Adiós al franquismo en Canarias: el Gobierno aprueba el catálogo para eliminar los vestigios de la dictadura

Tenerife

La Consejería de Educación, Universidades, Cultura y Deporte del Gobierno de Canarias ha aprobado el catálogo de símbolos, calles, monumentos y menciones franquistas existentes en el ámbito territorial de Canarias. Se trata de un documento de dos mil quinientas páginas que recoge solo los vestigios franquistas de las calles de la capital de la provincia de Santa Cruz de Tenerife, una de las ciudades con mayor número de restos franquistas de España. De esta forma, el Gobierno da visto bueno al catálogo de Canarias e insta al personal investigador a priorizar la elaboración de los catálogos correspondientes a Las Palmas de Gran Canaria, Santa Cruz de La Palma, Arrecife, Puerto del Rosario, San Sebastián de La Gomera, Valverde, San Cristóbal de La Laguna y Telde.

La comisión técnica de Memoria Histórica de Canarias se reunió en marzo para poner en marcha el comité especializado para la elaboración del catálogo de símbolos, calles, monumentos menciones franquistas. La comisión acordó por mayoría el estudio del catálogo iniciado en el municipio de Santa Cruz de Tenerife y realizado por el equipo de investigación de la Universidad de La Laguna, integrado por las doctoras María Isabel Navarro Segura y Yolanda Peralta Sierra y el doctor Ricardo Guerro Palmero, por encargo de la Dirección General Cultural. En aquella comisión la capital de Tenerife advirtió de que no debía aprobarse un catálogo regional que contenga solo vestigios de un municipio.

A pesar de eso, la Secretaría General Técnica emitió entonces un informe favorable al catálogo y recodó, además, que las administraciones locales e insulares tienen la obligación de revisar de oficio las distinciones, nombramientos, títulos honoríficos y demás formas de exaltación al franquismo sin que sea necesario que estén incluidas en el catálogo, de acuerdo al artículo 14 de Ley 5/2018 de 14 de diciembre de memoria histórica de Canarias. Posteriormente, el Gobierno firmó un convenio con la Universidad de La Laguna para elaborar un catálogo de símbolos, calles, monumentos y menciones franquistas existentes en todo el ámbito territorial canario, dando prioridad a las capitales insulares.

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Las calles de Santa Cruz de Tenerife están repletas de "una mitología autojustificadora y tergiversadora de la realidad que atribuye inversamente las responsabilidades del franquismo", afirma el catálogo

"El franquismo y sus voceros crearon e impusieron en la población una mitología autojustificadora y tergiversadora de la realidad, que atribuía inversamente las responsabilidades", puede leerse en el catálogo. "La política memorial del franquismo, su historia oficial, sus mitos y celebraciones constituían una operación paralela a la de la justicia al revés por la que el rebelde acusa y condena por rebelión a aquellos que han permanecido en la legalidad, a los leales. Las denominaciones de calles referidas a militares, voluntarios y civiles fallecidos en la guerra civil sometidas a dictamen en este Proyecto fueron impuestas durante la guerra y cuatro de ellas reemplazaron a otros tantos nombres de contenido simbólico demócrata, republicano u obrero", afirma el catálogo.

La elaboración del catálogo se ha llevado a cabo a través de un método científico: la investigación documental de los archivos de las administraciones locales, autonómicas y del Estado. También las fuentes bibliográticas y documentos técnicos, iconográficos, fotográficos, sonoros y audiovisuales. Se han identificado monumentos; esculturas y objetos; lápidas, placas e inscripciones; denominaciones de calles, denominaciones de espacios y elementos urbanos, edificios y, honores y distinciones. El resultado es un documento extenso que detalla, además de todos los vestigios, los títulos honores y distinciones otorgados a largo de la historia a quienes apoyaron, sostuvieron o formaron parte del régimen dictatorial.

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El catálogo tiene 2.500 páginas y solo habla de uno de los municipios de Canarias, lo que no ha gustado al alcalde de Santa Cruz de Tenerife

Contra la presente orden publicada hoy en el Boletín Oficial de Canarias cabe interponer un recurso por vía administrativa ante la Consejería de Educación, Universidades, Cultura y Deportes en el plazo de un mes. El alcalde de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez (Coalición Canaria), ha lamentado nuevamente que el catálogo solalmente recoja los vestigios franquistas de la capital de la provincia y ha criticado la falta de transparencia del Gobierno de Canarias al aseverar que se enteró por la Cadena SER de la aprobación del catálogo. El ayuntamiento ya presentó en su momento su disconformidad con algunas cuestiones del catálogo y anunció un recurso.

El alcalde Bermúdez fue precisamente quien encargó el catálogo en el mandatio anterior, pero a día de hoy ni el actual grobierno ni su antecesora el cargo, la socialista Patricia Hernández, retiraron han retirado ni un solo vestigio franquista de Santa Cruz de Tenerife, a pesar de ser una de las capitales que más emblemas franquistas mantiene en pie. No en vano, Francisco Franco arribó al puerto de Santa Cruz de Tenerife con el rango de comandante militar de Canarias el 13 de marzo de 1936 y desde allí, inició su cruzada para derrocar al régimen democrático, dando inicio a una guerra que duraría tres años y dejaría setecientos mil muertos en España.

Al desembarcar por el pescante del muelle santacrucero, Franco, "haciendo gala de su tradicional recelo, se dijo para sus adentros que aquella recepción había sido urdida por las autoridades republicanas, responsabilizando al entonces gobernador civil interino y alcalde de la ciudad, José Carlos Schwartz, y también al diputado socialista, abogado y escritor Luis Rodríguez Figueroa. Ambos serían apresados y asesinados tras darse el golpe de Estado. Sus cuerpos permanecen todavía hoy en paradero desconocido", cuenta el periodista Sergio Lojendio en el periódico El Día en un artículo titulado "Los 120 días de Franco en Tenerife". El rotativo tinerfeño recoge también la imagen del almuerzo de oficiales en el cuartel de Las Raíces donde se planificó el golpe de Estado.