La "descolonización de los museos" reabre una oportunidad para la momia guanche de Madrid: "Con la última reclamación ni recibimos respuestas del Ministerio"

Hace unas semanas, el ministro de Cultura, volvía a sacar a la palestra el debate de la «descolonización de los museos». En declaraciones para los medios de comunicación, Ernest Urtasun anunció la creación de una Dirección General de Derechos Culturales a fin de «revisar» el relato en las colecciones estatales. De esta forma espera «superar el marco colonial», cuya visión etnocéntrica «ha lastrado la visión del patrimonio, de la historia y del legado artístico». Instituciones como el Museo de Antropología o el Museo de América ya trabajan en reconocer la cultura de los pueblos indígenas del nuevo continente. Este debate es histórico. Ya en el año 2022, su antecesor, Miquel Iceta, aseguraba que ninguna obra expuesta en cualquier museo español se había adquirido de forma ilegítima. También negó que su ministerio estuviera elaborando un grupo de trabajo para ahondar en esta cuestión. Piezas como la Dama de Elche, la Dama de Baza o la momia guanche de Herques, expuestas en el Museo Arqueológico Nacional (MAN), han sido objeto de reclamaciones históricas sin resultado alguno. Pero, más allá de los colores y bancadas políticas, ¿hay alguna autoridad internacional que se postule al respecto? Efectivamente, la hay. El Consejo Internacional de Museos, que insta a un museo a, literalmente, «tomar rápidamente las medidas para cooperar en la devolución», recoge una serie de condicionantes en su Código Deontológico. Para que una pieza se califique de apta para su reclamación, debe haberse obtenido vulnerando los convenios internacionales o nacionales. Del mismo modo, se debe acreditar su titularidad a una comunidad concreta o un tercer estado. Esta es la teoría, pero, ¿qué dice la práctica? ¿Qué margen tiene Canarias o cada isla? En el Cabildo de Tenerife, en palabras del consejero de Museos, José Carlos Acha, para Radio Club Tenerife, tachan estas manifestaciones de Urtasun como «una cortina de humo para ocultar el debate de la amnistía». Mientras, desde la institución grancanaria, aseguran que se trata de una idea «necesaria». «Es el momento, debemos acercarnos a otras miradas, a otros actores de la Historia menos atendidos, pero huyendo de los topicazos de las leyendas negras del imperio que llegó a ser, y que se incorporen además de conquistadores y conquistados, otros relatos que fueron historia», matiza la consejera Guacimara Medina. Ambos consistorios desconocen el patrimonio, los bienes materiales, que se encuentran fuera de las islas. En Tenerife, por ejemplo, han encargado la labor a los ayuntamientos, que tendrán hasta 2029 para enumerarlos, aunque Acha reconoce que no maneja el dato: «No sé si está cuantificado», arroja. Por su parte, Gran Canaria, también se emplaza a trabajar en un estudio, ya que a Medina «no le consta»: «Puede ser que hayas estudios o informes previos, pero deberíamos hacer una recopilación», asegura a la Cadena SER. Aunque la elaboración de estos inventarios públicos son necesarios, la materialización de un intercambio depende de las conversaciones entre las partes implicadas. La consejera Medina confirma que Gran Canaria está próxima a recuperar parte de su historia. Tras varias conversaciones con el Ministerio de Memoria Democrática, devolverán uniformes de la Guerra Civil a los familiares de los fallecidos, a quienes considera «dueños legítimos» de los mismos. Pero hay ocasiones y piezas sobre las que se estanca, sobre las que se enquistan, las negociaciones. Este caso es el del Gobierno de Canarias y Cabildo de Tenerife con la momia de Herques, la pieza mejor conservada del arte del mirlado. Expuesta en el Museo Arqueológico Nacional, la institución insular la ha reclamado hasta en siete ocasiones. «La última vez que la solicitamos fue hace 3 años, pero no recibimos ninguna respuesta del museo ni del Ministerio de Cultura», reconoce, no sin cierto enfado, el consejero tinerfeño. Esta pieza, que fue enviada inmediatamente después de su descubrimiento en el siglo XVIII como un regalo para Carlos III, es un «vestigio muy importante y tenemos la capacidad técnica para preservarla, está más que demostrada», apunta Acha. No opinan lo mismo desde las instituciones estatales, que históricamente han esgrimido un argumento: la pieza, de mucha fragilidad, puede sufrir daños en el traslado. Desde el Cabildo se aferran a la experiencia. En el año 2018, el Museo de Naturaleza y Arqueología, acogió la exposición «Athanatos». Un relato histórico por la momificación en las distintas regiones del mundo. Se expusieron momias, a préstamo, de distintos países, entre ellos, por ejemplo, Argentina. País desde el que se consiguieron restituir dos momias guanches en 2003 que, curiosamente, habían pasado por el Museo de La Plata, donde actualmente reposa una mujer aborigen de Gran Canaria. «Me produjo desconcierto cuando vi esa momia en aquel pasillo», asegura Carmen Gloria Rodríguez. La exdirectora de la Cueva Pintada reconoce que se preguntó «qué hacía aquella mujer canaria al otro lado del Atlántico, cuando las personas que le dieron sepultura estaban al otro lado del mundo». Su carrera como restauradora está ligada a la arqueología de las islas. Sobre los daños en un hipotético traslado, apunta que sería «partidaria» de traerlas de vuelta, ya que «hay muchas posibilidades de traslado en un siglo que permite debate sosegado», afirma. Curiosamente, la repatriación de la momia del Museo de La Plata encontraba oposición en el Centro Islas Canarias de la ciudad. Consideraban que, con su vuelta, perderían un elemento fundamental para divulgar la cultura de la isla en Argentina. Además, su secretario, Eduardo Garachico, era bisnieto del migrante canario, y primer director del departamento de Antropología de la galería, que en 1880 llevó la momia desde la localidad tinerfeña de Tacoronte. Esta pieza es una muestra de un expolio histórico que ha dejado una estela de ejemplares en la Universidad de La Habana, en el Redpath Museum de Montreal, en la Cambridge University o en el Kunstkámera de San Petersburgo. Otra de las etapas históricas que levanta debate, además de la Conquista de Canarias, es la colonización de América. Carmen Gloria Rodríguez dirige, desde hace unos meses, la Casa Colón de Las Palmas de Gran Canaria. Una institución que, apunta, debe revisar su relato. «Es evidente que el discurso de las salas debe ser renovado, es de las primeras cuestiones a abordar, se tardará, pero vamos a reflexionar del modelo museográfico», señala. Considera que no es lógico mantenerse inmóvil ante las imágenes de estatuas de Cristóbal Colón siendo derribadas, especialmente, en Latinoamérica. «Lo más relevante no es qué vamos a poner, sino qué queremos contar, esta Casa Colón supondrá un nuevo cambio, el traslado de las piezas al Museo de Bellas Artes hace imperativa esta cuestión», apunta. Y como último mensaje, defiende «descolonizar las mentes antes que los museos» para no caer en ideas nacionalistas de cualquier ámbito.

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Tanto Cabildo de Tenerife como de Gran Canaria inician sus procesos para reclamar piezas pese a carecer de catálogos públicos de bienes expoliados: "El ministro Urtasun ha sacado este debate para que no hablemos de la amnistía"

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