Cuando la patata conquistó la Mancha: una sorprendente historia en Belmonte
Un administrador de Correos de este pueblo de Cuenca fue clave en la popularización del consumo de este tubérculo en el siglo XVIII

Cuando la patata conquistó la Mancha: una sorprendente historia en Belmonte
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Cuenca
La patata, omnipresente en la cocina española y base de platos tan emblemáticos como la tortilla o el ajo arriero, no siempre formó parte de nuestra tradición. Su llegada y aceptación fueron más tardías de lo que solemos imaginar.
En la localidad conquense de Belmonte, un hecho histórico singular marcó un antes y un después: la iniciativa de un administrador de Correos que, a finales del siglo XVIII, se convirtió en uno de los primeros defensores de este tubérculo en la gastronomía manchega.
Así lo explica Tirso Moreno, miembro de la empresa Vestal Etnografía y de la asociación cultural Los Ojos, que ha investigado esta curiosa conexión entre un producto americano y un pueblo de La Mancha. Nos lo ha contado en el espacio La Memoria de la Tierra que emitimos los miércoles cada quince días en Hoy por Hoy Cuenca.

Mapa “America noviter delineata” de Jodocus Hondius (1631). Fuente: https://www.meisterdrucke.es

Mapa “America noviter delineata” de Jodocus Hondius (1631). Fuente: https://www.meisterdrucke.es
De los Andes a Europa: un tubérculo con mala fama
“La patata es originaria de los Andes, de lo que hoy son Perú, Ecuador y Bolivia”, recuerda Moreno. En sus inicios, los europeos la miraban con recelo. “Era vista como una planta exótica y tóxica, más útil para alimentar animales que para consumo humano”, explica. Durante los siglos XVI y XVII, apenas tuvo presencia en la cocina y se cultivaba de forma anecdótica.
El cambio llegaría en 1789, cuando el agrónomo francés Antoine Parmentier publicó un tratado en defensa de la patata como alimento nutritivo y versátil. “Convenció incluso a Luis XVI y logró que en Francia se popularizara”, apunta Moreno. Su influencia se extendió rápidamente a otros países, incluida España.

Castillo de Belmonte desde las casas del pueblo a principios del siglo XX. Fuente: Archivo de Belmonte

Castillo de Belmonte desde las casas del pueblo a principios del siglo XX. Fuente: Archivo de Belmonte
El cura de Linares y la difusión en España
En nuestro país, la defensa de la patata se impulsó desde el Semanario de Artes y Agricultura para Párrocos, una publicación de aires ilustrados destinada a divulgar avances científicos en el mundo rural. Allí destacó un personaje conocido simplemente como el cura de Linares, que escribió hasta quince artículos defendiendo las bondades del pan elaborado con patata.
“Se convirtió en el Parmentier español”, comenta Moreno, “y gracias a él se difundió un método para elaborar pan con este tubérculo que se consideraba igual de sabroso y esponjoso que el de trigo”.

Portada del Semanario de Agricultura y Artes dirigido a los párrocos donde aparece el segundo artículo del Cura de Linares. Fuente: Publicaciones del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación

Portada del Semanario de Agricultura y Artes dirigido a los párrocos donde aparece el segundo artículo del Cura de Linares. Fuente: Publicaciones del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación
Belmonte y el administrador de Correos
Es en este contexto cuando aparece la figura del administrador de Correos de Belmonte, cuyo nombre no ha quedado registrado.
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En 1797 publicó en el mismo semanario un testimonio revelador: había elaborado pan de patata siguiendo el método del cura de Linares y lo había repartido entre vecinos de la localidad.
“El administrador aseguraba que el pan gustó tanto como el de trigo y que el cultivo de la patata empezaba a propagarse en el pueblo, donde apenas se conocía desde hacía dos años”, señala Moreno.
Ese dato es fundamental: en 1795 todavía no se cultivaban patatas en la Mancha, lo que desmonta la idea de que se trate de un ingrediente ancestral en la región. “Es una curiosidad que nos fascina porque une a Belmonte con la historia moderna de la gastronomía”, añade.

Mapa donde se ve los puntos de producción (La Mancha y Galicia) y difusión de la patata en el siglo XIX. Fuente: Juan Piqueras Haba. La difusión de la patata (1750 - 1850)

Mapa donde se ve los puntos de producción (La Mancha y Galicia) y difusión de la patata en el siglo XIX. Fuente: Juan Piqueras Haba. La difusión de la patata (1750 - 1850)
De la novedad al emblema manchego
La expansión de la patata en España fue rápida. “En apenas 20 o 30 años, la Mancha y Galicia se convirtieron en focos de dispersión de su cultivo”, recuerda Moreno. A mediados del siglo XIX ya era un alimento básico, capaz de salvar a poblaciones enteras en tiempos de crisis y hambrunas, como sucedió en Irlanda.
Hoy, resulta impensable concebir la cocina conquense sin este tubérculo. “La tortilla de patata, el ajo arriero o tantos guisos de nuestra tierra nos parecen recetas ancestrales, pero en realidad son relativamente recientes”, afirma.
Una tradición más moderna de lo que creemos
Para Tirso Moreno, la lección de esta historia es clara: “Cuando miramos hacia atrás, nos damos cuenta de que la tradición no siempre es tan antigua como pensamos. La patata, hoy estandarte de la cocina manchega, tiene en realidad una historia moderna, curiosa e interesantísima”.
Un recordatorio de que la memoria gastronómica de los pueblos está llena de sorpresas, y de que en un rincón como Belmonte un anónimo administrador de Correos ayudó a escribir una página esencial de nuestra cultura alimentaria.

Paco Auñón
Director y presentador del programa Hoy por Hoy Cuenca. Periodista y locutor conquense que ha desarrollado...




