El método Elon Musk
"El ahorro constituye un misterio. Y durante un tiempo, un lujo. «Cuando no puedo ahorrar, y eso es casi siempre, mi tabla de salvación es el derroche», le oí decir una vez a alguien. Scott Fitzgerald contaba que sus vecinos los Bankland idearon una fórmula infalible para ahorrar: atenerse a toda costa a un presupuesto."
El método Elon Musk
Madrid
Me gusta pensar que para comprar Twitter por 44.000 millones de dólares, Elon Musk tuvo que empezar a ahorrar en algún momento, o acabaría en un hospicio. La vida tiene esos trámites. El ahorro constituye un misterio. Y durante un tiempo, un lujo. «Cuando no puedo ahorrar, y eso es casi siempre, mi tabla de salvación es el derroche», le oí decir una vez a alguien. Scott Fitzgerald contaba que sus vecinos los Bankland idearon una fórmula infalible para ahorrar: atenerse a toda costa a un presupuesto. Compadecían a aquel que no siguiese ese sistema porque significaría su ruina. Admirado, Fitzgerald le preguntó a la señora Bankland cuánto llevaban ahorrado con este sistema. «¿Cuánto? Ah, aún no llegamos a eso. Es que empezamos ayer con el sistema», respondió. Quizá así comenzó también Elon Musk el pedregoso camino que lo llevó a convertirse en el hombre más rico del mundo. Y al lograrlo, se sometió a la obligación de gastarse el dinero de una forma tan compleja y enrevesada coma la que le exigió ganarlo. Tú, por ejemplo, te dejas la piel para que una camisa de Zara te quede bien por 30 euros, y alguien como Musk en adquirir Twitter. Hay épica en ambas pretensiones. Aunque lo de la camisa demanda un milagro.