"Esos cuadros de Dalí, Picasso y Miró valían mil pesetas y no se vendió ni uno": la oportunidad perdida más grande de la historia
Tenerife acogió la segunda Exposición Internacional del Surrealismo en el Ateneo en la primavera de 1935 y casi nadie reivindica ya aquel hito histórico: cuadros de Dalí, Picasso y Miró a la venta por mil pesetas a bordo de un carguero de plátanos rumbo a Canarias
Tenerife
André Breton aterrizó en Tenerife en la primavera de 1935 durante la segunda Exposición Internacional del Surrealismo en el Ateneo. El jefe de los surrealistas, que describió al Teide como "un puñetazo al cielo", permaneció en Tenerife junto a Jaqueline Lamba durante trece días inolvidables en los que la pequeña isla canaria se convirtió en el epicentro mundial del movimiento surrealista. "Sé que siempre habrá una isla a lo lejos mientras viva", escribió André Bretón en Los vasos comunicantes. Las obras fueron trasladadas a Canarias a bordo de un carguero de frutas y de hecho, un cuadro de grandes dimensiones de Picasso llegó a la isla con una perforación en forma de siete, desgarrón ocurrido durante la manipulación de las obras, que sería restaurado posteriormente en París.
La exposición se componía de casi ochenta obras y entre ellas había trabajos extraordinarios de Arp, Dalí, Domínguez, Max Ernst, Magritte, Miró, Oppenhcim, Picasso, Man Ray, Tanguy, Duchamp, Giacometti o Dora Maar. Fue la primera ocasión en la que se mostraron en España las obras de la Escuela de París. Había cuadros de gran formato de Picasso, Dalí, Miró, Max Ernst, Domínguez, Chirico, Magritte, etc. Un relieve de Hans Arp costaba 600 pesetas. El mítico Jardín atrapa-aviones de Max Ernst valía 1.500 pesetas y era posible llevarse a casa La libre inclinación del deseo de Salvador Dalí por unas 1.250 pesetas. "Cualquier coleccionista avispado habría hecho la inversión de su vida", explica el escritor Alexis Ravelo.
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Según el balance publicado en los ochenta organizado por Fernando Mignoni y César Manrique con textos extraordinarios de Domingo Pérez Minik o Eduardo Westerdahl, en la exposición de Tenerife habían treinta y dos óleos y el resto estaba compuesto por acuarelas, diseños, collages y aguafuertes, puestos a la venta desde 50 pesetas a 2.500. Pero la exposición era tan polémica que no se vendió ni una sola obra, a pesar de la gran cantidad de visitantes, más detractores que entusiastas. "Uno se imagina aquellas obras, embaladas en cajas de madera, ocupando en una bodega el espacio que en el viaje de regreso a Francia albergaría cajas de plátanos", explica Ravelo, que dedica parte del prólogo de su brillante edición de Crimen, el libro "maldito" de Agustín Espinosa a esta exposición.
El artista canario Óscar Domínguez fue quien hizo posible la Exposición Internacional del Surrealismo, organizada por la revista Gaceta de Arte que dirigió Eduardo Westerdahl desde 1932 a 1936. Son muy pocos en Canarias quienes todavía reivindican el foco de lumbre mental que supusieron entonces personas como Pérez Minik o Agustín Espinosa. Cuando se llevó a cabo aquella exposición en Tenerife "todo el mundo se quedó asustado, aturdido, extrañado", escribió Pérez Minik, que describió el surrealismo como la naturaleza incontrolable de la imaginación. De hecho, algunos en Canarias se han atrevido directamente a acusar a Pérez Minik de delator ante el régimen de Franco, a pesar de su compromiso ideológico y de las largas noches que pasó en la terrible Prisión de Fyffes.
"Se ha llegado a insultar a Pérez Minik, ha habido una maniobra de descrédito", afirma el periodista y escritor Juan Cruz señalando al diputado nacionalista Juan Manuel García Ramos
"Ha habido una maniobra de descrédito de una persona fundamental para entender aquel tiempo, que fue Domingo Pérez Minik, al que se ha insultado. Juan Manuel García Ramos, una persona muy conocida y muy respetada por su trayectoria académica y política, publicó un libro en el que afirmaba que Pérez Minik había delatado a un poeta amigo suyo, Domingo López Torres", explica el periodista y escritor tinerfeño Juan Cruz. "Luego fue cambiando y lo planteó como una ficción, pero una ficción con nombre propio. Es por tanto una ficción rara, ¿no?", se pregunta Cruz.
Juan Cruz sobre la exposición surrealista de Tenerife
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"Ese tipo de burlas y persecusiones, incluidas personas que ya no están, son para decir que aquellos que estimamos interesante lo que pasó no somos representativas de la cultura de Canarias", explica el impulsor del Observatorio Cultural Domingo Pérez Minik. "Pero lo cierto es que esas cosas ocurrieron, hubo una poesía impresionante en las islas, desde Agustín Espinosa hasta los Millares, una tentación cumplida de buena pintura y escritura y eso es algo que en una sociedad moderna tendría que subrayarse como interesante y digno. Y digno de no mencionarse tan peyorativamente como el caso que acabo de describir hace un momento", verbaliza Juan Cruz.
"La exposición surrealista de Tenerife es uno de los grandes hitos de las vanguardias históricas", explica Violeta Izquierdo, doctora en Arte Contemporáneo de la Universidad Complutense de Madrid
Violeta Izquierdo, profesora titular en el departamento de Periodismo y Comunicación Global de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, considera que la exposición surrealista de Tenerife constituye un hito histórico de las vanguardias. En primer lugar por el lugar dónde se celebró, Tenerife, "una isla que en esos momentos está muy alejada de los circuitos de las vanguardias artísticas y que tiene la oportunidad gracias a Óscar Domínguez y Eduardo Westerdahl de celebrar ese encuentro internacional", explica Izquierdo. "Esto propicia la llegada de obras de artistas de gran importancia en este movimiento como Dalí, Chirico o Duchamp", añade la experta. "También supone para España una incorporación a los circuitos del arte internacional, consiguiendo que el surrealismo penetrara en muchos artistas españoles y se produjera el desarrollo de este movimiento artístico en nuestro país", concluye. "La herencia de aquello está hoy en figuras como Tapies, Maruja Mallo, García Lorca, Pepe Dámaso, Juan Ismael o Camacho, y tantos otros", escribió Pérez Minik.
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"Fue uno de los eventos culturales más significativos por antonomasia de todo el siglo XX en Canarias", explica José Ramón Betancort Mesa
En opinión de Betancort, aquel fue uno de los eventos culturales más significativos del siglo XX, "no tanto por su repercusión social y cultural en aquel momento concreto (que no lo fue tanto si rastreamos la prensa histórica), sino por lo que supuso a la postre como acción catalizadora en sí misma de un movimiento artístico, literario e intelectual de primer orden que se fue fraguando desde finales de la de la década de los años veinte del siglo XX y que fue capitaneado por un grupo excepcional de personas que supo entender Canarias", explica el filólogo, escritor, artista y gestor cultural vinculado a la programación de artes plásticas de El Almacén del Cabildo de Lanzarote. Algo similar a lo que había ocurrido durante la Ilustración en las Islas el siglo XVIII, "como un territorio no sólo abierto y receptor al pensamiento y a la cultura contemporánea del momento, sino también como una región con absoluta voluntad y vocación universalista. Y es ahí donde hay que buscar la importancia de dicho evento", añade.
José Betancort sobre la exposición surrealista de Tenerife
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"Gracias al pintor Oscar Domínguez, al intelectual Eduardo Westerdhal y al escritor Agustín Espinosa, entre otras personalidades vinculadas a esa maravillosa publicación llamada "Gaceta de Arte", pudo cristalizar en Tenerife una extraordinaria e irrepetible exposición de arte de vanguardia como aquélla, estudiada minuciosamente por especialistas como Miguel Pérez Corrales o Pilar Carreño, entre otros", explica el experto José Ramón Betancort Mesa. "Esto nos lleva a pensar que, directa o indirectamente, buena parte de lo que culturalmente somos hoy, como territorio excepcional dentro de la geografía del Arte y la Literatura, se lo debemos al trabajo realizado, por una parte, por la denominada "Facción surrealista de Tenerife", tal y como la llamaba Domingo Pérez Minik y, por otra parte, por la Escuela Luján Pérez de Gran Canaria impulsada por Fray Lesco", concluye.
Javi Rodríguez
(La Palma, 1991) Periodista vinculado a la Cadena SER en Canarias desde el año 2009, apasionado de los...