigentes, evidentemente vemos elementos políticos que no tiene nada que ver con procesos democráticos y que de alguna forma tienen algún proceso revolucionario".

Critica el elevado grado de violencia de los piquetes que están impidiendo que muchos transportistas que querían trabajar puedan hacerlo: "Ya se han contabilizado millones de euros en daños a nuestros vehículos y nuestros conductores están recibiendo amenazas, así que acaban diciendo que en estas condiciones no pueden trabajar". Considera que hasta hoy, los transportistas no han estado suficientemente protegidos pero que ha habido muchas situaciones "que, por suerte, no se han convertido en trágicas".